DÍA 15 (15ª CLASIFICATORIA)
Ya están alcaldes y alcaldesas, concejales variopintos y la patulea de asesores haciendo el macuto, que se va medio Cádi de excusión a Fritur (Monforte dixit), a los madriles, a vender la provincia al turismo mundial, para que sea noticia en la prensa local. Aquí nos quedamos guardando del castillo, y el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2024), enfilando ya la recta final de sus preliminares: a por la decimoquinta función.
Un martes interesante por el ilusionante regreso de Germán Rendón. No, no se fue, pero con la comparsa ‘Donde fuimos felices’ admite el camino torcido que estaba tomando su forma de hacer carnaval, desobedeciendo sus propios intereses. Además, coincidieron ‘Este coro es de locos’, coro sui géneris de Monje-Bustelo, y ‘La chirigota clásica’, pero clásica, de Manolín Santander y Sánchez Reyes.
Y ¡¡ya tenemos programación oficiá de carnaval, Juan!! No me digas, no me digas… ¿concierto de Andy&Lucas?, noooo. Te lo cambio por Riki Rivera. Y ¿El Arrebato? ¿A que canta el himno del Sevilla en el tablao de San Antonio?, no hay cohone… Maripili, dale a la palanca y que ande ande ande este cronicón disfuncional. Y si te pagas una ración de carne al toro, me la como.
‘Este coro es de locos’, carnavalitis
Las 20.03 horas. Arriba telón. ¿Con los tipos a tiempo, illo? ‘Este coro es de locos’: la nueva ida de olla del Monje encerrada en el manicomio, con escapadita por febrero para subir a la batea. Jesús Monje se acompaña de nuevo en la autoría de música y letra de José Luis Bustelo. Dibujando “el mapa del gaditano” en el primer tango caminante y añorante. Popo popó, gorrión. “De verdad capitán, que se te echará de menos… mereces todo el respeto del que pasa por el Falla… pa nosotros el capitán es Miguel Ángel Fuertes… ya estamos tardando en condecorarlo, y en su solapa se le coloque el antifaz de oro, que hay quien lo tiene y ni siquiera ha llegado al bronce”, apunta la segunda letra, ojanosa con el regidor de escena, al borde de la jubilación. Por el mismo salmendrito continúa el primer cuplé, pidiendo que este pin “que no lo entregue Pacoli, que se lo va a poner en los huevos”; y toquesito a las uvas de la Pedroche y su último vestido…, “setenta por ciento de agua, y el otro treinta de carajota”. “Me quiero escapar, y rescatar pa Cái, el sábado de carnaval, el loco sábado de carnaval… y el lunes, el martes, el miércoles…”. Vámonos, casi sin respiro, a la “terapia” dentro de esta loquería del Falla…, “y al que no le guste el popurrí, po que se vaya a la Feria de Abril”. Mirando al Ayuntamiento, al alcalde que se fue, “o lo echaron, yoquejé”, y al nuevo alcalde, ¿nuevo?, “se sube el sueldo, y encima de Jeré”; reivindicando respeto para el carnaval de “la caaaalleeee”; con cameo de la orquesta Caballati; pero sobre todo con pullitas metacarnavaleras a todos los niveles…, “loco el que raja de otro sin conocerlo de nada… el que va de artista sin saber que sólo es carnaval… pero más loco están ustedes”. Y jaleo y villancicos para el hastaluegoluca de esta propuesta incalificable, pero hipnótica. Musicalmente rara pero embelesadora, con repertorio monotemático, en cierto punto revanchista, en cierto punto a su bola. Juan, échale tabaco.
