CRÓNICA J-42. El Cádiz, con los deberes hechos desde hace jornadas (que nadie olvide que esta temporada se volvió a marcar como reto esos 50 puntos y amarrar la salvación cuanto antes), tras más de media campaña en zona de ascenso directo o playoff, se jugaba este sábado (con horario unificado) no salir en el último momento de ahí; y de pelear, como el pasado curso, el del regreso a Segunda, con el sueño de Primera.
Y para rematar otro temporadón (para un equipo limitado, que cuando ha jugado a lo único que sabe, con fe e intensidad, ha sido casi imbatible), no quedaba otra que ganar, o ganar, o ganar, en el Nuevo Los Cármenes, ante un Granada ya de ‘vacaciones’. Un conjunto amarillo que pese a una recta determinante de liga muy mejorable (en juego y resultados), a estas alturas de la ‘película’ seguía dependiendo de sí mismo, de su victoria, y debía centrarse en su partido y olvidarse del Valladolid, Osasuna, Numancia y Oviedo.
Con el aliento de más de mil cadistas en el estadio nazarí (y una fina lluvia durante parte de la tarde-noche), Cervera sacó de inicio a: Cifuentes; Correa, Oliván, Servando y Mauro, en defensa; Abdullah, Álex Fernández y Perea más adelantado, en la media; y arriba, Jona, con Álvaro por una banda y Barral por la otra. Aunque no se cumplía ni la media hora, y Jona y Barral, con molestias, tenían que ser reemplazados por Aitor y Carrillo.
La desesperación inusual del técnico amarillo en el banquillo durante toda la primera mitad reflejaba claramente lo que se vio sobre el verde: un choque que por momentos parecía de pretemporada, con el Cádiz ausente y sin actitud, cuando lo lógico era salir a comerse al rival. Como el pasado domingo en Carranza, ¿se veía atenazado por los nervios? Delante, un equipo rojiblanco sin presión alguna, con más balón y más llegadas, casi sin proponérselas, y peligrosas: avisaron Adrián Ramos y Quini en diversas ocasiones, algunas abortadas por un gran Cifu, hasta que en el 42 llegó el jarro de agua fría esperable: un tiro desde tres cuartos de Machís que adelantaba a los locales. Las caras de jugadores y afición lo decían todo, vaticinando la tragedia. Al descanso, con el 1-0, los gaditanos se veían ya fuera de playoff, novenos en la tabla.
O se daba un giro radical, en las mentes y en lo propuesto en el campo, en los segundos cuarenta y cinco minutos, o… Y todo parecía discurrir como antes del descanso, con el Granada dominando, hasta que en la primera internada amarilla, en el 48, Alvarito cedía a Brian Oliván, que centraba por la izquierda, y Carrillo igualaba el marcador cabeceando en el primer palo. Sin embargo, entre la euforia del momento, llegó otro lesionado: Alberto Perea, y Cervera recurría a Salvi, que reaparecía tras unas semanas en la enfermería.
En el 54, Álex Fernández tenía cerca el 1-2, de falta directa, y en la siguiente, Darwin Machís estaba a punto de marcar el 2-1, pegándola en el palo. El choque se dotaba de emoción y desorden. Quizá fruto de ese mayor ímpetu, Correa se ganaba la segunda cartulina amarilla en el minuto 61, de forma infantil, y dejaba a los de la Tacita con diez hombres.
Otro pedrusco en el camino, que permitió a los hombres de Portugal jugar casi a placer, frente a un Cádiz impotente que trataba sobre todo de contener la superioridad local, con Salvi obligado más a defender que a atacar. Aitor gozaba de una tímida oportunidad en el 79, y un minuto después, de nuevo Machís, remataba a los gaditanos con el segundo. Y se acabó la campaña, antes de lo previsto, con sabor amargo.
“Cuando te juegas la vida, no se puede jugar un partido así, como se ha jugado hoy. Si hay jugadores que no están preparados para jugar en este equipo, tendrán que hacerlo en uno que no luche para ascender. Se puede ganar o perder, pero se puede perder de otra manera, hemos tirado una vez a puerta. Hay que sacar conclusiones y consecuencias de todo”, son algunas de las duras sentencias que apuntaba Cervera en la rueda de prensa post-partido.
El fútbol es cruel a veces, muchas veces. ¿Y justo? Este Cádiz sin gol lleva más de media temporada arriba (por méritos propios y/o deméritos de los rivales), y en el minuto 91 de la penúltima jornada de LaLiga123 estaba clasificado matemáticamente para la promoción de ascenso, pero el Tenerife igualaba en el 92. Pese al decepcionante punto, todavía se dependía de sí mismo en esta última jornada ante un equipo sin jugarse nada… sin embargo no se compitió ni bien ni mal, no se compitió. Y punto. Hasta la temporada que viene, a seguir madurando el proyecto. Siempre teniendo en mente que hace apenas dos campañas nos arrastrábamos por los campos de Segunda B, categoría en la que podría militar el filial en la campaña venidera. DIARIO Bahía de Cádiz