DÍA 24 (7ª CUARTOS DE FINAL)
Diadié Samassékou, Aiham Ousou y Juanmi ya son uno más de la familia cadista, pero no vea pa buscarle una rima a los chavales. ¡¡Chavales!!, que ya está aquí la séptima y última función de cuartos de final del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2024). Y tras esta parrafada desafiná en carne viva, el segundo fallo del jurao, sieso. No impacientarse, ome.
Un jueves de coplas en el que coincidieron otros dos pases de gran categoría de las comparsas de Germán Rendón, ‘Donde fuimos felices’, y de Piru y Tomate, ‘Y seguimos cantando’. Sin obviar el buen rato que hace pasar la chirigota ‘Los que salieron perdiendo’, de Carlos Pérez.
Cádi, ya están levantando tu primer rascacielos, como si Loreto fuera primo hermano de Manhattan. Pa tirarse pa abajo. Y el domingo, la Erizá, peeero el Juan sigue con antojo de pestiños. Maripili, vamos con bulla, dale a la palanca y que se tire de cabeza por el tobogán este cronicón hecho a mano cien por cien aunque puede contener trazas de sulfitos. Y hazle caso al Yuntamiento de Cádi, en carnavá, no me pises lo fregao.
‘El baúl de la Piquer’, verdes como la albahaca
Las 20.04 horas. Va telón. Saca el sombrero, el mantón y el abanico, Juan. El coro de Barbate regresa, ‘El baúl de la Piquer’, empujando el susodicho…, “vivo to el año pensando que Cádiz quiere escucharme, cantando mi nuevo tango”. Angustiosa primera letra, con esa mujer esperando con incertidumbre y miedo la carta con la cita para una mamografía que nunca llega, el buzón sigue vacío. Las cosas de la sanidad pública del Juarmaloharía. Al obispo se dirige el otro tango, con temas locales barbateños, con el suelo del cementerio que quiere robar la Iglesia en el foco…, “no quiera profanar con sus intereses, lo que a mi gente le pertenece… deje ya tranquilo a nuestros difuntos, y quédese con sus muertos”. Las cosas de las benditas inmatriculaciones. Con confusión cae un cuplé baboso con el telón del Falla, aunque Juan no lo ha pillao. El otro es… vegetariano. Afú, qué tanda kilométrica. Por tu culpa culpita yo tengo, loco loquito mi corazón. “Porque hoy como ayer, todos sufrimos lo mismo por las cosas del querer”, remarca ese pupurrí que mira los cambios sociales del presente con hechuras pasadas…, “y si cambian los tiempos, más coplas cantamos, porque por carnavales, te cantamos”. Verdes como el trigo verde, y el verde, el verde limón… como se mete Juan en el papelón.
‘Donde fuimos felices’, ¿cómo estás? XD
“¿Cómo estás?, cuántas veces te habrán preguntado, muy bien, has respondido, aunque aquí dentro todo es caos, tú mismo te has creído la verdad que te has dictado… quiero volver a amar la vida y quiero amarte hasta rompernos en cristales, bailar contigo en la cocina y que resuenen en la casa carnavales… quiero soñar y volver al lugar, donde fuimos felices”. Te menea esa presentación melódica y sentida de ‘Donde fuimos felices’, la comparsita metida en el coco de Germán Rendón, en su paso atrás, en su reencuentro con el que fue. Como primer pasodoble, un canto a la imperfección y a la infelicidad que genera esta sociedad…, “nos enseñaron que el mundo abraza al genio que gana… siente vergüenza y ajusticia al segundón, no puedes perder, sólo vale el mejor, y en la niñez crecemos en la frustración… caer, fallar, es el estado natural del ser humano, porque la vida es imperfecta, no existen certezas, no es un puto anuncio edulcorado… es una mancha imperdonable donde creamos la sociedad enferma de inseguridades, donde niños tan increíbles, con éxito y sin error, son tan infelices, como sus padres”. Y al hilo del próximo cierre de otro cole en Cádi, el Adolfo de Casto, mientras se sigue cebando el negocio de la privada-concertada, la otra letra de luto: “va a comenzar el sepelio, recemos por el caído, otra vez murió un colegio, de la pública es normal… y aunque esta tumba está caliente, la empezó a cavar Susana Díaz… no ha muerto por su destino, mataron la educación, y su asesino, Juanma Moreno, Juanma Moreno”. Cuplés curiosos: invitando a Vizcaíno a recurrir a Sobrino y a Alejo, pa cargar escombros, cuando levante su estadio en