‘Donde fuimos felices’, la vida es bella
¡¡Encuéntrate, Germán!! “Cuando sientes que ya no queda nada, siempre una luz se enciende y brota la esperanza… quiere volver a amar la vida, quiero amarte hasta rompernos en cristales, quiero volver a emocionarme con el mar, quiero reírme de todas mis cicatrices… quiero soñar y volver al lugar donde fuimos felices…”. Se presenta ‘Donde fuimos felices’, la comparsa refrescada de Germán Rendón, encerrada en la cabeza, en tu cabeza, en su cabeza. Pornográfico ese primer pasodoblón que nos toca la fibra a quienes no ignoramos a aquellos anónimos Los niños del barrio; el autor exhibe sus contradicciones de los últimos años, tras ir alejándose de sus OBDCs originales por buscar ¿un premio?: “muy buenos días, princesa, hurgando estoy en el armario, rebuscando en la cabeza, qué fue de esa brisa fresca que cantó un niño del barrio… perdí la ilusión, la inocencia se derramó, dónde quedó mi juventud… y desde el barro, aprendiendo del fracaso, saboreando muy despacio lo poquito que me dais… quiero sentir ese calambre que te da la vez primera… he entendido que el camino era mi destino más que la obsesión por una meta… he desplegado mis alas libres al viento pa quererte a mi manera, obedeciendo al corazón que pudo más que la cabeza… alejado del rebaño, que es lo que me hace feliz, como era antaño, oveja negra, oveja negra”. Fuuuua. Y de la intimidad de la primera letra, a las manifestaciones fachas de Ferraz: “si hay que elegir entre España y la unidad de su Estado… si hay que elegir entre Españita y la bandera, que con odio te refriegan, para anclar sus privilegios… si tengo que elegir entre esa España y una amnistía que me resbala… pa mi esta tierra y pa ti tu España”. Poco más que añadir en ese pasodoble que no cantará Abascal ni bailarán en el Hormiguero. En la tandita de cupleses, una nueva droga en Cádi, “estoy hablando del fenta-Noly”; y la Ayuso y los peperos adictos a la fruta, “ahora van a pegarse otros cuatro años comiendo nabo”. “Y si la vida nos da vueltas, yo contigo en espiral voy regando tu cabeza, con estribillos de carnaval”. El popurrí, dulce y efectista en su punto justo, aborda sin dramas la cuestión de la salud mental, arrancando desde el fondo, en la derrota, en la ansiedad… “pero al final te sumergirás en la herida, yo acompañaré tu partida, buscando ese por qué, que te impide vivir, hacia la paz…”; maquillando la vida-mojón a través de las redes sociales; el tira y afloja entre el corazón y la cabeza…, “piensas que el corazón te calienta la cabeza, sientes que la cabeza va enfriando el corazón, y se marchitan los dos, si no te quieres mover…”; “que suerte construir en tu niñez la salida de esta cárcel…”; “por fin divisas la orilla, no olvides, siempre hay salida, si un día vuelves aquí… quizá mañana no hay nuevo, quizá después no hay jamás… sé que esta historia te resulta familiar… y renaciendo en el lugar en el que a veces fui feliz, quiero brindarte una vez más mi verbo y mi fúsil… he curado mi alma, de tu luz hago patria, hoy mi mente se sana, está fue mi terapia, en forma de comparsa”. Germán, nos has encontrado. Otra vez.
‘Los gallitanos’, apollardaos
Que tostá. Con jamón. En la pubertad, “con la torrija y con la empanada”. Se les está cambiando la voz, de la de Fernandi a la de Mosquera. Por ahí se arrastra la chirigota cordobesa ‘Los gallitanos’, con letra firmada por David Amaya Jiménez y Diego Fariñas Baro, y letra del David en solitario. En la primera lección, un homenaje a aquellos maestros carnavaleros que “lucharon por todo lo nuestro, no los olvidemos”. El segundo pasodoble es un grito de desesperación dentro del aula…, “este sistema nos deja vendido, sin pacto firme por la educación… privatizando la escuela de siempre, sólo nos salvan los y las docentes, que a pesar de todo siempre nos dan tó… os pido respeto, para las maestras, para los maestros”. ¡¡Pito, pito… ha dicho pito!! Yo no la pillao. Juan, tampoco. Los cuplés inacabables se hacen bola, de tres en tres, encima; no se sabe dónde empiezan y donde terminan. Con un deo en el culo, o argo. “Qué polvorón, que estoy en la edad del pavo”. La zambomba no falta en ese pupurrí con granos. Ni la venta de cajas de mantecados en diciembre. Ni el cameo, innecesario, del Sheriff, ¡aleluya, aleluya!…, “el Falla mi asignatura pendiente… te pido Tacita, clases particulares… que por ti repetiría”. Enfoca, enfoca las caritas del patiobutaca, Juan. Enfoca, y enfosca.
‘Los refugiados’, al lavaero
“De repente vives siempre huyendo, tu alma forastera dentro de tu mismo cuerpo…”, hasta que te tropiezas con el carnaval…, “y aquí me tienes cogiendo cita para estar otra vez a tu lao, a tu vera refugiao”. Saluda con el agobio de esta sociedad voraz en la mochila ‘Los refugiados’, comparsa onubense de Punta Umbría con José Manuel Soto López como autor de letra, y Alejandro Rodríguez Ferrera, de la música. Y tipo arakanesco. Que apreciación más original, picha. “Las dos siempre despeinás”: comparando e igualando a Cádi y Punta Umbría, sus cositas y sus gentes…, “y para vernos, ya están los carnavales”. Y las fresas de allá, y las fresas de acá, aro aro. El relato de un currante “sin más virtudes ni títulos” sin días de asuntos propios ni baja paternal copa el otro pasodoble, orgulloso “porque a sus hijos, no les faltó de nada”. En uno de los cuplés revelan que las niñas del Borbón son gaditanas, “son de la punta de san Felipe”. No vea, Juan. “Si la vida a ti te agobia y reniegas del amor, tengo pa ti guardaíto un refugio en mi corazón”. El popu, correcto, gracias, abunda en esa idea de buscar un refugio para soportar esta vida de mierda, ejem…, “necesito terapia, menos mal que tengo que ir a ensayar… porque mi historia es la tuya”. Mientras te cobijas en el carnavá, no estás en la calle, endrogándote, Juan. Que hace fresquete.
