El gaditano Alejandro Botubol expone hasta el 20 de julio en la Sala Rivadavia de Cádiz la muestra ‘Todas las tardes del mundo’, fraguada en su estudio de Caravanchel, en Madrid, una antigua imprenta convertida en centro creativo, que comparten siete artistas. Entre ellos Botubol, de 38 años de edad, que vuelve a exponer en su tierra dos años después de la última ocasión, de la mano de la Fundación Provincial de Cultura.
Las sensaciones, experiencias y contrastes vividos en su estudio son los que se plasman en esta muestra, que abre el verano expositivo de esta sala de la Diputación con una serie de cuadros en que el color y la luz “son los absolutas protagonistas”.
La experimentación con filtros, la búsqueda de efectos vidriera, la proyección de color-luz en telas, o la combinación con las pinturas propias crean unas obras “frescas y vitalistas” que configuran esta exposición, según palabras del propio Botubol. Una colección que se hace realidad con la colaboración de la Galería Ponce + Roble.
En la presentación de la muestra, el diputado de Cultura, Salvador Puerto, mostraba su satisfacción por poder acercar al público las creaciones de artistas de la provincia, que como en el caso de Alejandro Botubol “aúnan la juventud con una trayectoria amplia”, avalada por su participación en diferentes colecciones artísticas de prestigio, una completa formación académica, su papel en un gran número de exposiciones individuales y colectivas, becas, premios, haber participado en eventos de la magnitud de la última edición de ARCO, o haber sido artista residente fuera del Estado español, en concreto en el Internacional Studio & Curatorial Program del barrio neoyorquino de Brooklyn.
Para Puerto, algunos de los ingredientes de la obra de Alejandro Botubol son: la “innovación constante”, el equilibrio entre tener un sello propio y no quedarse detenido en él y el estudio y la investigación de la luz y el color, lo que deriva en una colección “visualmente muy atractiva y evocativa”.
Según se ha trasladado a DIARIO Bahía de Cádiz, las obras que se exponen en ‘Todas las tardes del mundo’ aúnan la técnica pictórica con la experimentación y con un lado intimista y poético, “con tal de atrapar la singularidad de cada tarde”. Por las tardes es “cuando ocurre la magia”, ha afirmado Botubol, inspirado por las luces que entran por el enorme ventanal, orientado al oeste, que ilumina su estudio.
Un viaje a las raíces, una pintura hecha desde el corazón, una evocación continua a la sensación más pura, a las connotaciones de ocaso y de inicio de cada tarde única en cada caso, y un guiño al propio metalenguaje creativo con un espejo que se expone en la sala y que es una más de las herramientas que el artista emplea para sus composiciones, es la propuesta de esta exposición, que cuenta con una obra central, de siete partes, cada una con una escala cromática diferente, que representa las tardes de cada día de la semana, además de un vídeo que contextualiza todo este proceso creativo.