En 1254 el Rey Alfonso X “el Sabio” autoriza la creación en Sevilla de una feria de mercado ganadero y agrícola en dos épocas del año, una en primavera y otra en otoño. Así se mantuvieron a lo largo de los años hasta que en 1846 dos concejales liberales de la corporación local, además de empresarios, el vasco José María Ybarra y el catalán Narciso Bonaplata propusieron la creación de una feria agropecuaria de forma permanente para ampliar el desarrollo económico en la comarca, lo que sería aprobado en pleno el 25 de agosto de 1846 por unanimidad en el Cabildo Municipal. Se nombraría una comisión especial para elaborar un informe, que una vez visto y ratificado por el alcalde y por el jefe político, establecía como fecha de celebración los días 18, 19 y 20 de abril.
Aquella primera Feria de Abril de 1847 tendría diecinueve casetas de variopintas mercancías: vinos, chacinas, joyerías, ropas, etc. Además de comprarse y venderse todo tipo de ganado, cabras, carneros, ovejas, cerdos, vacas, burros, bueyes, caballos, etc., tenían lugar concursos donde por ejemplo se otorgaban premios de cuatro mil reales al buey más pesado o de dos mil al lote de diez carneros merinos de mejores lanas.
Estos fueron los principios de la más grande y famosa de todas las ferias del mundo que contaría aquel primer año con un espectáculo taurino. A éste, en lo sucesivo se le unirían otros como el circo y los fuegos artificiales. A los pocos años, sus fines mercantiles empezarían a cambiar por los festeros y sociales en una población que se refinaba por momentos. Su primera ubicación sería en el Prado de San Sebastián hasta su traslado desde 1973 a Los Remedios.
A la vez que la feria de ganado, a donde asistían mayorales y ganaderos de bravos, los espectáculos taurinos siempre estuvieron presentes durante la misma. En 1777 tuvieron lugar cuatro eventos, los días 10, 12, 14 y 16 de abril, con Pedro Romero y Pepe-Hillo como protagonistas. Constituida la feria de forma oficial en abril del 47, el día 20 se celebra una corrida de toros cuyo cartel estaba compuesto por el gaditano Manuel Díaz «Lavi» y los sevillanos Juan Lucas Blanco y Manuel Trigo. Los toros eran cuatro de Taviel de Andrade y otros tantos de Francisco Arjona “Cuchares” con un premio de seis mil reales al más bravo de aquella tarde. Desde entonces todas las primeras figuras del escalafón han actuaba en ella varían el número de corridas en función del año. A lo largo de su historia muchos momentos especiales como en 1914, el 18 de abril, donde se enfrentaron por primera vez Joselito y Belmonte junto Rafael, el mayor de los Gallo. En el 54, el 27 y 29 de abril, Cesar Girón cortó un rabo en cada actuación. Una faena épica en el 60 de Diego Puerta al toro Escobero de Miura con el que se jugaría la vida siendo cogido varias veces y al que cortaría una oreja. En 1966 Curro Romero actúa una tarde en solitario frente a toros de Urquijo cortando 6 orejas. El 26 de abril de 1971 el matador de toros isleño Francisco Ruiz Miguel corta el último rabo en la Maestranza hasta nuestros días, fue al toro Gallero de Miura. Otros acontecimientos han sido las 6 Puertas del Príncipe de Curro Romero, quien actuó interrumpidamente desde la temporada de 1958 hasta la del 2000.
Una feria que a pesar de nacer con fines ganaderos es más torerista que torista como muestran los nombres de las calles que la forman: Curro Romero, Manolo Vázquez, Ignacio Sánchez Mejías, Rafael Gómez Ortega, Antonio Bienvenida, Joselito “El Gallo”, Juan Belmonte, Gitanillo de Triana, Costillares, Espartero, Pepe-Hillo, Pepe Luís Vázquez, Pascual Márquez, Ricardo Torres “Bombita” y Jiménez “Chicuelo”. Tras las Fallas de Valencia es otro gran escaparate donde se empieza vislumbrar el futuro de la temporada taurina española. Significativa es su afición, capaz de clamar y llevar en volandas hasta donde haga falta a un torero triunfador, o de guardar el más respetuoso y singular de los silencios durante la lidia mientras un diestro se juega la vida en este incomparable marco de dorado albero.
Con los mismos fines que la de primavera pero en otoño, desde 1875 se instituye la de San Miguel que tendría lugar entre los días 28, 29 y 30 de septiembre. Se asentaría en el mismo sitio, en el Prado de San Sebastián, para posteriormente trasladarse a Tabladilla, luego al Sector Sur y por último a Los Remedios. Como su hermana mayor, de sus inicios comerciales pasó al social y festivo hasta su prohibición en los años 40 permaneciendo sólo su carácter mercantil. Su decadencia vendría en los años 70 hasta su definitiva desaparición. Lo que sí perduraría serían sus festejos taurinos, que con el nombre de Feria Taurina de San Miguel, aunque no tan extenso como los de Abril, mantienen el interés de la afición siendo importantes protagonistas de final de temporada en el calendario sevillano, andaluz y nacional.