La ciudad de Cádiz llora con un día de luto oficial la muerte a los 75 años de edad del sacerdote diocesano Gabriel Delgado, “un ejemplo de solidaridad y fe desde la defensa de los derechos humanos, lo que llevaba por bandera con una convicción admirable”, a decir del alcalde, José María González ‘Kichi’. La Fundación Centro Tierra de Todos, el Centro Tartessos, así como las delegaciones de Conil, Algeciras y Ceuta, se suman de la misma manera a esta jornada de duelo.
Gabriel Delgado, natural de la capital gaditana, era director del Secretariado Diocesano de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta desde 1994 y director de la Fundación Centro Tierra de Todos desde 2010. En el año 2001 recibió la Medalla de Andalucía.
“Hablar de Gabriel es hablar de un hombre bueno con mayúsculas, entregado toda su vida a los necesitados, especialmente a las personas migrantes. Persona exigente e inconformista en su labor pastoral, bien lo saben los que han trabajado codo a codo con él durante todos estos años en el Secretariado de Migraciones, Fundación Centro Tierra de Todos y Asociación Cardijn”, resaltan desde la Diócesis de Cádiz.
A su vez, el alcalde ha subrayado el “hueco vacío” que deja con su marcha este sacerdote “especialmente comprometido con las migraciones” y que ha sido el “alma Mater” de Tierra de Todos, de la asociación Cardijn y del espacio Tartessos.
De la misma forma, pone en valor su lucha en defensa de los derechos humanos “lo traducía en la ayuda a los más necesitados, en la mano siempre tendida a las personas más vulnerables de la sociedad. Y desde ese enfoque, desde esa perspectiva, hizo una labor imprescindible con las personas migrantes durante décadas y décadas. Humanizó nuestra frontera sur con su ejemplo, con sus mensajes, con su trabajo diario, con sus llamadas de atención a la conciencia social sobre lo que estaba ocurriendo en nuestra frontera”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, González Santos recuerda cómo Gabriel Delgado “combinaba su carácter y las formas afables con un mensaje siempre firme de defensa de la tolerancia, de la diversidad, de la pluralidad, del respeto, de la empatía, de la dignidad de las personas sean de donde sean y vengan de donde vengan. Un mensaje sencillo, profundo, verdadero, cargado de sensibilidad y de razones que dejaban y dejan aún hoy en evidencia los discursos del odio”.
“El mundo era mejor con personas como él. Una persona buena, un imprescindible. Su huella es imborrable y su legado de compromiso social es de un valor incalculable”, sentencia el alcalde de Adelante Cádiz.
Por su lado, el Obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, habla de un sacerdote “entregado por completo a los emigrantes”. “Ha luchado por ellos hasta el fin de su vida, siendo un referente en la pastoral diocesana y nacional por su entrega, dedicación y experiencia en el trabajo de acogida y promoción de los emigrantes y en la defensa de sus derechos”. “Deja para cuantos le queremos –añade- un vacío muy grande, compensado únicamente por la certeza de la vida eterna y la seguridad que nos da la esperanza en el señor, a quien siempre quiso servir evangélicamente”.
“Ha dedicado toda su vida a los demás, a la gente más desfavorecida y en sus últimos años a defender, ayudar y reclamar los derechos de las personas migrantes. El padre Gabriel fue para la Apdha y para quienes la formamos un maestro y ejemplo en la defensa de los derechos humanos”, remarcan al expresar sus condolencias en redes sociales desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en Cádiz.
“UN REFERENTE EN LA ATENCIÓN A LOS MIGRANTES”
Nacido en Cádiz en 1946, Gabriel Delgado Álvarez realizó estudios en el Seminario de Cádiz y en la Facultad de Teología de Salamanca, siendo ordenado sacerdote el 25 de octubre de 1975. Actualmente estaba adscrito a la Parroquia de San Ambrosio de El Palmar, de Vejer.
Tras una primera etapa en la que se integra al colectivo de sacerdotes obreros, trabajando en los Astilleros de Cádiz, fue consiliario diocesano y regional de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) de Andalucía, delegado diocesano de la Pastoral Obrera y presidente de la Asociación Cardijn. Continuó su labor junto a otros muchos voluntarios bajo las iniciativas del Secretariado Diocesano de Migraciones, la Fundación Centro Tierra de Todos y la Asociación Cardijn.
Promover la formación integral de los jóvenes y su acceso al empleo, así como la integración y la reagrupación familiar de los inmigrantes, la asistencia jurídica, el conocimiento de la lengua y la cultura, el acceso a alojamientos dignos, la formación o la puesta a disposición de Centros de día y de acogida “formaron parte de su permanente actividad”, detallan desde la Diócesis.
“La tenacidad y el esfuerzo solidario del padre Gabriel Delgado, constituye un ejemplo de generosidad y entrega que merece el reconocimiento de todos. Un ejemplo vivo del mensaje de Jesús de Nazaret. Desde su casa, la Fundación Tierra de Todos, se ha dedicado a eso, a abrazar y acoger a todas las personas migrantes que han llegado a nuestra diócesis. Comprometido con todas las causas sociales y la defensa de los derechos humanos, nunca miró ni la religión ni el color político. Mantuvo relación con todo tipo de personas, creyentes, no creyentes, estrechando lazos con otras confesiones religiosas, un ejemplo también de ecumenismo y del diálogo interreligioso. Un sacerdote que evangelizó tanto con sus actos como con su palabra”, se subraya desde el Obispado de Cádiz.
“Hoy Gabriel –se sentencia- deja huérfanos a muchísimos hijos de infinidad de nacionalidades, que nos consta que lloran su marcha. Deja de acoger a los migrantes que llegan en patera para sentarse junto aquellos migrantes que no consiguieron llegar”.