El proyecto es una “gran apuesta” en materia de sostenibilidad. Contempla la creación de un tanque de retención de aguas pluviales para momentos de aguaceros; y la ejecución de una nueva conexión con el antiguo emisario del Atlántico en la playa de Cortadura, evitando así los vertidos a la bahía, una zona “catalogada como sensible”.
Un depósito de retención de aguas pluviales de 5.800 metros cúbicos y el acondicionamiento de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) Cortadura: es el proyecto “más ambicioso de sostenibilidad” planteado hasta el momento por la empresa municipal Aguas de Cádiz, con el que se busca reducir “casi al completo” los vertidos de aguas pluviales en el saco interno de la bahía. La iniciativa absorberá una inversión de hasta 7,5 millones de euros, a cargo del canon de mejora de infraestructuras hidráulicas de la ciudad. El plazo de ejecución rondará los 14 meses.
“La previsión es que el periodo de retorno sea de más de diez años, esto significa que sólo sería necesario verter en momentos puntuales de lluvias muy prolongadas e intensas que se dan en Cádiz cada diez años, además, el vertido será en un porcentaje mínimo y con caudales más diluidos”, ha explicado en la presentación del proyecto el gerente de dicha empresa pública, Jesús Oliden, junto a su director técnico, Manolo Amaya, y la concejala y presidenta de la sociedad, Ana Fernández.
En este punto, Oliden ha precisado que “hace cuatro años que ya ejecutamos las primeras mejoras para reducir los vertidos, optimizando las bombas de la EBAR en la que pasamos de bombear 800 m3 a 1.100 m3, lo que redujo los vertidos a la bahía”. “Nuestra intención es llegar al vertido cero y la oficina técnica lleva años trabajando para diseñar este gran proyecto, uno de los más importantes planteados hasta el momento por la empresa”, ha insistido.
Por su lado, Fernández ha subrayado que “avanzar en sostenibilidad ha sido siempre una de nuestras premisas, así lo plasmamos en 2017 y lo estamos materializando en proyectos como este”; algunos de ellos “son muy visuales, como la remodelación de las fuentes ornamentales y otros, que no lo son, pero que comprenden un gran trabajo y salto cualitativo para la ciudad y para el entorno en el que vivimos, como son las cuestiones relacionadas con saneamiento y sostenibilidad”.
Es el caso de esta ambiciosa iniciativa compuesta por varias acciones relevantes, según se detalla en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz: como la creación de un tanque que retiene las primeras aguas en momentos de lluvias fuertes para poder tratarla posteriormente y bombearla a la depuradora; y, por otro lado, la creación de una nueva conexión con el antiguo emisario del Atlántico, evitando así los vertidos a la bahía en condiciones de lluvias normales.
En la actualidad, existe un punto de vertido controlado y autorizado por la Junta de Andalucía por el que se evacúa el agua que la EBAR no es capaz de bombear a la EDAR por aumento de caudal a causa de concentración de lluvias, en momentos de aguaceros. Este lugar se encuentra en el interior de la bahía de Cádiz, “zona catalogada como sensible y en la que la masa de agua en los últimos años presenta un empeoramiento de su calidad”, según los datos reflejados en la Planificación Hidrológica de la cuenca Hidrográfica Guadalete-Barbate; por eso mismo, desde el Ayuntamiento se sobresale la importancia de llevar a cabo este proyecto, “de limitar los vertidos al mínimo posible desde la ciudad”.
EL PROYECTO AL DETALLE
Las acciones que se llevarán a cabo alrededor de este proyecto de Aguas de Cádiz comprenden la construcción de un depósito de retención de aguas pluviales con cubierta transitable para camiones de dimensiones exteriores 44,55 x 26,25 m y un volumen de 5.850 m3.
Además, está previsto el acondicionamiento de los colectores de impulsión de las EBAR Martona, Villa de Rota y Tabacalera a la EBAR Cortadura y la construcción de una nueva estación de bombeo que duplicará el número de bombas operativas, pasará de las tres existente a tener seis y repercutirá en el incremento de la vehiculación de agua residual y pluvial a la EDAR que comparten la capital y San Fernando.
También se contempla un colector de impulsión desde la nueva EBAR hasta la conexión con el emisario submarino de la playa Cortadura, que vierte a dos kilómetros en el océano Atlántico, “lugar no sensible medioambientalmente”. Este colector servirá para usar el antiguo emisario como aliviadero de la EBAR en momentos de intensas lluvias una vez se encuentre lleno el tanque de tormentas. A su vez, se instalará un sistema de filtrado para que el agua que se vehicule por el emisario sea menos contaminante. Para realizar esta conexión será necesario pasar por debajo de las vías del tren, la autovía CA-33 y llegar hasta la playa.
Finalmente, se prevé la sustitución de los sistemas eléctricos de las bombas, la automatización y la instalación de sistemas de alimentación ininterrumpidos.