CRÓNICA J-23. El equipo amarillo (azul sobre el Santo Domingo) presentó en el partido matinal de este domingo una alineación sin sorpresas, teniendo en cuenta la plaga de bajas que viene asolando su plantel desde el inicio de temporada. Garrido, Abdullah y Álex Fernández sostendrían el centro del campo y servirían para que Alvarito y Salvi lanzaran sus ataques por las bandas; y Carrillo hiciera lo que pudiera con lo que le llegara y lo que él mismo pudiera robar. La única novedad fue la ausencia en la convocatoria de David Barral, al que Cervera prefirió dejar en su casa (abriendo todo tipo de especulaciones), apostando, por el canterano Seth.
Tras los primeros compases de toma y daca, sin un control aparente de ninguno de los dos equipos, fueron los locales los que empezaron a asentarse con el balón, sin crear peligro, mientras el Cádiz volvió a la comodidad de su propia área y el balón largo a ver qué pasaba. Y en estas, en el minuto 13, un error clamoroso entre Cifuentes y Villanueva, que no calculan bien quién tiene que despejar un balón retrasado, se transforma en gol de Mateo García para los alfareros. Era muy inesperado que el conjunto menos goleado de la liga recibiera un tanto de esta forma, pero así fue. Una jugada que difícilmente se ve en los campos de infantiles recreada en plena Segunda división española. Y se podría haber acabado el partido ahí, porque prácticamente no ocurrió nada más reseñable bajo la soleada mañana. Si lo desea, amable lector, puede usted pasar a otra noticia.
Lo peor fue que el Cádiz después del gol no presentó signos de reacción. Siguió dejando la batuta a sus rivales que seguían dirigiendo el partido y creando algún peligro. Únicamente en el minuto 24, un rebote en la frontal del área local es aprovechado por Abdullah que dispara fuera en un bonito remate. En algunos tramos contados, los locales se replegaban y dejaban a los gaditanos un poco de protagonismo, pero por lo general, el juego de control y ataques moderados del Alcorcón fue la tónica hasta el final de la primera parte.
Un coñazo de partido, ya que el conjunto alfarero tampoco es que sea el Brasil del 70, y el Cádiz juega muy ordenado, pero con la primitiva estrategia que posiblemente ya usaba el Recreativo de Huelva a los pocos días de ser fundado. Con un par de arreones y saques de esquina peligrosos para los madrileños acabó el primer tiempo. Los visitantes acabaron pidiendo la hora.
Para recomponer el tema, decidió Álvaro Cervera dejar en la caseta al comorenense Abdullah y poner en el césped en la reanudación al nuevo fichaje Eugeni. Podría haber sacado a Chico Linares, porque no cambió mucho la situación y se mantuvo la tónica de partido aburrido, con mucha lucha por ambos bandos y pocos acercamientos a las áreas.
Luego, en el minuto 53 el técnico retiró del campo al codiciado Álvaro García, que paso más bien desapercibido, e hizo debutar en competición oficial a Seth. En el primer balón que pilló, se le notó la inexperiencia, porque dudó en chutar y cuando lo hizo ya tenía la defensa delante. En el 70, quitó también a Salvi para dar su sitio a Aitor García. Pero salvo los cambios, poca cosa ocurría. La segunda parte fluía suave y tibia como un cuerpo en descomposición, hasta que en el 72 Hugo Álvarez llega tarde a un choque con Seth Vega y le propina una gran patada en el esternón que es castigada con su expulsión.
Los locales se quedan con diez, aunque poco se notó. El Cádiz se hizo con la pelota, sin embargo este equipo no está hecho para llevar el peso de un partido. No sabe cómo atacar a una defensa si no tiene espacios para correr. Ni siquiera colgaba balones esperando fallos o rebotes, y no creó ni una única ocasión de gol medianamente clara. Solamente Aitor García, en jugadas individuales, puso algo de salsa al insípido plato.
Y acabó por fin. El Cádiz pega un frenazo que se ve acentuado por los resultados de sus rivales. Está claramente en un momento bajo el equipo (lo viene avisando Cervera desde hace jornadas), y ahora toca capear el temporal y esperar tiempos mejores, mientras se lucha por no caer de las plazas nobles de la clasificación. Hay que ofrecer un poco más, arriesgar y sobre todo no perder puntos por fallos clamorosos. Por lo menos, si pierden, que sea porque el rival les supere claramente. DIARIO Bahía de Cádiz