CRÓNICA J-20. Con alegría y satisfacción, por la increíble dinámica victoriosa en la que se ha instalado el Cádiz desde hace jornadas, pero a la vez con sensaciones amargas por la lesión de un hombre clave como José Mari –tras el patadón sufrido en Zaragoza- y la confirmación de que se perderá el resto de la campaña, los hombres de Álvaro Cervera disputaban en la noche de este jueves –en paralelo al recuento electoral en Catalunya- su último choque del año, previo al parón navideño, en el Heliodoro Rodríguez López –con no mucho público- ante un Tenerife con urgencias.
Cifuentes bajo palos; Servando, Brian Oliván, Mauro, Kecojevic, en defensa; Garrido, Abdullah y Álex Fernánez en el centro del campo; y Salvi, Álvaro y Barral; formaron el once inicial de los gaditanos –que saltaron al verde con camisetas con el lema ‘Fuerza José Mari. La banda te espera’-, que, por qué no, ansiaban irse de vacaciones sumando la octava victoria consecutiva, y apuntalándose en lo más alto de la clasificación.
Ambos conjuntos afrontaron el choque sin demasiadas prisas, y aunque los primeros en asustar en el minuto 11 fueron los locales con un tiro cruzado de Tayron que despejaba Cifuentes a saque de esquina, ni se había cumplido el 20 y el Cádiz ya se veía por delante en el marcador: Jon Ander Garrido remataba de forma peculiar un balón que le llegaba despejado en la frontal, y la colaba. Golazo dedicado al roteño ausente, y que no sentaba nada bien a los chicharreros, desorientados sobre el campo.
El partido, más bien aburrido, fue avanzando sin mucha historia, con un Tenerife que trataba de irse arriba, sin conseguirlo, y no se animaba hasta los últimos lances en los que los de Cervera gozaron de dos ocasiones para ampliar la ventaja: un robo de Salvi que se metía en el área y tiraba al lateral de la red, y un disparo de primeras de Álvaro en el rechace de un córner que se marchaba pegado al palo.
En la segunda mitad, el cuadro tinerfeño seguía mostrando escasas ideas a la hora de generar algo de peligro y los amarillos –con Carpio en juego por Servando- quizá pecaban de conformarse con ese mínimo 0-1; no obstante en el minuto 60 una galopada de Alvarito ponía en aprietos a los blanquiazules, que recurrían al excadista Juanito Villar para buscar al menos el empate. Nueve después respondían Longo y aunque la enviaba fuera, suponía un cambio.
Los hombres de Martí incrementaron su presión y poco a poco fueron metiendo en su campo al Cádiz, que comenzaba a sufrir y a dudar por momentos, y a encomendarse a alguna contra aislada para ‘matar’ el partido, ya con Moha por Barral. Precisamente en el 80, un tiro frontal de Álex estaba a punto de convertirse en el 0-2, pero Carlos estuvo atento sacando una gran mano. Dos minutos después también salvaba el tanto de Salvi en boca de gol, a pase de Moha. No se terminaba de apuntalar el marcador, y en el 88 empataba Villar, precisamente el onubense, de cabeza.
En cualquier otra circunstancia un 1-1 en el campo de Tenerife, donde no ha ganado nadie en lo que va de temporada, hubiera sido un buen resultado para el cadismo; sin embargo, viendo el desarrollo del partido y el mal momento de un rival ansioso, la sensación es que se han perdido dos puntos por falta de algo de ambición; y consecuentemente, se truncó esa racha de victorias que parecía inacabable. Con todo, no se le puede reprochar nada a este Cádiz que se va de vacaciones, merecidas, con 36 puntos en la mochila y segundo en la tabla. DIARIO Bahía de Cádiz