¿Qué lector de cómic no ha deseado ver a sus personajes favoritos en imagen real, ya sea en el cine o en la televisión? ¿Qué lector de cómics no tiene en su cabeza el casting perfecto para llevar a tal o cual superhéroe a la gran pantalla? ¿Qué lector de cómic no recuerda la emoción de ver cuando niño las películas de Superman, con Christopher Reeve, o las de Batman de Tim Burton, e incluso, los más veteranos, de alquilar en el videoclub del barrio los telefilms del Increible Hulk de Lou Ferrigno y Bill Bixby?
Sin embargo en estos últimos años, en pleno auge de las películas de superhéroes, junto a la emoción por ver las nuevas producciones de Hollywood basadas en cómics, ha surgido un nuevo sentimiento entre los lectores de cómics: la desconfianza.
Los lectores de cómics, que deberíamos ser el sector cinéfilo más interesado en estas producciones cinematográficas, nos hemos convertido también el sector más crítico y reaccionario contra ellas. Y no sin causa, porque Hollywood nos ha hecho sentir ignorados, ninguneados y burlados demasiadas veces como para no desconfiar.
Hollywood ha conseguido que cuando vas al cine a ver una película de superhéroes, con solo echar un vistazo al público asistente, reconozcas a los lectores de cómics: son los que se llevan las manos a la cabeza.
Y es que ya estamos hartos de los cambios en los poderes, en el aspecto físico, en las edades, en las relaciones personales, en la historia, en la personalidad, y en cualquier otra faceta que se os ocurra, de nuestros personajes favoritos.
Las excusas que pone Hollywood para hacer estos cambios son principalmente tres: que las películas van dirigidas a un público más general que no tiene porqué conocer las décadas de cómics publicados sobre los personajes: que hay adaptarlas a los nuevos tiempos; y que el cine y el cómic son medios distintos, con lenguajes distintos y, por lo tanto, lo que funciona en un cómic no tiene porqué funcionar en una película.
DEMASIADOS CAMBIOS GRATUITOS Y SIN JUSTIFICACIÓN
Vale, todas esas afirmaciones pueden ser ciertas, pero no justifican la mayoría de esos cambios.
Para empezar, admitiendo que las películas van dirigidas a un público generalista que no tiene porqué haber leído un cómic en su vida… ¿Por qué se supone que ese público puede entender que Spiderman produzca telarañas orgánicas pero es incapaz de entender que Peter Parker, un cerebrito, fabrique su propio “lanzatelarañas”?
¿Qué les hace incapaces de entender que Lobezno pueda medir 1,60 metros, o que el Hombre de Hielo tenga diez años más o que la Bestia tenga 20 años menos, para que haya que cambiar todo eso? ¿O que los X-Men, en vez de vestir a lo “Matrix”, se vistan como superhéroes, cuando sí que entienden que Spiderman, Green Lantern, el Capitán América o Superman puedan hacerlo?
¿Qué les impide entender que el Doctor Muerte lleve una armadura de alta tecnología cuando sí entienden que la lleve Iron Man? ¿Por qué les parece creíble que Batman vista de negro pero no creerían que vistiera de azul y gris? ¿Por qué no entenderían que Heimdall, un dios vikingo, fuera blanco, o que Kingpin fuera blanco, o que Nick Furia fuera blanco, obligando a los estudios a utilizar actores de color?
La respuesta es evidente. Esa excusa no nos sirve porque muchos de esos cambios son totalmente gratuitos y sin justificación.
¿Y qué hay de lo adaptarse a los nuevos tiempos? ¿Qué pasa, que los cómics no ofrecen historias actuales? ¿Es que solo se publican reediciones de cómics de hace 30 años y no nos hemos dado cuenta? ¿Es que Spiderman sigue siendo el de Stan Lee y Ditko, y Superman el de Siegel y Shuster?
Y lo de que son medios distintos con lenguajes diferente y lo que en uno funciona en el otro no… ¿Entonces por qué esos cambios se trasladan a los cómics? ¿Tan difícil es mantener ambas tendencias, tan diferentes e irreconciliables, por lo visto, separadas? ¿Por qué se castiga de esa manera al lector de cómics, que no solo debe aguantar que en el cine Galactus se convierta en una nube, o que la Fuerza Fénix deje de ser una entidad cósmica para ser solo un trastorno de personalidad múltiple de Jean Grey, sino que encima ve como muchas de esas “licencias artísticas” (estos dos ejemplos no, afortunadamente) se vean reflejadas en los cómics?
