Este jueves 18 de agosto se han cumplido 69 años de la mayor catástrofe que ha sufrido Cádiz en los últimos tiempos: la Explosión de 1947 que arrojó el balance de más de 150 muertos, 5.000 heridos y unos 2.000 edificios afectados, sobre todo en Extramuros. El Ayuntamiento ha celebrado su habitual ofrenda floral en recuerdo de las víctimas, mientras el Instituto Español para la Reducción de los Desastres se ha unido a la conmemoración con diversas actividades.
Cádiz recordó este jueves el 69 aniversario de la mayor catástrofe que ha sufrido la ciudad en los últimos tiempos. En la noche del infausto 18 de agosto de 1947 se produjo una explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso conocido popularmente como la ‘Explosión de Cádiz’ que arrojó el balance de más de 150 muertos (la cifra oficial) y unos 2.000 edificios afectados, sobre todo en Extramuros.
Como ya es habitual, el Ayuntamiento realizaba a mediodía una ofrenda floral ante el monumento en la plaza de San Severiano que recuerda a las víctimas de la explosión.
La alcaldesa accidenta, Ana Fernández, que ha presidido este acto, ha incidido en las razones por las que el Consistorio sigue recordando esta tragedia: “primero, porque todos y cada uno de nosotros tenemos el deber y la responsabilidad de conocer la historia reciente de nuestra ciudad. Segundo, porque no queremos ni debemos olvidar a todas las víctimas, oficialmente 152 muertos y 5.000 heridos. Y tercero, porque hoy también celebramos la solidaridad”. En este punto, ha recordado la solidaridad que tuvieron en ese agosto la ciudadanía gaditana y los militares, que prestaron su ayuda y expusieron su vida. “69 años después aún no somos capaces de imaginarnos todo el horror que vivieron los gaditanos esa terrible noche y los días siguientes”.
Quien es también concejala de Presidencia ha apuntado que aún no se sabe con certeza si esta catástrofe fue “una negligencia, un sabotaje o una manipulación inadecuada”. Aunque en la actualidad existen muchas investigaciones y testimonios que, en parte, han respondido a las preguntas sobre todo lo que ocurrió en esa noche-madrugada de aquel verano, “aún quedan por saber muchas respuestas y sobre todo disculpas”.
Disculpas, ha indicado, a las familias de las víctimas, principalmente, pero también a los gaditanos. “69 años después, aún no ha habido una disculpa oficial del Estado por esa tragedia y ese sufrimiento”. “Nosotros, los responsables municipales somos hoy la voz de todas esas voces que perdieron su vida aquella noche, y nuestro deber y responsabilidad es que no caigan en el olvido. Siempre estarán en nuestra memoria”, ha finalizado.
Han asistido a este homenaje, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz, además de Fernández, los concejales del bipartito David Navarro, Adrián Martínez de Pinillos, Eva Tubío y Laura Jiménez, y los ediles de la oposición Juan José Ortiz, Vicente Sánchez, Fátima Rodríguez, Fran González y Juan Manuel Pérez Dorao. La ofrenda floral la han realizado, tras guardar un minuto de silencio, la regidora accidental y el subdirector del Instituto Hidrográfico de la Marina, José Manuel Millán Gamboa.
OTRAS ACTIVIDADES RECORDANDO ESE 18 DE AGOSTO
Al término del acto, al que asistía además un nutrido número de personas, se inició una ruta guiada por los lugares de la explosión. El Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD), con el apoyo de varios investigadores y colaboradores, se ha unido de este modo a esta conmemoración con el propósito de dotar de mayor contenido a este día y ofrecer en este año y en los venideros un conjunto de actividades que contribuyan a mantener este merecido recuerdo a las víctimas.
El IERD ha dirigido este recorrido partiendo del interior del Instituto Hidrográfico, desde el punto en el que se encontraba ubicado el almacén de minas que hizo explosión en 1947, para luego ascender hasta la calle Tolosa Latour y continuar por la barriada España, calle Brunete, chalet de Varela, calle Acacias y chalet Las Terrazas. El itinerario ha terminado en la avenida de Bahía Blanca, contemplando el paisaje de los Astilleros de Cádiz.
Los actos proseguían por la tarde en la Casa de Iberoamérica. Primero con la proyección del vídeo inédito ‘La Explosión de Cádiz de 1947’, que hace un breve recorrido de imágenes y sonido por la ciudad siniestrada. Y a continuación se celebraba una conferencia-debate con la presencia y participación de distintos investigadores que han abordado el estudio de la catástrofe, así como de algunos supervivientes e hijos de las víctimas o de las personas que acudieron a su rescate. Una actividad “con el objetivo de que las personas asistentes y las nuevas generaciones puedan revivir y comprender el lado más humano de la tragedia”. Por último, la coral gaditana Virelay cerraba el acto con un recital musical dedicado a las víctimas.
UN POCO DE HISTORIA
El fatídico 18 de agosto de 1947 se produjo, por la noche, una explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso que arrojó el balance de más de 150 personas muertas, 5.000 heridos, y 2.000 edificios afectados.
Aquella noche la onda expansiva arrasó el barrio de San Severiano y los astilleros, los edificios de la barriada España, los chalets de Bahía Blanca, los Cuarteles, la Casa Cuna, el campo de la Mirandilla y el sanatorio Madre de Dios. En la Casa Cuna murieron niños y hermanas de la Caridad. En los edificios de los alrededores fueron sepultadas familias enteras.
Una explosión que quedó fundamentalmente reducida al Cádiz de Extramuros, ya que las viejas murallas de las Puertas de Tierra y de San Roque, defendieron en gran parte al centro de la capital, pese a que dicen que hasta las puertas de la Catedral se doblaron como consecuencia de la deflagración, cuyas causas aún no son del todo claras y más teniendo en cuenta que fue un hecho que intentó silenciar la dictadura franquista: se habla de accidente, en cualquier caso, evitable –de hecho no era entendible mantener un depósito de minas junto a la población-, e incluso de sabotaje terrorista.
Con todo, Extramuros, lo que el gaditano llama ‘puertatierra’, es consecuencia directa de la reconstrucción de la ciudad tras la explosión. Y la ayuda del Régimen. Así nacieron la nueva barriada España, Trille, Brunete, Puntales, o La Paz. E incluso el Estado nacionalizaba el astillero de Echevarrieta y Larrinaga, arrasado por el suceso y en horas bajas, naciendo Astilleros de Cádiz, hoy, tras sucesivas crisis, parte de Navantia.
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