CRÓNICA J-12. Nueva oportunidad para reaccionar, tras la mejora de sensaciones ofrecida en el partido copero entre semana ante el Real Betis. En la tarde del sábado, un Cádiz en crisis recibía en el Ramón de Carranza al Rayo Vallecano, con la obsesión de ganar o ganar, tras siete jornadas de dudas, para no caer demasiado en la tabla y sobre todo para volver a creer en las propias posibilidades. Un duelo imprevisible,con buen tiempo y más de 13.000 personas en las gradas, unas 200 de la afición hermana rayista.
Álvaro Cervera recuperó a Salvi para el once, sin Garrido, lesionado el pasado martes; un plantel formado de inicio por: Cifuentes; Carpio, Lucas Bijker, Villanueva y Servando; Abdullah, José Mari y Álex Fernández en el centro del campo; Salvi y Álvaro en las bandas y Barral en la delantera.
Con nervio se vivieron los primeros compases, con presión y ambición de los amarillos y control y toque de los madrileños. Y pasado el minuto 20, cuando el partido se había teñido ya de monólogo visitante, en una contra Alvarito caía y se pedía penalti, que el árbitro no consideró. A la siguiente, Salvi parecía que centraba, desde la derecha, y el balón acabó estrellándose en el larguero tras dar en un defensa.
Pero hay más, otra ocasión consecutiva del utrerano, revolviéndose dentro del área, asustaba a los hombres de ‘Míchel’ Sánchez, que en el 30 disponían de una ocasión de peligro, un tiro cruzado de Raúl de Tomás que tocó en Servando y se marchó pegado al palo. En ese lance del juego se retiraba Abdullah con molestias, y entraba Perea en su lugar.
Enfilando la última fase del primer tiempo, en el minuto 38 un avispado David Barral robaba en la media luna y se plantaba ante Alberto, pero tras regatear le quitaban la pelota, cuando medio Carranza se veía ya celebrando el primero. Y poco más que contar antes del descanso.
Ya el segundo tiempo comenzaba con otro gol perdonado por los de casa: en el 48 se cazaba la pelota en el centro del campo, y un pase de Perea dejaba a Alvarito con todo a favor, y a puerta vacía… lanzaba fuera.
Pese al frenético inicio, apenas se generó excesivo peligro en uno u otro campo en los siguientes minutos. Cervera empezaba a impacientarse y recurría a Carrillo por el delantero isleño, un cambio recibido por la grada ente aplausos y pitos. En el minuto 67, el murciano desaprovechaba una asistencia de Salvi, con un remate inocente. Y en el 74, ni uno ni otro llegaban a un buen centro de Bijker que se paseaba por delante de la portería.
Faltaba el ‘uy’ en el otro lado: ya metidos en los últimos diez minutos, se le anulaba un gol ilegal al Rayo. A continuación, debutaba el canterano Manu Vallejo, sustituyendo a Salvi Sánchez. Y la grada ponía de su parte para llevar en volandas hacia arriba a un equipo que se percibía mal físicamente. No obstante, todo acabó con un reparto de puntos sin goles que al menos al Cádiz, en esta dinámica en picado (4 puntos de los últimos 24 jugados), no le sirve de nada. El silencio ambiental desconcertante y resignado tras el pitido del árbitro es más que significativo. “El partido ha estado más cerca de ganarlo que de perderlo nosotros. Tenemos que continuar”, sentenciaba Cervera en su análisis del encuentro. A seguir: un punto más cerca de esos 50. DIARIO Bahía de Cádiz