CRÓNICA J-15. “Vamos a un gran estadio con una gran afición ante un gran rival”. Son palabras de Álvaro Cervera en la previa de la visita de este domingo a El Molinón, un campo que históricamente no le ha venido bien al Cádiz. Los de amarillo, tras salir del largo bache y sumar dos victorias consecutivas, se presentaban en Asturias con ganas de sorprender a un rival con urgencias por volver a Primera.
En el titular, por parte visitante, un once muy parecido al de hace una semana: Cifuentes; Carpio, Lucas Bijker, Servando y Villanueva en defensa; Garrido, José Mari y Álex Fernández en el centro del campo; Salvi y Álvaro en los costados y Carrillo en la delantera. Y en el banquillo, esperando su oportunidad, David Barral, que conoce a la perfección este escenario al haber vestido muchas temporadas la camiseta rojiblanca.
Los primeros minutos de tanteo dieron lugar a dos ocasiones en cada portería: un centro de Salvi Sánchez que remataba de espuela Carrillo y detenía Mariño; y un remate de cabeza fuera de Scepovic, asistido por Rubén García. Y entre el minuto 13 y el 17 apenas se jugó a nada, ante la lesión fortuita de Carpio en un salto, sustituido por Marcos Mauro. En el 18, un buen pase en profundidad no lograba atajarlo bien Salvi y disparar en condiciones.
El Cádiz trataba de plantarle cara al ‘gallito’ Real Sporting de Gijón, sin complejos, y en el minuto 22, tras un remate de Carrillo que la defensa mandaba a córner, a saque de esquina José Mari la ponía magistralmente a la cabeza de un Jon Ander Garrido solo que marcaba a placer el 0-1.
Aunque pudo durar poco la alegría: en la réplica, una internada de Santos la salvaba Cifuentes pegado al palo. Como era de esperar, con el resultado en contra, los hombres de Paco Herrera, acelerados, se volcaron al ataque y los gaditanos recularon, quizá en exceso, confiando en dar otro susto a la contra. Así llegaría en el 37 un tiro de Carrillo desde la frontal, desviado. A continuación, Alberto Cifuentes volvía a abortar una ocasión de Scepovic. Y poco más que contar, salvo la pitada con la que despedía parte de la afición sportinguista a los suyos camino de las duchas.
Ya en la segunda mitad, el Cádiz supo contener el arreón inicial de los de casa con buen trabajo defensivo, a lo que ayudaban además las dudas de un Sporting temeroso de no ‘cumplir’ ante su parroquia. Y en el minuto 63 se concretó el contragolpe perseguido para tratar de apuntillar el choque: Salvi se escapaba por su banda, centraba, y un avispado Alvarito sorprendía a la defensa y remataba en el primer palo, haciendo el segundo. Es más, en el 71, cerca está de subir el 0-3 al marcador, un centro del sanluqueño se paseaba por el área pequeña y no llegaba Álex.
Los asturianos parecían haber bajado los brazos, aunque un tiro de Carlos Castro desde la frontal se iba pegado a la madera. Con todo, no estaban apabullando al Cádiz ni mucho menos, como cabría esperarse; mérito igualmente de los de amarillo. Con menos de diez minutos por delante, saltaba al fin Barral al terreno de juego –entre más silbidos que aplausos- por Carrillo; y Perea por Álvaro. Ese 0-2 ya se veía como definitivo, pero no… precisamente el delantero isleño ya en el 94 certificaba la goleada –y pedía perdón a la grada-, tras una contra y un regalo de Salvi.
Con esta enorme tercera victoria consecutiva, los de la Tacita suman 23 puntos y ven la zona de play off a un punto, y a ocho los puestos de descenso. El cadismo sonríe, sobre todo sintiendo que este Cádiz sí es el Cádiz de Cervera, el Cádiz que ilusionó la pasada campaña. DIARIO Bahía de Cádiz