Segunda jornada de LXIII Trofeo Ramón de Carranza con más levante y calor, si cabe. Sábado de partido de consolación y de final, hasta desembocar en la noche de las barbacoas, sin barbacoas, prohibidas desde este año al haberse convertido con el paso de los veranos en una excusa para hacer botellón en las playas. Como alternativa, mucho carnaval animando el paseo marítimo hasta la madrugada.
Cádiz y Villarreal protagonizaron el ‘duelo de submarinos’ de la tarde, por el tercer y cuarto puesto del veterano cuadrangular, ante más de 9.000 personas en las gradas, la gran mayoría abonados cadistas, con entrada libre. Tras el digno papel de la semifinal ante Las Palmas, en la que los de casa, en el global, se merecieron el pase más que los canarios, Álvaro Cervera alineó de salida un once prácticamente nuevo, salvo Servando en el centro de la defensa. Y es que la liga está muy cerca: el sábado que viene comienza ya la competición en casa del Córdoba; y hay ganas y expectación entre los cadistas, tras la inolvidable temporada pasada.
Así, formaron el titular del Cádiz CF: Cifuentes bajo palos; Rober Correa, Servando, Mikel Villanueva y Brian Oliván en la retaguardia; José Mari y Álex Fernández en el centro del campo; Salvi, Imaz, Aitor más arriba y el isleño David Barral como delantero.
Poca intensidad mostraron ambos conjuntos en los primeros compases, y el balón iba de uno a otro campo –con muchas zonas del terreno con más arena que hierba- sin control alguno ni se creaba peligro en las áreas. Un disparo con buena voluntad de Salvi acercándose el primer cuatro de hora fue de lo poco reseñable hasta entonces. Quizá los de casa tenían más prisas por llegar, mientras el Villarreal mantenía la calma del que se sabe superior.
Y no ocurría nada hasta que en el 18, Soriano desde fuera del área veía hueco y con la ayuda de Cifuentes, que no atajaba bien el punterazo, subía al marcador el primero de los castellonenses. No obstante, ese 0-1 pudo durar poco, ya que en el 26 el árbitro pitaba un claro penalti a favor del Cádiz por manos de Rodrigo en un centro de Brian. Barral fue el encargado de lanzar desde los once metro, y su balón se estrelló en la madera. Tras la contra del Villarreal, Aitor y el mismo Barral también gozaban de interesantes ocasiones; en paralelo, los aficionados de Brigadas Amarillas abandonaban su habitual emplazamiento en fondo sur en señal de protesta, parece que por el trato policial. Antes del descanso, Bakambu asestaba sendos sustos a los amarillos, y Salvi volvía a poner a prueba a Barbosa con un fuerte disparo.
Pasado el intermedio, amenizado por la Banda Filarmónica Ciudad de Conil –todo un acierto recuperar esta tradición que suena a otra época-, el equipo gaditano salió al campo más centrado y mirando la portería rival, en busca de la igualada. Y en el 56 Barral tuvo el gol en un disparo a bocajarro en el área chica que repelió el portero a córner.
Dominaba claramente el Cádiz, pero, con un ‘primera’, pasa lo que pasa: su primer acercamiento de la segunda mitad, en el minuto 62, y gol de Bakambu, el segundo, que casi saca Servando bajo palos; y en el 64, el 0-3, con el mismo protagonista, aprovechando una mala cesión de Villanueva. Un tanto que cogía a los de casa en medio de su primer triple cambio: entraron Garrido, Abdullah y Kecojevic, por Álex, Imaz y Servando. Poco después, Aitor no acertaba en un mano a mano ante Barbosa.
Con los goles del rival, los de Cervera se desanimaron y el choque entró en una fase anodina, con todo resuelto, y Alberto Cifuentes salvando el cuarto en el tiempo añadido. Se sumaron al naderío en este tramo final Carpio, Álvaro y Cruz; este último no duró ni un par de minutos sobre el verde, antes de retirarse con molestias. Los hombres de Fran Escribá se hacían así con el tercer puesto del torneo, endosando una goleada excesiva a un equipo que puso empeño, mas continúa con la pólvora mojada, y encima comete esos errores que tan poco gustan al técnico. Tras el partido incidía a sus hombres en rueda de prensa en “reducirse y centrarse en lo que se saben hacer, lo que nos ha llevado a donde estamos”.
El ‘nuevo’ Cádiz se despide de su Trofeo, en la antesala del inicio liguero, sin marcar un gol pese a gozar de ocasiones, y dejando decentes impresiones, haciendo recular por momentos tanto a Las Palmas como a Villarreal, pero igualmente ofreciendo dudas que hay que seguir limando, junto al acoplamiento de tantos nuevos rostros.
LAS PALMAS CONQUISTA EL TROFEO EN SU DEBUT
El Málaga no pudo repetir triunfo en el trofeo de los trofeos tras caer ya por la noche en una final competida –y calentita en los minutos finales, con tangana y roja directa para Recio y David Simón, uno de cada equipo-, ante unas 3.000 personas en las gradas. La UD Las Palmas se proclamó campeón en su primera participación tras ganar 2-0.
En la primera parte, Chichizola, portero de los grancanarios, se hacía protagonista desesperando a los de Míchel, abortando cada una de sus oportunidades. Y tras una única aproximación peligrosa de Las Palmas en el 38, con un mano a mano de Boateng, este marcaba el 1-0, transformando un penalti sobre Dani Castellanos.
Tras el descanso, los amarillos apuntalaban el marcador con un cabezazo de Bigas, en un córner botado en el 66. Los andaluces buscaron acortar distancia, incluso En-Nesyri tuvo el 2-1 cerca, pero el resultado ya no se movería. Y poco antes de la medianoche, el equipo de Manolo Márquez recibía el prestigioso trofeo, que se viaja a Islas Canarias por primera vez en su dilatada historia. DIARIO Bahía de Cádiz