Desde principios del XVII los espectáculos taurinos en Valencia venían siendo ofrecidos por distintos empresarios hasta que a partir de 1625 el privilegio de explotación pasa al Hospital de Valencia, siendo en perpetuidad desde 1739. Los lugares elegidos para la instalación de las maderas que componían aquellas plazas de toros eran continuamente cambiados, principalmente por falta de acuerdo entre los organizadores y el Ayuntamiento. Definitivamente en el 1800 se decide construir una plaza de madera y mampostería cerca de la puerta de Ruzafa, que durante la Guerra de la Independencia fue derruida.
Finalizada la contienda volvieron los espectáculos a otra plaza portátil también de madera, hasta que en 1850 debido a su lamentable estado el Gobernador de Valencia y afamado taurófilo D. Melchor Ordóñez, quien fuera autor del primer reglamento taurino, ordenó su cierre y la prohibición de celebrar en ella cualquier tipo de espectáculo. Un año después, en el mismo lugar donde estuvo la derruida durante la guerra, se construyó otra de madera a la que asistían gran cantidad de aficionados. Sus primeras corridas fueron los días 3, 4 y 5 de agosto de 1851 con José Redondo “Chiclanero” como único espada en todos los festejos.
Por aquel entonces el toreo se encontraba en auge, lo que por un lado anima a edificar una de mampostería, sin embargo, por otro, el momento político y la miseria existente desaconsejaban tales gastos. Las maltrechas arcas del Hospital no podían soportar el coste de una nueva, de esta forma su Junta decide abrir una suscripción popular, en forma de reserva de localidades, para la construcción del futuro coso. La iniciativa tuvo un éxito extraordinario, en apenas dos años las maderas de la antigua plaza fueron sustituidas por ladrillos.
En el verano de 1859, tras dos años de trabajos, el coso de la calle Játiva estuvo acabado. Su arquitecto D. Sebastián Monleón se inspiró en el Coliseo Flavio Marcelo de Roma para su construcción. Como en la anterior, se celebraron espectáculos los días 20, 21 y 22 de junio del 59 en este caso con el sevillano Francisco Arjona “Cúchares” también como único protagonista. En 1946, debido a un incendio, sufrió su primera modificación arquitectónica, la segunda en el 68 con la reducción de su ruedo a 52 m. de diámetro y la ampliación de sus gradas, por último, en el 95 sus barreras, contrabarreras y parte del graderío se hicieron más confortable para el público a costa de una sensible reducción en el aforo. El 1 de mayo de 1904 esta plaza dio un espectáculo a plaza tripartida. Actualmente sigue siendo propiedad del Hospital General y es administrada por la Diputación de Valencia.
Entre las dependencias con que cuenta el coso de la calle Xátiva, como también se le conoce, al margen de las ya comunes está su museo taurino, con una sección dedicada al toreo cómico al ser esta tierra no sólo cuna y fuente de grandes toreros de oro y plata, sino también de dinastías de estos queridos y respetados, con mayúsculas, toreros.