‘La chirigota clásica’, pon el teletexto
Asomaíta la luna, lunera. Todo correcto. Fletilla y Manolito Santander presiden el templo de ‘La chirigota clásica’, frente a las modas de afuera, haciendo bandera de lo clásico, y del teletexto, que no se sabe si es barroca o del rococó, “el concierto comenzó”. Con la letra de José Manuel Sánchez Reyes, y la música de Manolín Santander, hijo, y ausente. Presentando la esencia del pasodoble, chimpúm chimpúm, en el primer metapasodoble-piropillo de rigor, “y a decirte otra vez por febrero, carnaval cuanto te quiero, otra vez con mi chirigota”. Y el segundo echa en falta al Vera, “una chirigota rival, que se convirtió en amiga… la tropa bendita del rey de cuplé”, y culpa de ello a los aficionados “de mierda” que aburren a cualquiera y luego se lamentan. A por la tanda de cupleses, sin muchas florituras: la Leonor, de fiestuqui, que no se vaya sin pagar la cuenta del Froilán y del abuelo; y los robos y secuestros a furbolistas famosos…, “yo desde Cádiz a esos delincuentes les digo basta, y también les digo que Vizcaíno tiene en su casa un montón de pasta”. Gallo. “Eso va por fa, eso va por sol… y si están hablando de un papa frita chirigotero, que se ha creído que es el más listo y el más viñero del 3×4 y del carnaval, ¿eso va por si?, eso va por mí”. Anclado en todo lo que suena a ayer y a tradición rancia ese popurrí, con bidé, que no termina de desaguar…, “si tú no cantas conmigo, prefiero no cantar… ya nos marchamos pa el barrio más marinero no de Cái, y que nuestra chirigota reciba su bendición… si no salen de tu boca, cuatro letras y mis notas, una noche borracho de carnaval, perdóname amigo mío, prefiero no cantar”. Juan, subraya con el fluorescente amarillo ese último verso, por si acaso. Ambiente raruno.
‘Cadígenas’, mi tierra
Y la última pieza del tente de la función la coloca desde Rota la comparsita ‘Cadígenas’, con letra y música de Alba Fernández Neva, también la directora. “Óyela, óyela, tu tierra que te grita… Cádiz, la de mi tribu, la de mi refugio… pa luchar pa lo que es tuyo”. Dice holaquéhay esta tribu-esencia-descalza, bien cantá. “La autora y el autor son quienes le dan vida al alma de los carnavales”, subraya el primer pasodoble, frente a quienes destruyen y derrotean gratuitamente detrás de un teclado. El egoísmo de los hijos barniza la segunda tragi-letra, “tu naciste de su vientre… se te olvidó que esa mujer te regaló una vida… no tienes corazón, por enterrarla en vida en una residencia”. “Como Cadígena lucho con mi tribu y mi canción, te llevo clavaíta como una espina de mojarrita en mi corazón”, anota un estribillo para tapar esos cuplés, der caraho, uno de los dos; y el Bertín Osborne abortao, en el otro. ¡Alto el fuego! ¡Paz para Palestina!, se grita en un popurrí tribal densito, ay poporopón, ay tirititrán… “el pueblo que no se defiende, es el pueblo que se calla… Cádiz lucha por tu gente, hoy es el futuro, oye tu tierra, gaditano, abre tu alma, gaditana, que la tribu está en tus manos”. Juan, ¿y tú de que tribu eres?
Las 23.50 horas. Baja el telón. Y como es temprano, pienso y todo: si el Bruno se va estos días a los madriles a eso de Fritur, ¿el Cossi es el alcalde accidental por unas horas? Juan, que cuartetero se ha perdido el sillón de Salvochea… Dale al ON a la Inteligencia Artificial y que nos deje en fase REM con una frase célebre a traición: “La salud mental no es un destino, sino un viaje. La felicidad no es una meta, sino un estado de ánimo”, dicen que dijo Zig Ziglar, un orador motivacional estadounidense. No veah, prima. Dany Rodway
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