JORNADA 35. Los dos conjuntos que ascendieron la pasada temporada de la mano de forma directa de Segunda a Primera se veían las caras en la tarde de un sábado raro pre-fin del estado de alarma en el Ramón de Carranza, cuasi veraniego a las seis y amenazando tormenta a las ocho; sin público en las gradas finalmente, pese a que se soñó con que en mayo ya sería posible sentir el calorcito de la afición, y este espectáculo-negocio esterilizado volvería a ser un poco más fútbol, el de verdad.
Como era previsible, Cádiz y SD Huesca han luchado este año del regreso a la elite por la salvación, aunque el objetivo sólo lo tiene más que atado a estas alturas (con cuatro jornadas por delante) el equipo gaditano, que apenas necesitaba un punto para certificar matemáticamente el reto que se puso el pasado verano. Más (que) complicado lo tienen los aragoneses, metidos de lleno en zona peligrosa y con la imperiosa necesidad de ganar o ganar casi todo lo que resta.
Así, con los deberes rematados y con nota, un aliviado Cervera se ha puesto como tarea ver competir a los suyos por quedar lo más alto posible en la clasificación (lo que, en paralelo, supone premio económico para la entidad), nada de relajarse como temporadas pretéritas. Aunque dejando claro que “habrá cambios, haremos pruebas”.
Dicho y hecho. El once titular presentaba variaciones sobre todo en la parte de arriba: Alejo, Malbasic, Saponjic y Lozano, al ataque. Por detrás, en el centro del campo, Jonsson y José Mari; Fali, Marcos Mauro, Akapo e Iza, en la defensa; y Ledesma bajo palos.
Y no se puede decir que los de casa salieran desconectados ni pensando en las vacaciones. Avisaban a los de Pacheta con varios acercamientos sin mucha chicha, pero elaborados. En frente, los hoy de blanco no sabía muy bien cómo meterle mano al encuentro; un cabezazo fuera de Rafa Mir en un córner, en el 16, lo más peligroso hasta ese momento.
Poco a poco el Huesca se hacía con la posesión, mas sin mordiente ni arriesgar atrás. El encuentro, ganando en sopor, se mantenía igualado. E Iza Carcelén se inventaba un trallazo desde fuera del área en el minuto 28, que casi se cuela.
La locura se reservaba para los instantes finales del primer periodo. Acertaba en el 43 Mauro, culminando una acción a raíz de un saque de esquina que botaba Iza y prolonga Choco. Un 1-0 que no duró apenas en el marcador, ya que al borde del 45 empataba el conjunto oscense con golazo de Rafa Mir. Pero en el descuento volvía a adelantarse el Cádiz gracias a un medio tanto en boca de gol del hondureño (medio en propia meta de Gastón) asistido por Malbasic, al que le llegaba la pelota de un pase medido de Fali.
El tercero de los amarillos estuvo a punto de subir al inicio de la segunda parte, pero Saponjic no llegaba a conectar el buen centro del serbio por la izquierda. La sentencia de los de Cervera, muy a gusto en el verde, se sentía algo más cerca que el empate del rival, acelerado y tocado mentalmente.
Avanzaba el crono, el Huesca trataba de morir en el área de Conan Ledesma: en el minuto 62 Siovas se sacaba en una acción puntual un disparo cruzado que se topaba con el palo; y en el 68, de nuevo Rafa Mir desde lejos disparaba con intenciones, antes de repetir casi la misma ocasión desde falta directa. José Mari respondía en el 73.
Llegaban los cambios al Cádiz en un momento en el que el choque estaba medio roto: se retiraban Alejo, Lozano y Saponjic (que más allá de que ha tenido pocas ocasiones desde que llegó en enero, sigue sin demostrar nada), y entraban Jairo, Sobrino y Negredo. Una combinación entre los dos últimos en una contra, que se intuía letal, acababa abordántola la defensa. Para los últimos cinco minutos se incorporaba Perea por Malbasic, y poco después era Garrido el que suplía al roteño en el centro del campo. Jairo, tras un carrerón y pecar algo de egoísta, no hacía el 3-1 de milagro en el 87.
El árbitro concedía seis de propina, y el recién incorporado Alberto Perea también se buscaba su ocasión, fuera. El rival, agotado, era más corazón que cabeza, y apenas inquietó a Ledesma en el descuento. Los tres puntos se quedan en Carranza, donde el Huesca sigue sin ganar en competición oficial; y confirman, ahora sí, la permanencia matemática en LaLiga Santander para un Cádiz entonado.
“Para mí en estos partidos empieza la temporada que viene, quién quiera seguir aquí…”, insistía el técnico tras el encuentro, subrayando además que es ahora cuando más cómodo y valorado se siente en el club: “aquí es donde quiero estar”.
“AHORA SÓLO NOS QUEDA CRECER”
“Lo hemos conseguido. Sin vosotros, partiéndonos el alma por ello, y por vosotros, porque sois los que habéis mantenido esto vivo más de 110 años. Va por todos los aficionados cadistas del mundo, que son muchos”. Son palabras del “orgullosísimo” presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, en una carta abierta dirigida a la afición difundida en la misma noche del sábado tras confirmarse la permanencia.
“Quiero que nos felicitemos todos –subraya-. Hay que quitarse el sombrero con la plantilla y el cuerpo técnico. Esta plantilla ha demostrado compromiso, ser una plantilla de primera división, comprometida, cadista, de la que se hablará por lo mucho demostrado en esta temporada”.
Además, cita al cuerpo técnico, con Cervera a la cabeza, “con el que nunca se ha negociado la lucha y que ha dado clases magistrales de técnico de elite. Una élite a la que ha llevado al Cádiz y donde el Cádiz estará muchos años con él”; al resto del consejo de administración de la entidad, “porque siempre han salido las cuentas a pesar de las dificultades”; y a todos los empleados del club “porque han puesto su granito de arena”.
“Pero dicho esto, ahora sólo nos queda crecer. Dar un paso adelante. La próxima temporada, ya esperemos que con los nuestros en el estadio, tenemos que seguir con la misma humildad y compromiso. Lucharemos por volver a mantener la categoría, pero creciendo sí o sí, para que cada vez sea menos extraño que el Cádiz, que tiene una afición de Primera, esté a la altura de la misma. Que nadie dude de que creceremos”, sentencia Vizcaíno en su escrito. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway