Revista ‘BiCentenario’. Número 3,
correspondiente a octubre-diciembre 2010 (AQUÍ).
Editada por DIARIO Bahía de Cádiz para contar y divulgar en su momento el Bicentenario de las Cortes de 1810 en San Fernando y de la Constitución de 1812 en Cádiz.
En este número, ya en los momentos finales del Diez, sobresalíamos la celebración de los doscientos años de la aprobación del Decreto IX de Libertad de Imprenta, con la presencia en San Fernando de todo un nobel, Vargas Llosa; rescatamos parte de aquel EDITORIAL:
“¿Y esto es todo? Es la pregunta al aire que muchos se hacen –nos hacemos- estos días que el año Diez, el del transformador Bicentenario de las Cortes de 1810 de San Fernando, ha dicho adiós, con nostalgia. Aunque aquellos diputados de uno y otro lado del Atlántico que comenzaron sus reuniones el 24 de Septiembre en el Teatro de Comedias no se trasladaron a Cádiz hasta febrero de 1811, y ello no pasará por alto entre los rescoldos de programación de la efeméride. Así como la obtención en 1813, del título de Ciudad y el nombre de San Fernando para la entonces Isla de León, por su papel en todos estos hechos, y en honor al ‘deseado’ monarca Fernando VII, que paradójicamente derogó un año después la innovadora Constitución nacida en Cádiz y restauró el absolutismo.
La botella, como siempre, se puede ver medio llena o medio vacía; la valoración de lo que ha supuesto este intenso año depende de quien lo verbalice y sus intereses. Sin embargo, los verdaderos efectos ‘colaterales’ del Bicentenario isleño se notarán –si llegan a notarse- con el paso del tiempo. (…)
No obstante, la sensación e impresión extendida es que el Diez, que además ha tenido el infortunio de toparse de lleno con la manoseada crisis, ha sido un Bicentenario de segunda categoría: un Bicentenario aperitivo con demasiadas croquetas y contados platos de jamón de pata negra y caviar ruso; un Bicentenario experimento ensombrecido por lo que viene, el Doce, cuando la primera Constitución española, la de 1812, iniciada en La Isla, cumplirá doscientos años. Esa es la conmemoración que sí preocupa algo a las Administraciones públicas superiores, en un año que, ¡vaya!, es año electoral. La cuenta atrás ya está en marcha, pero que nadie lo olvide –ya lo sermoneábamos hace un año-: sin Diez no hay Doce”.