“Es un palo, pero es pretemporada”. Así valoraba Sergio González la derrota del Cádiz ante el Atlético en el LXVIII Trofeo Carranza por un 1-4 algo engañoso. Los de Simeone y su calidad se aprovecharon de arreones puntuales ante los amarillos que siguen esperando fichajes, como recordaron cánticos de un casi lleno Nuevo Mirandilla.
Cuando resta poco más de una semana para el inicio liguero, la campaña 2022/2023 que estará marcada por el parón obligado a finales de año por el Mundial de Qatar, el Cádiz se presentaba ante los suyos en el Nuevo Mirandilla en una tarde-noche de principios de agosto sin calor midiéndose, otra vez, al Atlético de Madrid (“mientras quiera, este es su Trofeo”, a decir del presidente Vizcaíno).
Un clásico que se resiste a desaparecer, el Trofeo Ramón de Carranza, que alcanza su LXVIII edición limitada a único partido, pregonado por la mañana por el periodista gaditano José Yélamo, entre anécdotas históricas y personales, nostalgia y coplas de carnaval.
Con las barbacoas playeras prohibidas, con acierto, aunque con batucadas, conciertos y actividades familiares planteados por el Ayuntamiento en parte del paseo marítimo como complemento festivo al fútbol, para que permanezca de alguna manera (¿artificial?) esa idea de que el llamado antaño Trofeo de los Trofeos es más que un torneo estival para los gaditanos, y la horda de turistas que toman la Tacita estas semanas.
“SE TIENEN QUE VER COSAS DEL CÁDIZ QUE QUEREMOS SER”
El Cádiz CF, ahora en las manos de Sergio González que supo hacer de un equipo tocado y hundido que se había cansado de Cervera un conjunto muy competitivo en la segunda vuelta de la pasada liga, logrando in extremis la salvación, llega a este tramo final de la pretemporada con la afición extrañada (por decirlo suavemente) ante la falta de refuerzos (de momento, sólo dos caras nuevas, Awer Mabil y Joseba Zaldua), necesarios si se quiere tratar de sumar un cuarto curso consecutivo en la máxima categoría del fútbol sin la angustia de meses atrás.
“Se tienen que ver cosas del equipo que queremos ser. Queremos ganar el Trofeo. Viene un equipo muy fuerte, pero para eso lo hemos traído, para que sea complicado, para tener que trabajarlo”, apuntaba el técnico cadista en la previa de este penúltimo amistoso (el sábado se jugará ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán en su trofeo) antes de que ruede el balón de LaLiga el domingo 14 recibiendo en casa a la Real Sociedad.
Los amarillos, estrenando la equipación de la nueva temporada, salían de inicio con David Gil, en portería; Cala, Fali y Luis Hernández, en defensa, y Zaldua, Pacha Espino como laterales algo más adelantados; José Mari, Álex Fernández y Tomi Alarcón, en la media; y Lucas Pérez y Choco Lozano, como hombres más adelantados. Respaldados por ambientazo en las gradas, con pocos huecos libres (se colgó el cartel de ‘no hay entradas’ al ofrecerlas gratis, más gastos de gestión, a los abonados): las más de 18.000 almas en el estadio no se veían en un partido del Trofeo desde hace muchos años. Televisado además por la Primera de TVE.
El encuentro arrancaba con los dos rivales estudiándose y acercamientos sin consecuencias a ambas áreas. El Choco se fabricaba y gozaba en el 10 de una oportunidad interesante. Y como respuesta, tres minutos después, Morata marcaba el 0-1 ganándole la partida a Fali y tras un gran pase de Griezmann. Y en el 22 resonaba el uuuyyy en el graderío ante una falta botada al borde del área por el internacional francés.
En el 32, Morata volvía a poner en aprietos a David Gil, y Perea ya había entrado en el verde reemplazando a Álex, con molestias. Pese al árbitro, los de casa trataban de dar un pasito adelante antes del descanso, metiendo a los de Simeone en su campo, y con un doble remate de Cala y Choco, con palo incluido, en una acción embarullada en el área. Sin embargo, al borde del ecuador subía al marcador el 0-2, gracias a un gol con la mano de Saúl. Pese a verlo repetido en los videomarcadores, Munuera Montero optaba por cabrear a la afición local, y enrarecer el tono del choque de verano.
“¿DÓNDE ESTÁN LOS FICHAJES?, LOS FICHAJES ¿DÓNDE ESTÁN?”
La segunda mitad no podía empezar peor. Con la defensa amarilla todavía fría, Wass se inventaba el tercero desde lejos, sorprendiendo a todos. Chust ya estaba en el campo en el sitio de Cala.
No había reacción cadista, el Atleti aprovechaba para acosar, y cinco minutos después Griezmann firmaba el 0-4. En la grada, principalmente en fondo sur, se canturreaba como respuesta aquello de “¿dónde están los fichajes?, los fichajes ¿dónde están?”, y por supuesto, el “¡¡Vizcaíno, dimisión!!”.
A partir de ahí, los colchoneros entraban en fase contemplativa (llegó el carrusel de cambios) y el Cádiz buscaba dignificar algo su papelón, merodeando de forma voluntariosa el área madrileña, probando de tanto en tanto al portero. Así, lo intentaban el capitán José Mari impactando en el travesaño, y el delantero hondureño con un buen cabeceo, bien repelido por el suplente Grbic.
Pasado el 70, Sergio González recurría a refrescar de forma radical al equipo, incorporando a Ledesma, Mabil, Martín Calderón, Arzamendia, Momo, Diarra, Pombo y Álvaro Giménez, por David Gil, Zaldua, Espino, Lucas, Choco, José Mari, Luis Hernández y Perea. Con el meneo al banquillo se vio a un Cádiz más activo, disputando con ganas cada pelota. El canterano Mady Diarra probaba desde lejos en el 76. Y en la siguiente estaba muy cerca del gol Álvaro Giménez dentro del área pequeña.
Para el último suspiro también se incorporaban Eyong y el gaditano Kikin, también del filial, por Alarcón y Fali; y Llorente la estrellaba en la madera de Conan. El que acertaba, en el 86, ahora sí, era Álvaro culminando una buena jugada con participación del extremo keniata-australiano. Ese ímpetu que mostraban en las postrimerías los hombres de recambio animaba al, durante demasiado rato, alicaído Nuevo Mirandilla.
Y se acabó. El Atleti, sin hacer nada del otro mundo (y un segundo gol regalado), levantaba (en una ceremonia poco ceremoniosa) su décimo primer copazo Carranza, manteniéndose así en lo más alto del ranking de equipos ganadores del veterano trofeo gaditano, que al menos este 2022 ha atraído en masa al público (con las entradas casi gratis, claro).
“Es un partido de pretemporada. Estamos en nuestra hoja de ruta”, remarcaba el entrenador Sergio González como resumen del partido, asumiendo que no le había salido bien el dibujo planteado en el campo de inicio, y acordándose de las “ausencias importantes”. “Lo de hoy es un palo, porque queríamos dar una muy buena imagen ante la afición, pero estamos entrenando bien, trabajando bien. Lo ajustaremos y daremos con la tecla”, sentenciaba. DIARIO Bahía de Cádiz