JORNADA 28. Cádiz y Castellón empataron a cero en la noche del domingo en el Nuevo Mirandilla en un partido disputado, con momentos de dominio para cada equipo y también algunos ratos de aburrimiento soporífero. Las oportunidades tuvieron lugar en ambas porterías, aunque los delanteros no estuvieron acertados. Este 0-0 vale para poco más que mantener la racha de imbatibilidad a los de Gaizka Garitano, que seguirá luchando por no se sabe muy bien qué en esta interminable y casi eterna LaLiga de Segunda división.
Saltó el Cádiz al verde con la alineación esperada por todos, tras el buen partido de la semana pasada en Santander. Y comenzó intentando mandar, empleando a veces el juego combinativo y otras veces el balón largo. Pero lo cierto es que el Castellón estaba bien plantado, y entre esto y que por mucho que lo intenten los amarillos tienen carencias evidentes, prácticamente no se acercaron con peligro a la portería visitante hasta que Chris Ramos, en el 17, tuvo su clásica oportunidad autogenerada en la que se pone delante del portero y manda el balón al 6ºA del bloque que está detrás de fondo norte.
El primer tiempo avanzaba sosegadamente, casi sin sobresaltos en ninguno de los lados. El rival se acercó con ligero peligro en un cabezazo a la media hora, y en el minuto 32 Ontiveros apareció dentro del área para disparar fuera, pero el encuentro iba bajando de revoluciones, empezaba a tener muchas paradas y se estaba convirtiendo en un plomazo considerable.
Solo el marbellí era capaz de intentar algo diferente que aportara algún leve giro al aburrido y previsible guion. Incluido un golazo maradoniano en el que se metió dentro de la portería tras regatear al meta castellonense en una jugada invalidada por fuera de juego, pero que el colegiado hizo bien en no detener para que el público pudiera paladear esa fantástica acción, digna de un videojuego, aunque no sirviera para nada.
Fue lo mejor de la primera parte, que empezó con ritmo y acabó plúmbea, monocorde, espesa e insípida. Junto con un remate acrobático de tacón de Chris en el último balón cuando el árbitro ya tomaba aire para pitar la llegada del descanso.
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CUALQUIERA PUDO MARCAR
La segunda mitad comenzó sin muchas sorpresas y con una falta en la frontal del área del equipo blanquinegro que Ontiveros chutó fuera. El malagueño estaba en todas partes: sacaba los balones parados, robaba y presionaba, movía al equipo, finalizaba e incluso asistía a sus compañeros. Solo le faltaba vender las cocacolas en el estadio.
Uno de estos pases dejó a De la Rosa en una buena posición para el disparo, cosa que hizo fuera, en postura forzada, en el minuto 53. Un poco antes el Castellón tuvo una buena oportunidad en un chut desde la derecha, y seguidamente fue Chris Ramos el beneficiado de otro fabuloso centro de Ontiveros, que cabeceó flojo.
El equipo levantino empezaba a tomar un poco el mando del encuentro y merodear con malas intenciones la portería de David Gil. A todo esto, tuvimos el placer de volver a ver por aquí al australiano Awer Mabil, que milita ahora en las filas del Castellón y que en el minuto 57 salió al que fue su campo a cubrir la banda derecha de su ataque.
A estas alturas del encuentro ya el Cádiz estaba totalmente dominado. De Miguel pudo adelantar a los visitantes en un remate de cabeza picado dentro casi del área pequeña. Los amarillos necesitaban algún tipo de reacción, y Garitano puso en el campo a Roger y Ocampo en vez de Sobrino y Chris Ramos, a ver qué pasaba. Lo que pasó es que Mabil hizo una gran jugada y su centro lo volvió a rematar De Miguel fuera, y que poco a poco los locales fueron equilibrando la contienda, apoyados en la lucha de De la Rosa y Diakité. En el 73 Roger y en el 74 Ontiveros tuvieron el gol en sus botas, pero no acertaron en sus oportunidades.
A continuación fue Melendo el que saltó al campo en sustitución del extremo onubense. El catalán estuvo trabajador, pero muy acosado por los defensas rivales, que casi siempre acababan haciéndole falta. Hay que valorar del técnico vasco que en todo momento, interpretando los cambios, su intención fue la de ir por la victoria, pese a que ni Ocampo parece estar en su mejor forma ni Roger tampoco.
El partido estaba ciertamente abierto para que cualquiera de las dos escuadras se pudiera llevar los tres puntos. Zaldua y Fede San Emeterio saltaron al campo en vez de Iza y Álex, y Kovacevic sacó bajo palos un disparo de los blanquinegros en el 83 mientras Mabil se reivindicaba como un futbolista que podría haber sido muy válido en la Tacita, aunque apenas tuvo oportunidades.
En el tramo final, acababa el Cádiz arreando en ataque, pero ni Diakité ni San Emeterio demostraron tener habilidades de cara al gol, por lo que el cero no se movió del marcador.
Con este empate el conjunto gaditano mantiene su racha de imbatibilidad, pero supone un frenazo a las remotas posibilidades de optar por las plazas de promoción de ascenso. Hay un once titular asentado y solvente, mas cuando salen los jugadores del banquillo la cosa se diluye, y además, todo depende de Ontiveros, y cuando no tiene el santo de cara las posibilidades de hacer algo se desvanecen. Los amarillos quedan a nueve puntos de luchar por subir a Primera. Sigue habiendo posibilidades matemáticas… hoy menos que ayer. DIARIO Bahía de Cádiz