CRÍTICA. A veces uno, como rechazo al márquetin desproporcionado, tiende a desconsiderar la etiqueta “mejor” cuando señalan a alguien como el número uno e indiscutible líder de una modalidad, como se hizo en la promoción del concierto en Jerez de Pacho Flores. Puede que el venezolano lo sea, al menos demostró que puede serlo, pero no tenemos referencias para comprobarlo. Es insólito que se ofrezca un concierto de trompeta, un instrumento alejado del circuito de conciertos solistas y de la práctica común de composición hasta el siglo XX. Por eso mismo, ya es reseñable que FundArte de Jerez esté diseñando y aplicando una programación musical merecedora de elogios; y ánimos e impulso para que el Teatro Villamarta llegue a ser uno de los mejores centros musicales de Andalucía.
Pacho Flores ofreció un concierto bizarro y variado que duró la medida de un soplo en el sentir del público, en menor número del esperado lleno. Las piezas interpretadas por el trompetista suenan tan bien como en sus discos, al menos en las piezas de su discografía; pero el enlatado no puede registrar la simpatía y los toques de humor que desplegó Pacho Flores durante el concierto.
No fue este un concierto de promoción de su último álbum y se agradece que fuera así. Ligado el intérprete al distinguido sello Deutsche Gramophon, de su álbum más reciente Cantos y Revueltas (2019) grabado con la Real Filharmonia de Galicia dirigida por su compatriota Manuel Hernández-Silva, apenas un movimiento del Concierto para corno da caccia; de Fractales (2018), a pesar de que fue premiado en el Global Musical Award de ese año, no hubo ninguna referencia en el programa; de su álbum Cantar (2016), se interpretó “Soledad” ; y su primer álbum, La trompeta venezolana (2009), sólo se reflejó en la orientación más popular y folclórica de la segunda parte del concierto. De Entropía (2017), con piezas para trompeta y guitarra, se tocaron sin embargo tres piezas: “Bordel 1900”, “Café 1930” y “Morocota”. El resto del programa fueron piezas de concierto no registradas por Pacho Flores en ningún álbum.
Las dos partes del concierto tuvieron registros dispares, con una calidad incontestable ambas. En la primera, diseñada para la exhibición de la trompeta solista en la música de repertorio clásico, arrancó con “Solo de concours” de Chabrier, una pieza idónea para apertura de concierto y demostración de poderío interpretativo. Aún más fue la demostración de técnica y virtuosismo con la adaptación de “Aires gitanos” de Sarasate que sonó como a trompicones, en ráfagas melódicas de dificultad extrema. La elección del programa en un repertorio tan amplio como el que posee Pacho Flores tiene significado propio. En el concierto de Jerez, le añadió no solo el plus de localismo con obras de autores españoles, también el honor de que sus obras fueran el núcleo duro del concierto. A Pablo Sarasate, le correspondió el turno de privilegio en la primera parte.
Con el segundo movimiento del Concierto de Johann. Baptist. Georg. Neruda (cuya biografía transcurre entre la vida adulta de Bach y la juventud de Mozart) el trompetista venezolano mostró una variante del instrumento, el corno da caccia, en una especie de remanso musical antes de las sorprendentes piezas de Piazzola, “Bordel 1900” y “Café 1930” con el tango y su evolución musical como elementos inspiradores.
En la segunda, Pacho Flores mostró que una trompeta virtuosa y espectacular puede elevar la música popular y folclórica a la altura de las grandes composiciones. El cambio de registro fue notable; de inicio, con su creación “Morocota”, dedicada a la madre, una pieza casi obligada y particular homenaje también a la patria en los conciertos de Pacho Flores. Siguió el quiebro anímico con el entusiasmo que despierta la combinación de píccolo y trompeta y varias sordinas en “1969” de Sánchez Pedro.
Luego, otra de las piezas del “núcleo duro”, “Bulerías del Guadalquivir”. Las Piezas Andaluzas para trompeta y piano del cordobés Santiago José Báez Compuesta en 2007 ganaron el 1º concurso de la Asociación de Trompetistas de Andalucía. Actualmente se estudia en varios conservatorios superiores de Andalucía por los alumnos de la especialidad de trompeta. Consta de cuatro piezas y la primera, “Bulerías del Guadalquivir”, está dedicada al profesor de trompeta Antonio Ureña Delgado. La obra complementa el virtuosismo instrumental, con un exquisito diseño de composición en la voz de acompañamiento. Pacho Flores elogió sin reservas al compositor andaluz, uno de los más relevantes en la música española actual, a su entender.
Emular/Superar a Paquito D’Rivera no es un reto cualquiera, y Pacho Flores no rehuyó el envite con dos magistrales demostraciones en “Danzón” y “La fleur de la Cayenne”. Luego, nuevo cambio de rumbo. Otra de las piezas obligadas en sus conciertos parece ser “Soledad “de Oscher. La emoción que transmite la composición del uruguayo es intensa y su interpretación un cierre sin duda dramático, que tuvo el complemento y corolario en la “Bossa nova” de Enrique Crespo como propina.
El acompañamiento al piano de José Gallego, impecable en todo el concierto, como siempre.
Un grupo de alumnos del conservatorio de Jerez, despidieron al pianista y al maestro de la trompeta, “el mejor del mundo”, con una emotiva y entusiasta fanfarria. DIARIO Bahía de Cádiz
FICHA DEL ESPECTÁCULO:
Pacho Flores, trompeta. José Gallego, piano. Programa: I – Theo Charlier, Solo de concours (corneta); Pablo Sarasate Aires gitanos (trompeta); J.B.G. Neruda 2º movimiento del Concierto para corno da caccia; Astor Piazzola Bordel 1900 y Café 1930 (cornetas) II – Pacho Flores Morocota (corneta); Antonio Sánchez Pedro; 1969 (piccolo y trompeta); Santiago Báez Cervantes “Bulerías del Guadalquivir” de Piezas andaluzas (trompeta); Paquito D’Rivera Danzón y La fleur de la Cayenne (fliscornos); Efrain Oscher Soledad (trompeta).
Lugar y día: 1 Teatro Villamarta de Jerez, 1 de febrero de 2020. Asistencia: tres cuartos de entrada.