Sí, es cierto, los personajes de cómics mueren, tanto los villanos como los héroes. Pero para ellos, sobre todo para estos últimos, la muerte tiene un significado distinto. Para empezar la muerte en los cómics tiene un objetivo, un porqué, no es algo aleatorio o fruto del azar. La muerte es el truco más viejo de los villanos, sobre todo de los enemigos recurrentes de los héroes, que ya pueden ser sepultados por una avalancha, vaporizados por una explosión o engullidos por un volcán, que siempre reaparecerán cuando el héroe menos lo espera.
La muerte del héroe, por su parte, puede tener como fin actualizarlo para mantener su vigencia; puede tener un sentido publicitario, buscando darle mayor notoriedad y ponerlo bajo los focos; puede ser la excusa para crear nuevos personajes que sigan su legado; puede ser la excusa para cambiar su condición de héroe a villano o dejarlo en un punto gris, el del antihéroe; o puede ser simplemente un modo de hacer desaparecer al personaje.
En cualquier caso siempre es una muerte interesada, pues su objetivo final no es otro que el de proporcionar beneficios a sus propietarios.
Por supuesto los lectores siempre tendrán algo que decir en esto, ya que su reacción (ya sea en forma de cartas de protesta, ya sea en forma de subida o bajada de las ventas) suele decidir el rumbo argumental y el destino de los héroes, lo que hace que la muerte en los cómics rara vez sea un estado definitivo.
Cuando DC Cómics vivía su “noche más oscura”, no fue la luz de Green Lantern la que la salvó, sino la muerte de su mayor héroe, Superman.
Una decisión de ese tipo, acabar con tu personaje franquicia, el héroe más famoso del planeta, podría parecer a simple vista un auténtico suicidio, pero a la postre supuso no solo la salvación de la empresa, sino un relanzamiento de los cómics a nivel mundial.
La Muerte de Superman tuvo un seguimiento mediático sin precedentes para un personaje de cómics. Los noticiarios de todo el mundo dieron cobertura a la noticia, y Superman fue portada en todos los medios, escritos, digitales y audiovisuales. Homenajes, tributos y honores al héroe caído llenaron horas de emisión y páginas y páginas de lo que fue una publicidad impagable para DC, que pasó de estar al borde de la quiebra a ser el centro de atención del mundo entero.
Sin embargo, pese a haber conseguido su objetivo principal, la muerte de Superman dejaba un hueco que había que rellenar, primero por 4 personajes (Cyborg Superman, Steel, Superboy y El Erradicador), y luego por el propio Superman que acabaría resucitando, confirmando lo que los aficionados a los cómics ya sabíamos, que la muerte en los cómics rara vez es definitiva.
Pero aunque la jugada de la muerte de Superman fue una estrategia de marketing magistral, ese cartucho ya se había gastado, y ya que no se podía volver a matar a cada uno de los personajes principales de la editorial, al menos no sin levantar las iras de los lectores por semejante tomadura de pelo. Así que se buscaron alternativas para deshacerse de los personajes sin matarlos. Fuimos testigos de la caída en la locura de Hal Jordan, el Green Lantern por excelencia, quién se convertiría en Parallax en una decisión editorial que provocó las más duras críticas de los fans del personaje y cuyas consecuencias pagó su sucesor, Kayle Rayner, que nunca lograría ocupar su lugar en el corazón de los aficionados y que, irónicamente, sería más parte pieza fundamental en el regreso de Jordan a su condición de héroe.
Algo similar le ocurrió a Batman, al cual no mataron, pero al que quitaron de la circulación cuando Bane le fracturó la espalda, dejando el manto del hombre murciélago en manos de sus sucesores, Azrael y Nightwing. De nuevo, como en el caso de Hal Jordan, ninguno logró desplazar a Bruce Wayne del panteón de héroes de DC, y tras el fallido intento de renovación, volvería a ser el único Batman.
es difícil no encontrar un personaje Marvel que no haya muerto…
En la competencia, Marvel es famosa por la temporalidad de sus defunciones. Es difícil no encontrar un personaje que no haya muerto y regresado al mundo de los vivos y, salvo el tío Ben de Peter Parker nadie ocupa mucho tiempo su tumba…porque el tío Ben sigue muerto ¿no?
