El Ayuntamiento de Cádiz, a través de la empresa pública de aparcamientos Emasa y dentro de la estrategia de movilidad municipal, ya cuenta con un estudio sobre la posibilidad de ofrecer un sistema de alquiler de bicicletas, ahora que van finalizando las obras del carril bici por todo el término municipal. Eso sí, de momento es un mero estudio, no hay nada concreto, como el coste que supondría para las arcas municipales poner en marcha este servicio.
El propio alcalde, José María González ‘Kichi’, y no el edil de Movilidad, Martín Vila, ha presentado las conclusiones de este informe (fechado en marzo de este año) en el contexto de la Semana Europea de la Movilidad. Un documento que se ubica dentro de la “apuesta municipal por fomentar el uso de la bicicleta como útil, cómoda y sostenible para moverse por Cádiz”.
Actualmente unas 400 ciudades del mundo cuentan con un sistema público de bicicleta incluido dentro de la estrategia de movilidad. En el caso concreto del estudio de la capital gaditana, se han tomado como modelos referentes los implantados en Sevilla, Valencia, Murcia y Las Palmas.
Según recoge DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes municipales, entre las conclusiones de este estudio de Emasa se plantea la implantación en la ciudad de 46 estaciones con 460 bicicletas en total, y el modelo de acceso sería a través del móvil (por una App) y desde las propias estaciones. Se ofrecería la posibilidad de tener un abono (diario, mensual o anual dependiendo del modelo que se escoja) con la posibilidad de disfrutar de la bicicleta de forma gratuita durante los primeros 30 minutos de cada servicio.
“EL DISEÑO DE LA BICI SERÁ DETERMINANTE”
Manuel Calvo, responsable del estudio, ha avanzado algunos de los requisitos con los que deberá contar el sistema para optimizar su uso. Así ha señalado que el diseño de la bici será determinante, el acceso a las mismas debe ser ágil y cómodo y el sistema debe estar en coordinación con el resto de políticas de movilidad.
Entre las novedades propuestas, plantea que las estaciones se repartan por toda la ciudad y el aparcamiento de las bicicletas se pueda hacer no sólo con borneta en la estación, sino también en la zona de la estación por si todos los anclajes tuvieran bicicletas aparcadas en ese momento. Dentro del plan propuesto para ubicar las estaciones de bicicleta se ha regido la máxima de que estén a más de 300 metros de distancia entre ellas y a una distancia inferior de 500 metros.
Según las estadísticas recogidas de los modelos implantados en otras ciudades, el uso de este sistema de alquiler de bicicletas puede llegar a reducir “hasta en un tercio” el uso del coche privado.
“Los sistemas de bicicleta pública han de ser entendidos como un servicio público, al mismo nivel que los sistemas de transporte público y, como estos, deben ofrecer un modo seguro y sobre todo fiable de viaje”, remarca este informe; que añade entre sus consideraciones que las tarifas y los modos de acceso al sistema “se diseñarán, en lo posible, con el criterio de accesibilidad universal”.