Dos puntos de 21 posibles: siete partidos consecutivos sin ganar, sumando dos tristes empates y cinco derrotas deshonrosas. Con este humillante bagaje y peores sensaciones, tras otro partido sin novedades, el de este sábado ante el UCAM Murcia, cayendo por 0-2, el Cádiz sabe que jugará la liguilla de ascenso. Lo de competirla, visto el nivel que ofrece jornada tras jornada, es otra cosa. Ante el líder, solvente y sin hacer nada del otro mundo, los de Cervera, sin rumbo, mostraron su impotencia ante una afición que ya no sabe si desahogarse, reírse o pasar…
Con la mente se supone que en la liguilla y los posibles rivales, y mucho mucho pesimismo y desánimo en el ambiente, pese a certificarse la semana pasada la clasificación virtual del Cádiz para disputar ese ansiado ascenso a Segunda, el Ramón de Carranza se abría en la tarde de un sábado nuboso a la visita del actual líder, el UCAM Murcia. Un choque –de presumible nivel de play off- para intentar cambiarle la cara a la hastiada afición, que poco o nada puede creer en las posibilidades de un equipo que se ha colado como cuarto tras una penosa racha que ¿no tiene fin?… Así será la competitividad del Grupo IV y de esos perseguidores que no han sabido darle caza. Y lo más preocupante: ofreciendo sensaciones lamentables, pese al cambio tardío de entrenador, que, de momento, de revulsivo, nada de nada.
De inicio, Álvaro Cervera confiaba en un titular con Mantecón y Abel Gómez en el centro del campo, Salvi y Jandro en las bandas, Carlos Calvo de media punta y Lolo Plá ejerciendo de delantero. En el banquillo, ni Güiza ni el canterano Román. Y en las gradas, más de 8.500 personas, la mayoría –muchos niños gratis y entradas a 1 euros para los abonados- resguardada bajo la tribuna, aunque apenas llovió.
Se mostraban los católicos más interesados en mandar en la primera fase de la partida, pero el primer acercamiento de cierto peligro nacía en las botas de Salvi –de lo poco salvable-, que se la dejaba a un Plá que llegaba muy forzado, sobre el minuto 10. Y en el 22, Carlos Calvo lanzaba una buena falta desde la izquierda, en los momentos en los que los de casa intentaban meterle otro ritmo a la desagradable tarde.
Pero para qué… se cumplía la media hora, el UCAM sacaba un córner y Pallarés, con el pie, hacía el 0-1, ante una defensa inexistente. Y parte de Carranza, hasta el momento bastante animoso, gritaba ya aquello de “¡Vizcaíno dimisión, vete pá Sevilla, no te queremos!”. Se intentó reaccionar tras el gol en contra, de forma tímida, no pudiendo evitar el chaparrón de “fuera fuera” camino del vestuario, al descanso.
La segunda mitad comenzaba con los de Cervera volcados formalmente sobre la portería de Biel Ribas, y el rival a la expectativa; y Servando estuvo cerca de establecer el empate al rematar un saque de esquina. Diez minutos después era Álvaro García, ya en el césped relevando a Jandro, quien asustaba de alguna forma al meta murciano. Sin embargo, en el primer avance de los universitarios, pasado el 20, Manolo marcaba el 0-2 de vaselina, llevándose los aplausos de la grada, que desde un rato antes ya se estaba tomando el encuentro –y a Despotovic en cuanto salió- a chufla, y que con este segundo tanto en contra, explotaba con cánticos de “¡jugadores mercenarios, saca al Cádiz B!”.
Hasta el final, todo fue una agonía innecesaria, espoleada por contadas individualidades y algún saque de esquina, y con la afición abandonando antes de tiempo, sin razón ni motivación alguna para ilusionarse con que los play off, dentro de 15 días, tras el trámite de Jaén. Siendo realistas, ¿merece la pena jugar esta liguilla así…?
Con el tiempo cumplido, el UCAM celebraba, ovacionado por el Carranza de pie, ese primer puesto que ya no se lo quitará nadie, al pinchar este sábado el Murcia. Otro equipo que tiene algo que festejar sobre este verde, y no es el Cádiz. DIARIO Bahía de Cádiz
Las FOTOS del Cádiz-UCAM Murcia, AQUÍ
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