Es sorprendente como el Cádiz este año, a base de correr desesperadamente hacia delante mirando para atrás, se está encaramando sin darse cuenta en los puestos altos de la tabla de Segunda. Ya está tercero con 36 puntos, y la zona de descenso, a 13. Los amarillos tienen una fe asombrosa en sus propias posibilidades, y a base de esfuerzo, no exento de calidad cuando se necesita, van sacando los partidos. Este domingo en el inicio de la segunda vuelta, victoria por la mínima (1-0) ante el Almería, y jugando con diez por expulsión de Sankaré.
Se le estaba atragantando a los de Álvaro Cervera la cuesta de enero, pero el equipo salió bien este domingo al Ramón de Carranza en el primer partido de la segunda vuelta de Segunda, ante el Almería, con velocidad y movimientos entre líneas, aunque sin mucho éxito a la hora de crear peligro. Sólo algún centro de los rapidísimos extremos, contrarrestado por algún disparo lejano de los visitantes consiguió despertar cierta incertidumbre al operador del marcador.
A eso del cuarto de hora, en este toma y daca el Cádiz se había hecho dueño del juego, y los rojiblancos se limitaban a guardar la ropa y lanzar balones a sus extremos, que hábiles y fuertes, causaban problemas a los centrales locales. Aridane estuvo más seguro, con algunas lagunas, y Sankaré titánico a veces, y otras veces inoperante y distraído, pero siempre un espanto a la hora de poner el balón a los delanteros. Del mismo modo que hay vídeos con los mejores goles de Mágico González, se podría hacer uno igual de fantástico, y de varias horas, con los pelotazos más horripilantes del Califa.
Poco a poco, las acciones del Cádiz que demandaban al Almería se fueron espaciando, y el equipo visitante comenzó a controlar el encuentro, aunque no el esférico. Así, el partido se fue convirtiendo en un coñazo de los que le gustan a los entrenadores pero aburren a todos los demás, amenizado únicamente y como siempre, por la velocidad de Álvaro, que en el minuto 34 colocó un centro venenoso a Nico Hidalgo que Maroto despejó a córner desesperadamente, o por un disparo lejano de Rubén Cruz que culminó una jugada por la derecha de los amarillos.

En esto acabó el primer tiempo, y en la reanudación el visitante Corona cabeceó al poste nada más empezar un centro desde la derecha, y luego ya todo continuó por la misma senda: patadones, presión, fallos forzados y también algún destello de calidad. Y en uno de estos lances intensos Sankaré empujó por detrás a un rival y el árbitro consideró, de manera quizá demasiada rigurosa, que esta acción era merecedora de la segunda tarjeta para el jugador africano. Se quedaba el Cádiz con diez e Hidalgo abandonó el campo para dejar su lugar a Servando.
El Almería se fue haciendo dueño del juego, y empezó a plantear ciertos problemas a la defensa amarilla, más por la superioridad numérica que por el juego propiamente dicho. Algún centro, algún pase en profundidad, pero poca cosa más. En el minuto 70, el Cádiz mueve el banquillo de manera inesperada y Ortuño deja su puesto a Aitor García, lo que a la larga sería muy importante.
Cuando el partido parecía encaminado al sufrimiento final de los locales, en el minuto 83 Aridane robó un balón en su propia zona y lo subió de manera personal hasta la otra área, en una jugada que terminó con un centro de Álvaro García que acabó metiendo Aitor en la portería visitante con un puntapié de su pierna derecha, con finura y categoría.
De ahí al final, los jugadores cadistas, que este año son maquinitas de correr, soportaron los envites del rival sin demasiados sobresaltos, y así acabó el partido con otra victoria para los amarillos que les aleja un poco más del descenso, y les acerca a quién sabe donde. Pero corriendo. Siempre corriendo. DIARIO Bahía de Cádiz
Las FOTOS del Cádiz-Almería, AQUÍ
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