Pasados los ocho años de gobierno izquierdista en Cádiz liderado por José María González ‘Kichi’ en los que interrumpió, como parece lógico en un país que aboga por la separación Iglesia-Estado, esa tradición cada Jueves Santo de cesión del bastón de mando de la ciudad al Nazareno “como regidor perpetuo”, el nuevo Ejecutivo del PP no ha dudado en recuperar este simbólico acto en la Iglesia de Santa María.
Así, el alcalde Bruno García, acompañado por muchos de los concejales de su equipo de Gobierno y algunos del PSOE y de Adelante Izquierda Gaditana, ha procedido a colocar el bastón a los pies de esta imagen religiosa.
Además, ha aprovechado para tomar la palabra y reivindicar la “estrecha relación” de Cádiz con el Nazareno, sin importarle para nada la aconfesionalidad que se le presume a las instituciones públicas en España.
“Como regidor perpetuo, es el alcalde de todos y hoy me toca a mí, como alcalde temporal, entregarle de nuevo el bastón de mando para su salida procesional, hoy más incierta que nunca por la lluvia; el Nazareno es una especie de consuelo para muchos gaditanos, para mucha gente que vive en una situación de extrema vulnerabilidad y que encuentra en esa imagen un horizonte de esperanza”, ha apuntado el primer edil conservador.
Además, Bruno García ha recordado la figura del primer alcalde de la democracia en Cádiz, el socialista Carlos Díaz, que falleció hace unas semanas: “gracias a él, desde 1989 se ha realizado este acto salvo en los últimos años. Por ello, hoy me satisface recuperar esta tradición porque en cierto modo, esto también es un homenaje hacia su figura”.
A esta ceremonia, llenando la Iglesia de Santa María, han acudido además de vecinos del barrio, entre otros: el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza; el delegado episcopal de hermandades, Rafael Guerrero; el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Juan Carlos Jurado; el hermano mayor del Nazareno, Jacinto Plaza; la subdelegada del Gobierno de España en Cádiz, Blanca Flores; la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez; el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella; el rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell; el teniente coronel de la Guardia Civil, Alejandro Anelo López; y los representantes de la Policía Autonómica y Policía Nacional, Amelia Agustina Herranz y Alicia Gómez Torres, respectivamente.
GANAR CÁDIZ APUESTA POR EL LAICISMO
A colación, de cara a la presente Semana Santa, Ganar Cádiz en Común (parte integrante de Adelante Izquierda Gaditana) veía oportuno recordar su defensa del laicismo y la autonomía de las instituciones públicas respecto a las religiones. Algo que no parece darse en el Ayuntamiento de la capital.
“Partiendo de la base del respeto por toda confesión religiosa y sus muestras externas de dicha fe”, desde Ganar Cádiz se defiende el laicismo basándose en sus tres pilares básicos: la libertad de conciencia, ya que toda persona “es naturalmente libre de adherirse a cualquier opción religiosa o para no adherirse a ninguna”; la separación del Estado y las confesiones religiosas, “que implica la clara distinción entre el ámbito público y el privado y la estricta separación entre la política y las religiones u otros particularismos”; y la igualdad de trato de todos incidiendo en que la neutralidad del Estado aconfesional “exige que ninguna creencia particular sea discriminada ni positiva ni negativamente”.
“El laicismo no es antirreligioso, es el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el desarrollo pleno de la libertad de conciencia, base de los derechos humanos. Creemos, por tanto, necesario, recordar nuestro posicionamiento en este tema, en estas fechas, donde lo religioso, en ocasiones va parejo a lo político, muy a nuestro pesar”, apostillan desde Ganar Cádiz.
UNI LAICA PONE EN CUESTIÓN EL “CONFESIONALISMO” DE LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ
Por otro lado, la Asociación por la Defensa de una Universidad Pública y Laica (UNI Laica) dentro de la entidad Europa Laica, ha lamentado estos días la “confesionalidad universitaria” a raíz de un acto con implicación de la UCA.
La Universidad de Cádiz cedía el pasado Martes Santo, como es tradición, su bastón de mando a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de los Desamparados, en el convento de San Francisco, para que la imagen titular lo incorporara en el paso de misterio.
En esta ocasión, a este simbólico acto acudía el nuevo rector de la UCA, Casimiro Mantell, junto al hermano mayor de la hermandad, Mauricio García, quien aprovechaba para entregarle la medalla de la cofradía al ahora máximo representante de la Universidad gaditana. Esta institución, con más de 75 años de historia, “colabora con la UCA a través de becas de estudios para estudiantes con dificultades económicas”, se asegura.
Pese a que este acto se repite cada Semana Santa (es verdad que el rector precedente, Francisco Piniella, nunca ha participado, siempre acudía un miembro de su equipo; aunque el anterior, Eduardo González Mazo, sí se ha hecho fotos en este traspaso), UNI Laica ha sido consciente del mismo este 2024.
De este modo, en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, esta asociación rechaza esta actuación “extremadamente confesional” del rector de una universidad pública, “que como tal debe ser estrictamente aconfesional y respetar la diversidad de convicciones y creencias de la comunidad universitaria y de toda la ciudadanía”.
“Apoyamos a los miembros de la UCA que se sienten indignados y dicen sentir vergüenza ajena por la actuación del rector. Éste es muy libre de actuar como creyente católico a título personal, pero no como máxima autoridad universitaria. Hacemos constar que esta reivindicación es laicista, no antirreligiosa, y como tal es compartida por personas con diferentes convicciones, incluyendo cristianos que forman parte del movimiento laicista”, se puntualiza.
UNI Laica exige que el rector de la Universidad gaditana retire la concesión del bastón de mando a dicha cofradía, aunque añade que esta tradición “no es más que la punta del iceberg del confesionalismo de la UCA”. En este sentido, se refiere a los “numerosos” acuerdos de colaboración que tiene firmados en los últimos años con instancias la Iglesia católica, tanto con los Obispados de Cádiz-Ceuta y de Asidonia-Jerez, como con varias hermandades y cofradías, entre otras. “Todos ellos vulneran la aconfesionalidad estatal y el espíritu científico universitario, por lo que deben ser anulados si se quiere que la Universidad de Cádiz sea una universidad democrática del siglo XXI”, se sentencia.