La firma jerezana Construcciones Francisco Manzano retomará las obras inacabadas del edificio singular de contenedores que se levanta en el recinto exterior de la Zona Franca de Cádiz (en la parcela de la antigua Ibérica Aga), proyectado para acoger la incubadora de economía azul Incubazul, que funciona actualmente a pleno rendimiento en un espacio del edificio Europa, en el recinto fiscal.
El Comité Ejecutivo de la Zona Franca acaba de adjudicar los trabajos restantes (licitados a finales de julio, tras el abandono de la empresa anterior) por algo más de un millón de euros y un plazo de ejecución de cuatro meses. La obra se encuentra aproximadamente al 85% de ejecución.
A su vez, los trabajos en las redes de saneamiento del entorno están al 70% de ejecución: la terminación se licitaba también el pasado julio por unos 690.000 euros.
Este edificio ideado por el estudio Carquero Arquitectura (costeado principalmente con fondos europeos) se encargó a la empresa Díaz Cubero, por cerca de 2,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 14 meses. La primera piedra se ponía en el verano de 2022. Un año después, en julio de 2023, se informaba de que se encaraba ya “los últimos meses de la obra” estando prevista la finalización “para el otoño”. Pero pasó ese otoño, y el invierno, y la primavera… y se confirmó que Díaz Cubero había abandonado los trabajos “debido a su comprometida situación financiera”.
A partir de ahí, la Zona Franca se vio obligada a iniciar el expediente de resolución del contrato con esta constructora con sede en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra (que también ha dejado a medias en la Bahía una obra notable como la del Museo del Flamenco de Andalucía en Jerez, promovida por la Junta).
“UN ICONO DE LA INDUSTRIA SOSTENIBLE”
El edificio de contenedores marítimos reciclados está proyectado con una superficie total construida de 1.951 metros cuadrados y 1.415 m2 de terrazas y espacios libres distribuidos en tres plantas en altura, además de la planta baja.
Este futuro epicentro de Zona Base (y de Incubazul como hub para el emprendimiento altamente innovador) quiere ser “un centro de referencia de la economía circular local, un icono de la industria sostenible que se proyectará desde el polígono exterior al resto de la ciudad”, con una arquitectura singular en la que se le da una segunda vida a los contenedores usados en el transporte marítimo, que suelen tener una vida útil de 10-15 años.
Todas las plantas tendrán terrazas y espacios libres y en la baja se incluye coworking, salas de formación, cafetería y aparcamiento de bicicletas, además de un aparcamiento en superficie en la misma parcela. En la planta primera se han previsto siete oficinas y 13 en la segunda. La planta tercera se plantea con espacios para gestión, salas de reunión, dotacional y laboratorio tecnológico.
El parón de la obra, apostillan desde el Consorcio, no ha afectado a su gestión como organismo canalizador y ejecutor de fondos europeos que a finales de 2023 alcanzó un grado de ejecución de un 100,2% sobre la inversión realizada de 3 millones de euros.