Puerto Real; y hablando de inventos, “el mejor invento, el pasodoble del Nene Cheza”, pum. Y si la vida nos da vueltas, yo contigo en espiral, voy regando tu cabeza con estribillos de carnaval. Juan, ese popurrinaso es de los que crean ¿aflicción?, emm, afición: “has mordido el polvo, y ahora el suelo es tu nivel, has caído al fondo… yo acompañaré tu partida, buscando ese porqué que te impide vivir hacia la paz, que tanto quieres… Vidas editadas poniendo filtros a tu propio drama, mostrando el sinsabor con falsa idea de perfección, espejo al exterior que te susurra, tu vida es un mojón… Tira que tira, tira que tira, dicen que el corazón puede más que la cabeza, dicen que la cabeza puede más que el corazón… piensas que el corazón te calienta la cabeza, sientes que la cabeza va enfriándote el corazón, y se marchitan los dos… Has desnudado tu alma y la has sacado a bailar, porque tu mente y tu calma ya no permiten disfraz, y has comprendido que el tiempo es un desfile marcial, quizás mañana no hay luego, quizás después no hay un jamás… Y renaciendo en el lugar en el que a veces fui feliz, quiero brindarte una vez más mi verbo y mi fusil… esta fue mi terapia, en forma de comparsa, en forma de comparsa”. Lerolerolara, lerolerolara, lerolerolaleloleirolara… ¿La felicidad era esto?
‘Los que salieron perdiendo’, disfruten lo votao
Mucho más de aquí: la caballa, “que el caballo tenía una troya que no era normal”, jajaja. Dispuestos a recuperar Cádi, la que robó una plaga de turistas. Saluda la chirigota escindía liderada por Carlitos Pérez ‘Los que salieron perdiendo’. ¡Guarda la teta, Lupi! De las mismas tripas, los pasodobles. Otro toquetaso al señor obispo, quejoso con las procesiones piratas…, “tú sí que eres un pirata traicionero, sólo te importa el dinero, el puto dinero”. Y encajá con calzador esa comparación complicá, en la segunda letra: “la caballa que presento, es igualita que España, las dos se desangran… la caballa es como esta tierra mía, adentros sus entrañas están podrías”. Pom pom. La Leonor y el Froilán aliñan ambos cupleses…, “lo que quiere es coger a la prima y darle un porrazo”. Con estribillos al gusto…, a-caba-ya, acaba ya, acaba ya. Cádi y más Cádi y pamplinas alrededor en ese popurrí chirigotero bien exprimío…, “esta es la historia de estos gaditanos puros, que están detrás de estos muros, esperando la señal, esperando para entrar”. A guannajarse, con la caballa a otro lao. Irradiando ese arte y buen rollo, la piriñaca entra todavía mejor. De Cádiz para Cádiz.
‘Las herederas’, a la hoguera
Con un cargamento de papas aliñás vienen a defender a la mujer, históricamente ninguneada y a la que se salía del tieso, ¡a la hoguera!, ‘Las herederas’. Ya está en posición de ataque, con tomate, la comparsita liderada por Palmi Santander. Con resignación se construye ese primer pasodoble, del que lo ha intentado y ha fracasado…, “heredar no es solamente un privilegio, tienes que cuidar lo que cayó en tus manos, puede ser más que dinero, se heredan derechos y obligaciones… dejaré para el mañana una sociedad cansada que ya no enseña los dientes… mil perdones por mi herencia, que dios os coja confesados”. En el siguiente pasodoble se evidencia que los chistes machistas, de mariquitas, gangosos y bizcos ya no son bienvenidos, pese a Pablo Motos…, “en la vida todo cambia y todo crece, y en el carnaval como en la vida, vamos prosperando cada día… y aunque algunos lo llaman autocensura, yo lo llamo avanzar… no me hables de piel fina, háblame de tolerancia… si nos reímos todos, tiene todavía mas gracia… la risa pa tos iguales, la fiesta de las libertades”. Dos cuplés, dos: Perro Sánchez, Puigdemont y el Junqueras, jugándose a las cartas si formar gobierno, y claro, no falta el guiño del ¿bizco?, afú, ese mismo humor que censuran, ¿no?; e infidelidades en la Zarzuela, “y dame ya la corona que no te entra con los cuernos”, salta la Leonor. Ay Cádiz, de cada febrero, un te quiero, un te quiero. “Viva, sueña, canta, que te sangre la garganta… únete a mi batallón”, apostilla un popurrí a medio camino de algo. Juan sigue sin saber a dónde nos lleva este sendero.
