CRÍTICA. El primer Concierto para la Libertad de 2014 en el Castillo de San Sebastián trajo a Cádiz a David Bisbal, uno de los grandes ídolos actuales de la música española, tratado como divo por todos -aglomeración de personas, despliegue policial, seguridad al máximo-, pero que con el público se mostró afectuoso y cercano: el mismo chico de Almería que saltó a la fama hace doce años, tras su paso por ‘Operación Triunfo’. Un espectáculo muy cuidado e impecable en su escenografía y sonido, a pesar del viento que soplaba esa noche.
‘Tú y yo’, canción que da título a la gira y último disco de Bisbal, fue la elegida para abrir el espectáculo que el ofreció el pasado 20 de julio en el Castillo de San Sebastián, en el marco del ciclo estival Conciertos para la Libertad. A continuación, cantaba una versión de su famosísimo ‘Ave María’, single de su primer disco publicado en 2002 titulado ‘Corazón latino’, para levantar aún más los ánimos de los presentes.
Un Bisbal afectuoso y cercano saludó al público asistente (“¡qué alegría de estar en Cádiz, en Andalucía, niño, mi tierra…!”), prometiendo que aunque se trata de la gira promocional de su último disco, en el concierto se darían cabida a algunos de sus temas más conocidos de lo anteriores.
El espectáculo continúa con la canción ‘Sí pero no’ (2014), mientras tres pantallas traseras proyectan el videoclip correspondiente a la canción, que forma parte de una serie de cuatro más un mediometraje que el cantante ha protagonizado junto a María Valverde, bajo la dirección de Kike Maillo. Los videos aportan a la noche un hilo argumental en la sucesión de canciones e imágenes en la que una chica acompaña a David Bisbal de gira y entre los dos surge una historia amorosa.
‘Quién me iba a decir’, del álbum ‘Premonición’ de 2006, seguida de ‘Amar es lo que quiero’ del mismo disco; ‘Hombre de tu vida’ del último trabajo y la balada ‘Quiero perderme en tu cuerpo’ (2002) se convierten en la banda sonora del acto segundo de la proyección donde los protagonistas se enamoran.
El concierto del almeriense está reforzado por una cuidada luminotecnia y un Bisbal enérgico que no para de moverse de un lado a otro del escenario, dirigiendo al público guiños, besos y miradas de complicidad sin perder la afinación y haciendo gala de los giros vocales que tanto le caracterizan. Además, aprovecha para presentar a los músicos que le acompañan en la gira.
La historia continúa con ‘Esclavo de sus besos’ de 2009, la rítmica y bailada ‘Lloraré las penas’ (2002) y ‘Cómo olvidar’ (2004) que el almeriense concluye con un rapeado en el que declara al público: “David no te olvida, morena”.
Prosigue la narración con una proyección en la que la protagonista abandona al cantante mientras éste interpreta las baladas ‘El ruido’ (2010) y ‘Si aún te quieres quedar’ (2014) y ‘Mi estrella de cine’ (2014).
La tristeza del cantante abandonado se reflejan en dos baladas: la más nueva y la más antigua de su repertorio, como el propio David explica al público, ‘Culpable’ (2014) y ‘Dígale’ (2002). “¡Qué bonito canta mi Cádiz!”, declara tras escuchar al público corear este último tema.
‘Silencio’ y ‘No amanece’ son los siguientes temas del concierto, que el cantante da por finalizado apostillando “¡ojalá no amaneciera hoy!”. Aunque tras un vídeo en el que David Bisbal y María Valverde se reencuentran y un cambio de vestuario, reaparece para ofrecer las últimas canciones: ‘Al Ándalus’ (2009) enlazada con ‘Torre de Babel’ (2006) y ‘Mi princesa’ (2009) dedicada “a todas las princesas de Cádiz” y en la que se proyectan imágenes en directo del público.
El concierto, muy cuidado e impecable en su escenografía y sonido, a pesar del viento que soplaba, se cerró con ‘Diez mil maneras’ (2014) en la que el triunfito deja poco lugar a más bises o improvisación, puesto que mientras los músicos siguen en el escenario abandona el recinto en un microbús escoltado por seguridad, no sin agradecimiento, dejando a su público en las redes sociales una crónica del concierto gaditano (AQUÍ). DIARIO Bahía de Cádiz