CRÍTICA. Uno tuvo la sensación de que el título del recital (‘El mensaje oculto del Barroco: numerología y cábala’) era autorreferente. Quiero decir, que había un mensaje oculto en el programa que no llegué a descifrar en el concierto. Tampoco el programa de mano elaborado por Pablo J. Vayón, uno de los mejores críticos musicales, aclara la relación del programa con la numerología, excepto esa vaga referencia a que “según famosos musicólogos, la cábala hebraica está detrás de algunas de las más importantes obras de Bach y otros maestros barrocos”. Sigo a la espera de una explicación más coherente -quizás ahí esté la gracia-, aunque tampoco tiene importancia… me pareció una suerte de regate intelectual para titular un programa que contenía atractivos musicales más que suficientes.
Porque, al fin y al cabo, se trataba de Bach, nada menos que “el principio y el fin de toda la música”, como afirmó de él Max Reger. Claro que esto se dijo casi un siglo después de que Mendelssohn y el impulso del nacionalismo alemán convirtieran a Johann Sebastian Bach en una especie de dios musical. Un dios que hace ya casi tres siglos aún componía utilizando notaciones numéricas; en una época en la que tampoco había director que dirigiera la orquesta, responsabilidad que asumía algún músico a la vez que tocaba su instrumento. Con la mirada, con la mano, sin batuta… dirigía a sus compañeros. Porque entonces, primaba el valor del gesto.
Fue ese elemento extra musical el que completó mi satisfacción en este concierto. Me conmovió la actitud briosa del clavecinista y director Alfonso Sebastián, marcando el ritmo y apremiando al compromiso total de la (excelente) orquesta con las exquisitas piezas bachianas y las otras dos que completaron el programa. Dirigiendo incluso en la ejecución del Concierto para clave, una obra -compleja y virtuosística- percibida más que oída en el Teatro Falla, auditorio pantagruélico con las agrupaciones de cámara. Con mayor peso dinámico, el violín de Andoni Mercero -sonido intenso y elocuente pero contenido en su expresiva interpretación- redondeó la empastada interpretación del Concierto para violín.
El gesto de emparedar a Bach con autores coetános, pero menores en la historiografía musical –su primo Johann Bernard Bach y el músico alsaciano Georg Muffat-, y de flanquearlo por dos géneros bien diferentes -Suite y Concerto grosso- dotó al concierto de otra perspectiva, bien enriquecedora. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL CONCIERTO:
XVIII Festival de Música Española de Cádiz.
El mensaje oculto del Barroco: numerología y cábala. Orquesta Barroca de Sevilla. Alfonso Sebastián, dirección y clave. Andoni Mercero (concertino y solista), Valentín Sánchez, Rosaria d’Aprile; violines primeros; Miguel Romero (concertino secondo), Ignacio Ábalos, Rafael Muñoz-Torrero; violines segundos. Viola: Kepa Artetxe, viola; Aldo Mata, violonchelo; Ventura Rico, contrabajo; Alfonso Sebastián, clave. PROGRAMA: I Parte – Johann Bernhard Bach (1676-1749) Suite No. 1 en Sol m. (Ouverture / Air / Rondeaux / Loure / Fantaisie / Passepied) / Johann Sebastian Bach (1685-1750) Concierto para clave en Re m., BWV 1052 (Allegro / Adagio / Allegro /Alfonso Sebastián, clave solista) II Parte – Johann Sebastian Bach Concierto para violín en Mi M., BWV 1042 (Allegro Adagio / Allegro assai). Georg Muffat (1653-1704) Concerto grosso No. 12 en Sol M. ‘Propitia Sydera’ (Sonata. Grave / Aria. Largo / Gavotta / Grave / Ciacona/ Borea. Allegro).
Lugar y día: Gran Teatro Falla de Cádiz, 26 de noviembre de 2020.