Aunque los amarillos lo intentaron, y la primera parte no fue muy deplorable, la derrota contundente y con Sancet como si fuera el Torpedo Muller resulta justa. Los vascos aprovecharon los errores de los de Sergio González y cuando se quedaron en inferioridad numérica se encerraron con eficacia, no dejando hacer nadan a los visitantes.
JORNADA 20. El nuevo Cádiz 2023, tras los refuerzos invernales, saltó al campo con novedades en el once como Roger Martí y Escalante, y también con clásicos dramas como la presencia de Fali en el puesto de pivote. Lo bueno es que el equipo salió sin ningún tipo de complejos, y los primeros diez minutos fueron un cruce de golpes por ambos bandos donde Bongonda y Escalante pudieron haber marcado, al igual que Ledesma tuvo que intervenir dos veces ante sendas jugadas de Nico Williams. Pero el que pegó de verdad fue Sancet en el minuto 10, que remató un misil imparable tras una combinación por la izquierda.
Aun así, los visitantes no se vinieron abajo y continuaron plantados seriamente sobre el campo, llevando el mando del encuentro y creando peligro. En una de estas, una fantástica acción de todo el equipo donde Brian Ocampo deja plantado en el área a De Marcos con un regate de los caros, se resolvía con un remate a bocajarro de Gonzalo Escalante que puso en el marcador un empate hasta entonces muy merecido, en el 25.
El equipo cadista trataba de tú a tú a los leones, y el encuentro seguía siendo un divertido correcalles, en el que cualquiera podía marcar. Lo malo es que Sancet volvió a hacerlo en el 35, en una jugada donde la defensa amarilla estuvo muy blanda, poniendo el 2-1 para los locales. Al minuto siguiente, Ledesma tuvo que volver a demostrar por qué es el mejor componente de esta plantilla salvando de manera inverosímil un remate desde el área pequeña, otra vez, de Sancet.
En esta fase del partido, los gaditanos, que jugaban muy abiertos, se empezaron a descomponer defensivamente y perdieron también cierta preponderancia en el ataque, de manera que los rojiblancos crearon peligro frecuentemente sobre la portería de Conan. Y así, llegó el tercero en un remate de Yeray en una jugada a balón parado espantosamente tratada por parte de la defensa, que vio pasar la pelota como el que ve una película alemana de esas de las cuatro de la tarde en Antena 3.
Acabó así una dicharachera primera parte, con un resultado nefasto pero con sensaciones esperanzadoras en el equipo a la hora de jugar la pelota, que se volvían pesadillas al mirar el desempeño de la línea de atrás.
YA NO HABÍA NADA QUE PERDER
Empezó el segundo tiempo con los hombres de Sergio González intentando hacerse con el juego, y con los bilbaínos agazapados sabiendo que tendrían su oportunidad, como las tuvieron en la primera mitad. Con este decorado, en el 52 Luis Hernández hizo lucirse a Unai Simón, y en el 56 en una bonita jugada combinada de los amarillos Yuri hacía una dura entrada sobre Iza y recibía su segunda tarjeta amarilla, dejando a los locales con diez. En la falta consiguiente, Bongonda acercó mucho la pelota a la escuadra pero por fuera.
Con la expulsión, el técnico de Hospitalet decidió que no había nada que perder y sacó del campo a Fali, que en la media no rinde igual que en el centro de la defensa, y puso en su lugar al Choco Lozano. Los amarillos tenían la pelota pero no creaban peligro en realidad, mientras los contraataques del Athletic Club asustaban bastante. Saltaron al campo también Guardiola y Ramos, que debutaban, y Sobrino, que hicieron sentarse a Ocampo, Bongonda y Martí. El uruguayo estuvo bien, el congoleño correcto, y el valenciano se dio cuenta de lo difícil que resulta ser delantero de este equipo. En el primer balón que tocó, Sergi Guardiola remató de cabeza cerca del palo, pero nada. Fue Sancet el que acertó con su tercer gol de la noche en otro fallo de la zaga.
No pasó mucho más de ahí al final. Para el Cádiz, el partido se fue diluyendo entre las ganas pero el poco acierto en ataque, con un chut de Rubén Sobrino al palo, y el desparrame, la descolocación y el entortamiento de la defensa. Y es que eso es lo más preocupante que deja este partido.
Es difícil de comprender que a estas alturas de la temporada, sin cambios notables en la línea defensiva (Pacha, Iza, Hernández y Momo es casi ya una defensa de esas que se recitan de corrillo), se produzcan los desajustes, fallos y faltas de concentración que tantas consecuencias han acarreado en la noche de este viernes. Lo cierto es que el equipo no empezó mal y demuestra que es capaz de jugar, cosa que en tiempos pasados no muy lejanos era toda una entelequia. Los fichajes, en principio, no parecen peores que lo que se ha ido. Pero se debe estudiar qué ha pasado ahí.
Quizá simplemente es que la manta es corta, y si nos tapamos la cabeza nos dejamos el culo fuera. Pero cada vez van quedando menos oportunidades y el equipo sigue metido en los puestos de descenso. No está muerto, pero tiene síntomas graves que le puede llevar pronto a por tabaco. Queda mucho trabajo por hacer aún. DIARIO Bahía de Cádiz
/ FOTO: Cádiz CF