CRÓNICA COPA. El Cádiz presentó en el césped del Sánchez Pizjuán en la vuelta de los octavos de Copa, tras el 0-2 en Carranza, una alineación de nuevo compuesta por los menos habituales, con la excepción del central Kecojevic. También tuvo a bien Álvaro Cervera plantar en el campo al centrocampista del filial Sergio González, que pasó desapercibido. El Sevilla, globalizado, dispuso una formación en la que se echan de menos jugadores carismáticos que conecten con la idiosincrasia del equipo (Moisés, Enrique Montero, Martagón o Magdaleno) y no sólo con los requisitos técnicos necesarios según el fútbol de reproducción asistida que tanto gusta a los fondos de inversión.
El partido comenzó con el dominio total del equipo blanco, que movía la pelota y llegaba frecuentemente a zona de peligro. En los primeros tres minutos Ben Yedder tuvo dos oportunidades de batir a Yáñez. Pero luego se sumió en una aburrida tónica de tocar y tocar sin más objetivo que tocar y tocar. Y mientras tocaban y tocaban, los gaditanos se limitaban a dar pelotazos a Barral con la esperanza de que abandonara el entortamiento en el que se encuentra sumido últimamente e hiciera algo más que protestar hasta por el porcentaje de nitrógeno de la atmósfera.
Poco a poco, los amarillos fueron capaces de sacudirse un poco el dominio local, y en el minuto 16 Aitor García disparó de lejos con peligro para acabar una jugada eficientemente llevada por el equipo; y en el siguiente minuto, el isleño despertó de su ensimismamiento y enganchó un balón perdido en la frontal del área sevillista que dio en el larguero de la portería de Rico.
A la mitad de la primera parte las fuerzas estaban más igualadas, con la diferencia de que el Sevilla dominaba pero el Cádiz asustaba, como en un balón largo que dejó a Moha delante del portero, y el africano disparó fuera de forma infantil, inane y sin ninguna convicción. Esta oportunidad desperdiciada hizo despertar a los blancos, que finalmente, de tanto tocar, consiguieron llevar un balón dentro del área y tras un despeje de Yáñez a disparo de Correa, Ben Yedder lo colocó a placer en la portería consiguiendo el 1-0 en el minuto 31. Poco después, el arquero visitante despejó con una pierna un disparo Banega que se había escapado solo.
Con el mismo guión, pero con el Cádiz poco efectivo y el Sevilla más seguro terminó un primer periodo que, pese a los sustos que dieron los de Cervera, fue a los puntos claramente para el conjunto de Primera. Destacable la actuación de Yáñez, que dejó paradas de mucho mérito, e incluso estéticamente muy aprovechables para cualquier póster de Don Balón.
La segunda parte comenzó de una forma parecida a como acabó la primera hasta que en el minuto 53 Joaquín Correa remata un corner de cabeza y anota un precioso gol que dejaba a los de la Tacita completamente fuera de la eliminatoria.
Aprovechó entonces el técnico del Cádiz para hacer debutar al reciente fichaje invernal, Eugeni Valderrama, al que se le atisbaron buenas maneras; y para darnos la alegría de la reaparición de Carrillo, mientras el partido continuaba por los mismos cauces de dominio sevillista, si bien, con menos insistencia. En la lucha, el lateral cadista Robert Correa sufría un choque y se lesionaba el hombro, y era sustituido por Alvarito García en el 68.
Con el descenso en la intensidad de los hombres de Montella, el Cádiz se acercó un poco más a la portería rival, como en un disparo del ex del Sevilla Atlético tras jugada de Álvaro, o un disparo-rebote de Moha en una jugada vergonzosa de la defensa blanca; mientras que la relajación amarilla permitió disfrutar de una acrobática doble parada de Rubén Yáñez a un remate de Ben Yedder que se quedó sólo frente a él.
Antes de acabar, todavía tuvo Alvarito una buena oportunidad aprovechando un mal despeje de la defensa a un centro defectuoso de Moha, y Carrillo otra que no remató bien a un centro desde la derecha.
Y el partido ya avanzaba sin pena ni gloria, hacia su final hasta que el de Utrera metió un bonito gol de vaselina en el minuto 86 a pase de Abdullah; y falló otra oportunidad clara poco después. En el 90, Servando remató de cabeza fuera otro balón casi imposible de fallar. El equipo de Champios se descompuso al final pero pasó a la siguiente ronda de Copa, y el Cádiz cayó siendo inferior de manera general, aunque superior en tramos de la eliminatoria.
Con la cabeza alta, los amarillos (que en el torneo del KO han dejado por el camino a Almería, Osasuna y Betis) se montaron en el autobús y se encaminaron a la A-P4, donde pagaron el correspondiente peaje a la vuelta a casa. DIARIO Bahía de Cádiz