No descubrimos nada al afirmar que Alan Moore es uno de los mejores guionistas de cómics de habla inglesa. Para muchos es sencillamente el mejor. Su excelente trayectoria está sembrada de obras que, de un modo u otro, han logrado marcar el devenir de la industria durante años. Por eso la creación de su propio sello editorial, America Best Cómics (o ABC cómics), en 1999, fue una noticia que la mayoría del fandom acogió con los brazos abiertos.
Una de las primeras obras de este sello, para el que Moore también creó títulos como The League of Extraordinary Gentlemen, Tom Strong o Promethea, fue Top Ten.
Si en Watchmen Moore jugaba con la idea de cómo serían los superhéroes si existieran realmente y cómo afectaría esto al mundo, en Top Ten le da otra vuelta de tuerca y plantea como sería el mundo si TODOS sus habitantes tuvieran superpoderes, o algún objeto o artefacto que le otorga habilidades fuera de lo común.
La acción se sitúa en la ciudad de Neopolis, y los protagonistas serían los policías de la comisaría del Distrito 10, el peor de la ciudad, que intentan mantener la ley y el orden en una población superpoderosa y, en muchos casos, ingobernable. Una misión que a veces parece totalmente imposible pese a que los agentes de la ley, como todos los habitantes de la ciudad, también tienen superpoderes o habilidades especiales, aunque esto no evita que a veces se vean claramente superados en su trabajo.
Top Ten es un híbrido entre un cómic de superhéroes y una serie policiaca al estilo de Hill Street Blues (conocida en España como Canción triste de Hill Street) en la que Moore emplea el clásico sistema de introducir un nuevo personaje (en este caso una policía novata) para mostrarnos a través de sus ojos, y con los diferentes casos que investigan como hilo conductor, como es la ciudad, la comisaría y los otros personajes.
Top Ten es una serie coral, en la que los secundarios de un número son los protagonistas del siguiente, de manera que poco a poco nos vamos familiarizando con sus motivaciones, virtudes y defectos, y donde Moore realiza un trabajo para dotar de profundidad a cada personaje totalmente impecable.
Otros alicientes de la serie son, por un lado, el perfecto equilibrio entre comedia y drama, que pueden llevarte de la risa ante las situaciones totalmente surrealistas a la que deben enfrentarse los protagonistas, al impacto de una muerte, porque no olvidemos que la serie trata de policías que se enfrentan a criminales que varían desde el carterista que roba al descuido a los turistas, hasta el psicópata asesino en serie.
Pero Moore no sería Moore sin polémica, Por eso en Top Ten se tratan temas tan serios como la discriminación, el racismo y los prejuicios. Así, encontramos un discurso claro en defensa de la dignidad de todas las personas, indistintamente de su raza, creencias o su orientación sexual, hilando tan fino como para diferenciar la pedofilia de las relaciones consentidas con menores maduros, o justificando situaciones más extremas, como las relaciones con seres artificiales e incluso comportamientos que rayan en la zoofilia.
Pero además de un grandísimo guión, la serie nos ofrece el plus del extraordinario trabajo gráfico realizado por Gene Ha y Zander Cannon, que realizan un trabajo realmente titánico al llenar de detalles cada viñeta. Detalles que son otro aliciente más, ya que en ellas encontramos infinidad de homenajes y “cameos” de personajes de los cómics el cine y la televisión, desde Asterix y Obélix, hasta Las Supernenas o Marvin, el marciano de Warner.
Es tal la cantidad de homenajes escondidos en sus viñetas que varias revistas especializadas, como Wizard, le han dedicado artículos, y no son pocas las webs dedicadas a descubrir y catalogar cada referencia.
La serie consiguió el Premio Eisner a la mejor nueva serie, y Alan Moore consiguió el Eisner al mejor guionista, dos premios que aunque merecidos, nos parecieron cortos al no premiar de igual manera el trabajo gráfico de Ha y Cannon.
Una serie imprescindible para los amantes de los superhéroes y para los que buscan algo más que las historias habituales del género. DIARIO Bahía de Cádiz
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