LOS QUE VAN AL CINE NO COMPRAN LUEGO LOS CÓMICS
Seguramente algunos dirán que se hace para captar nuevos lectores entre los espectadores, y que se busca que estos vean reflejado en los cómics lo que ven en la gran pantalla, pero, ¿realmente es así, realmente los espectadores se convierten en lectores de cómics? Comprobémoslo.
Veamos lo que han recaudado las películas basadas en los cómics de DC y Marvel:
The Avengers: 1.511 millones de dólares
Iron Man 3: 1.215 millones de dólares
The Dark Knight Rises: 1.081 millones de dólares
The Dark Knight: 1.000 millones de dólares
Spider-Man 3: 890 millones de dólares
Spider-Man: 821 millones de dólares
Spider-Man 2: 783 millones de dólares
The Amazing Spider-Man: 752 millones de dólares
Man of Steel : 662 millones de dólares
Thor: The Dark World: 638 millones de dólares
Iron Man 2: 623 millones de dólares
Iron Man: 585 millones de dólares
X-Men: The Last Stand: 459 millones de dólares
Thor: 449 millones de dólares
Wolverine Inmortal: 414 millones de dólares
X2: X-Men United: 407 millones de dólares
Superman Returns: 391 millones de dólares
Batman Begins: 374 millones de dólares
X-Men Origins: Wolverine: 373 millones de dólares
Captain America: The First Avenger: 368 millones de dólares
X-Men: First Class: 353 millones de dólares
Fantastic Four: 330 millones de dólares
X-Men: 296 millones de dólares
Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer: 289 millones de dólares
The Incredible Hulk: 263 millones de dólares
Ghost Rider: 228 millones de dólares
Green Lantern: 219 millones de dólares
Hulk: 137 millones de dólares
Ghost Rider: Spirit of Vengeance: 132 millones de dólares
Como veis, son buenas recaudaciones. Incluso películas que “fracasaron”, como Green Lantern o Ghost Rider, recaudaron más de 200 millones de dólares. Es evidente que tanto Marvel como DC están ganado dinero a manos llenas con estas producciones, e incluso están intentando hacerse un sitio en la televisión, con series como ‘Arrow’ o ‘Agentes de SHIELD’.
Pero ¿cuánto se han incrementado las ventas de cómics? ¿Volvemos a los tiempos del millón de ejemplares vendidos? Pues no. Los millones de espectadores que van a las salas de cine no compran luego los cómics, y lo demuestra el que las cifras de ventas no han subido, y se mantienen en los mismos niveles que hace 10 o 15 años, sin superar en ningún caso los l75.000 ejemplares.
Ni siquiera las colecciones creadas ex profeso para los espectadores de cine, como ‘Invencible Iron Man’, lanzada a raíz de la película del personaje en 2008, que vendió 105.000 ejemplares de su primer número para luego ir cayendo hasta vender la mitad en solo tres números, con ventas solo un poco superiores a la de la serie regular del vengador blindado.
Entonces, si está demostrado que ese argumento no es válido, y que la ecuación “espectador = lector potencial” no se cumple (al menos no de manera significativa) ¿por qué se castiga a los lectores que mes a mes, y gracias a su fidelidad, mantienen las colecciones? ¿Por qué llevar al límite la paciencia de los lectores de toda la vida y arriesgarse a que abandonen las colecciones? ¿Realmente compensa cambiar lectores habituales por nuevos lectores captados en las salas?
YA SE ACORDARÁN DE LOS LECTORES…
Lo cierto es que, cada vez más, se leen comentarios de lectores que abandonan sus series habituales aburridos, o que han reducido sensiblemente el número de series que siguen (la crisis también tiene mucho que ver con esto, es cierto), o que empiezan a seguir colecciones fuera de las dos grandes editoriales, DC y Marvel. ¿Cuánto tardarán en darse cuenta los directivos de Marvel y de DC, que ellos se dedican a los cómics, no a las películas? Porque las películas, por mucho dinero que generen, acabarán cansando a los lectores, hartos de decepciones, y aburriendo a los no-lectores en cuanto pase moda de los superhéroes.
Entonces se acordarán de los lectores, sobre todo de los que han perdido en estos años.
Ya tenemos en el cine la nueva película de ‘Los Guardianes de la Galaxia’. Y pronto llegarán otras, entre certezas y rumores, con Ben Affleck como Batman, con una Antorcha Humana de color, con Michael Douglas como el Hombre Hormiga, con Gal Gadot como Wonder Woman… Y con desconfianza. Con mucha desconfianza en Hollywood. DIARIO Bahía de Cádiz
José Manuel Puyana es autor del blog http://memoriasdeunmorlock.com/
Gran artículo Jose Manuel