‘Los chabolis’, chaboleando
“Vivimos más agobiao que el Rubiales jugando al conejo de la suerte”. Chaboleando chaboleando, comiendo jamón y gambas pero teniendo engachá la luz, con un Mercedes sin tener carné…, “bajo la luna lunera, viviendo a nuestra manera”. Es la propuesta de la cuasi chirigota de los Molina, ‘Los chabolis’, con la candela encendía. Pum pum. Las musiquitas de pasodobles, de dos en dos. La emigración chilla en el primero, gaditanos más allá de Cortaduta que se reproducen y vuelven por carnavá de los rincones que los acogen para desahogarse…, “se siguen marchando, mi gente se larga, Cádiz se desangra… un gaditano cuando va a cualquier ciudad, riega de arte y carnaval todas sus calles… mi Tacita, to el año chiquitita y un mundo por febrero”. Sólo cinco minutos amor a escondidas, en el segundo…, “ya sabes que no nos van a permitir que dos hombres se amen así en este mundo de brutos…”. Pum Pum. “Antes compraba condones y ahora compro hemoal”, revela uno de los cuplés con más pelo de lo debido. Te lo regalo, Juan. ¿Y la gente buscando piso haciendo cola? Yo me quedo en mi chabola. Peripecias de poblado chabolista estándar, rebañando toditos los estereotipos manidos, en un popurrí dicharachero…, “o entra pero no sales, o sales sin el vespino… que se apague la candela, que es la hora de dormir… que aquí sólo existe un mes, febrero en cada esquina”. Juan, arranca la fregoneta, ahora que no miran.
‘Y seguimos cantando’, una sonrisa y a tapar nuestra vergüenza
¡Que viene la cantera, que viene la cantera! Saca el pico y la pala, Juan. “Ya no nos duele lo nuestro… ya no araña nuestra pluma la cara del que gobierna, y al que escucha en ese palco ya no le tiemblan las piernas… y dando vueltas seguimos soñando, tragando, y mientras Cádiz se está desangrando, aquí seguimos cantando… y seguimos cantando pa tapar las miserias de los gaditanos mientras venden mi tierra al turismo en verano… ay carnaval, que tú me robas el sentío y me lo das, y yo, hago lo que tú quieras carnaval, y a mí, me quitas las penitas por febrero…”. Piru-Tomate, detrás de ‘Y seguimos cantando’, abren este parque de atracciones, con los payasos-gaditanos entreteniendo al foráneo. Frente al ombliguismo-centralismo madrileño la primera letra con quejío: “hace ya siglos, de las raíces de Andalucía nació el cante flamenco, bajo el quejío de aquel morisco que en nuestra tierra su sangre derramó… el flamenco es un sentir, una forma de vivir, el respeto a nuestros viejos y a lo que hicieron aquí… por eso señora Ayuso, tú qué coño vas a pedir, si a los viejos de tu tierra, los dejaste morir… la capital pretendes que del flamenco Madrid sea ahora… por más que lo pida, el flamenco tendrá su capital en Andalucía, mi Andalucía”. Y en el otro pasodoble, un cate gordo a la Iglesia y su negocio, con girito final, desconcertante: “ay pare mío tú no me enfades si no me llevas del brazo hasta la iglesia, pero hace tiempo que decidimos dar el si quiero sin biblia y sin altar… es tan divino este amor que no quiero corromperlo… qué sabrán ellos de amor y de amar… sólo necesito que me des, pare, tu bendición, la que me das cada viernes al besar tus pies morenos, y aunque no me case en tu templo, te pido por dios, yu bendición, ay mi Nazareno”. A la montaña rusa, jejeje, que tocan los cuplés, ¡foto!: funcionarios postpandemia, “y ahora están en su casa teletocándose los cohones”; y un amigo pesaíto tocando con el bracito. Que Cádiz es mi montaña rusa, la que acelera mi corazón, y las cuerdas de mi guitarra son los