CRÍTICA. El Ayuntamiento de Cadiz ha recuperado este año el veterano y extinto Festival Iberoamericano de Música Manuel de Falla, con otro aire, otro nombre -ciclo Manuel de Falla-, y un nuevo formato que distribuye los conciertos a lo largo del año y toma como referencia nuevas jóvenes intérpretes, con reconocida solvencia musical
El ciclo comenzó el pasado lunes 15 de enero con Trisquel Arts, un ensemble del que forma parte la violinista gaditana Claudia Sansón, que junto con el pianista Antonio Oyarzabal y Bernardo Alcalá forman un prometedor trio, formado en el extranjero, aunque aglutinado en torno al pianista vasco.
El grupo planteó un programa basado en obras de compositores franceses: Milhaud, Ravel y Poulenc. En el formato trio Trisquel Arts interpretó dos de las escasas obras del género compuestas antes de la II Guerra Mundial. De Milhaud interpretaron su Suite, una recopilación de obras incidentales preparadas por el compositor en la cresta de la ola de la popularidad del Grupo de los Seis. Claramente, lo más significativo de esta obra es el continuo cambio de texturas a lo largo de la pieza, cuya ejecución deja entrever las cualidades del grupo, empaste y conjunción, seca expresividad y suficiencia técnica en el violín, clarinete de dinámicas rotundas y un acompañamiento de piano sólido y de galante fair play con sus compañeros de grupo.
Un poco porque sí, en relación con el núcleo del programa, terminaron el concierto con la obra para trío del compositor armenio Jachaturián (Khachaturian en la transcripción inglesa), cuya densidad musical deja un regusto rayano en el empalago, aunque el atractivo de las resonancias orientales de las melodías disminuye con la monotonía de las estructuras y repeticiones melódicas.
Claudia Sansón y Antonio Oyarzábal pusieron en pie al público al finalizar la exigente Sonata nº 2 de Ravel, compuesta en 1927, que supone un auténtico tour de force entre los intérpretes, con el atractivo añadido de saborear los préstamos musicales del blues y jazz de la época. Una vez transcurrido el primer movimiento de un gusto exquisito, homenaje a Debussy, y el sorpresivo segundo movimiento (Blues) la parte final de la interpretación entusiasmó por la solvencia con que resolvió el dúo los pasajes melismáticos del tercer movimiento.
La Sonata para clarinete y piano de Poulenc compuesta en 1965 para el famoso clarinetista Benny Goodman supuso un salto temporal en el programa del concierto, no así la exigencia para el dúo, que deleitó con una interpretación llena de expresividad y sentimiento de Bernardo Alcalá, acompañado por el omnipresente y magnífico pianista, Antonio Oyarzábal. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL CONCIERTO:
Ciclo Manuel de Falla.
‘Trisquel Arts’
Bernardo Alcalá, clarinete. Claudia Sansón, violín. Antonio Oyarzába, Programa: I Darius Milhaud, Suite para clarinete, violin y piano. Maurice Ravel, Sonata nº 2. II Francis Poulenc, Sonata para clarinete y piano. Aram Jachaturián, Trio para violín, clarinete y piano.
Lugar y día: Teatro de Títeres Tia Norica de Cádiz, 15 de enero de 2018. Asistencia: casi lleno.