raíles de mi estación… y aunque tú me vuelvas loco, cuando yo voy a bajarme, otra vez quiero montarme, otra vez quiero montarme. Y yo. El popurrí embruja. Es la palabra. El amor a Cádiz contrasta con la honda tragedia del gaditano, obligado a esconderla para sobrevivir: “se abren las puertas, empieza la guerra, una sonrisa y a tapar nuestra vergüenza… ay gaditano, sonríe, sonríe, aunque la vida te quiera aplastar, sonríe, sonríe, porque si tu lloras, el turista se va, aunque te invada la pena, aunque te pongan cadenas, eres el chistoso, el bromista, el cachondo, el payaso del sur, el bufón del carnaval… y mientras canto, nuestra risa se desangra y explotan nuestras gargantas, tragándose las miserias de nuestra ciudad… Y si viene un maremoto, que me coja aquí cantando, rodeao de los míos, borracho de amor… este parque va cerrando, pero yo me quedo en Cádi pa quererle todo el año, y pa seguirle cantando, pa seguirle cantando…”. Juan, canta, canta, canta, cántame. Pero en silencio.
‘La chirigotera’, el hombre no es mi enemigo
Y el honor de darle el portazo a la función, y a los cuartos de final, es para ‘La chirigotera’, la comparsa de Tamara Beardo que quiere ser chirigota, que se arrodilla ante tres mil años de chirigota, que pide menos penas y más poca vergüenza. Recadito al Bruno, de entrada, y su sumisión a la Junta, guau guau…, “alcalde del PP, yo sé cómo es usted, un joven educado y muy bien formado, nacido en Jerez… que los perros falderos no piden dinero pa arreglar Valcárcel… no quiero un perro castrao, obediente y sin cohones… Hércules tiene a su lao dos leones que pegan bocaos a quien nos traicione”. Bocaos a los güevos. ¡Aquí está tu hermanoooo! Feminazis no, feministas, no mucho: asín se describen en un segundo pasodoble para abrir un amplio debate, en el que ofrecen su visión de la igualdad…, “respeto y libertad, tienen que convivir, no tiene por qué ser fascista alguien que piense diferente a ti… camino mi sendero, junto al hombre que quiero, que esta humilde comparsa no sería igual sin mis compañeros… la vida es un espejo como la mires te mira… trato al sexo opuesto con la dignidad que luego recibo, pido y merezco… el hombre no es mi enemigo, la igualdad no es que seas menos… en nombre del progresismo se profana a diario el feminismo, sin remordimientos”. Letra que provoca aplausos antes de acabar. Juan, llama a la Irene Montero, a ver qué opina. ¿No vea el coño que tiene mi hermana?, “al final no te he dicho nada ni de mi hermana ni de su coño”, jeje. Por ahí queda el primer cuplé, que conecta con el segundo, en el que sí se le marca “to la membrana”. Ajú. Cádiz de mi corazón, mi niña cascabelera, tengo más de un motivo para sentirme chirigotera chirigotera. Carmela te canta este popurrí que homenajea a la chirigota…, “que cantando yo soy feliz, yo no vivo del que dirán, ser de Cádiz es mi bandera, oficial o callejera, es la herencia de mi abuela nacer chirigotera, en Cádiz, por carnaval”. ¡Pito pito!
Las 00.34 horas. Baja el telón. Adiós cuartos. Adiós Negredo. Juan, saca los cuchillos, y el queso, y los picos, que en un ratillo baja el jurao, sieso, a decir tú pasa, tú no pasa. Pero eso ya es otra historia. Vamos haciendo la maleta, ¡¡que tenemos dos días de vacaciones!!, ¡¡aireeeeee!! Inteligencia Artificial, dale alegría a tu cuerpo, Macarena, y escupe la frase célebre para el the-end: “El feminismo es la idea radical de que las mujeres son personas”, dicen que dijo Cheris Kramarae. Dany Rodway
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