El caso es que en Marvel también probaron suerte con las muertes y otros sucedáneos para renovar sus personajes. Recordemos el giro que quisieron darle a Spider-Man con la evidente intención de sustituir al Peter Parker, casado y asentado, por una versión soltera, sin dinero, y ligeramente más joven, en un mal disimulado reboot del personaje. Como ya sabréis, hablamos de Ben Reilly. El plan inicial era clonar a Peter Parker, matar al “viejo” Peter Parker, por obra del Buitre a través de un virus letal, y que el clon lo sustituyera. Pero las protestas de los fans salvaron al pobre Peter de la muerte (aunque todos sabemos que habría acabado regresando) y se sustituyó por un retiro, en beneficio del bebe que venía en camino, y para evitar tentaciones, la pérdida de sus poderes y su posterior retirada definitiva. Pero Ben Reilly tampoco sería aceptado del todo por los fans, y esto, sumado a un caos argumental provocado por un tira y afloja entre el equipo de marketing y los equipos creativos sobre cuál debía ser el camino a seguir, condenó a Ben Reilly a morir heroicamente en batalla (aunque ya ha vuelto a aparecer) a manos del Duende Verde. Peter Parker y Spider-Man volverían a su antiguo status heroico, aunque pagando, eso sí, un alto precio al perder a su bebé, ya que se consideró que un hijo “envejecería” al personaje y los lectores más jóvenes ya no se identificarían con él. Irónicamente para su hija se crearía un universo alternativo en el que no solo heredaría el legado de su padre si no que pelearía junto a los hijos de otros héroes.
Un ejemplo clásico de renovación, en el que varios héroes morirían, seria la archiconocida “Crisis en Tierras Infinitas”, donde se pretendía poner orden en toda la continuidad del Universo DC. En esta mítica saga morirían, entre otros, personajes del peso de Supergirl y Flash (Barry Allen) En el caso de Barry su lugar lo ocuparía su sobrino Wally West y en el caso de Supergirl, primero sería reemplazada por un ser de protomateria de otra dimensión llamado Matrix, creado por Lex Luthor, y que posteriormente se fusionaría con Linda Danvers , humanizando al personaje, hasta que Peter David le dio un giro al personaje y lo mezclo con ángeles y demonios y el personaje perdió el favor de los lectores y termino por desaparecer con apenas una breve mención a su retiro, cediendo su lugar brevemente a otra Supergirl, venida del futuro e hija de Lois y Clark, y siendo sustituida finalmente por Kara Zor-El, una presunta prima directa de Superman surgida en el titulo Superman/Batman.
Volviendo a Marvel, existía una vieja “tradición” según la cual cada vez que se formaba una nueva alineación de los X-Men, moría algún miembro, suerte que estuvieron a punto de correr los miembros del equipo original con la segunda génesis del grupo de mutantes. Sin embargo las resurrecciones no son ajenas a los mutantes de Marvel, y ya que hemos visto morir y resucitar a Jean Grey, al Profesor Charles Xavier, a Coloso, a Cíclope, a Mariposa Mental, etc.
en Wildstorm también se mueren…
Y esto no solo ocurre en Marvel y DC. En Wildstorm, cuando Warren Ellis se hizo cargo de la serie StormWatch, decidió hacer borrón y cuenta nueva y acabó con el equipo de héroes en un crossover con la serie “Alien” en el que todos fueron asesinados, dejando paso a un nuevo grupo de héroes que acabarían por fundar un nuevo grupo: The Authority.
Sin embargo la muerte “definitiva” solo parece afectar a personajes de segunda fila. Los héroes principales no mueren o, si lo hacen, es solo temporalmente, el tiempo justo para hacer que nos planteemos qué pasaría si de verdad murieran. Así, hemos visto regresar a Wonder Woman, Punisher, Green Lantern, Thor, Green Arrow, Ojo de Halcón, Steel, Iron Man e incluso a Booster Gold, aunque bien es cierto que algunos parecen haber tenido la decencia de permanecer muertos, como Blue Beetle, pero no seré yo el que ponga la mano en el fuego sobre que esto no vaya a cambiar.
Es por ello que la muerte del Capitán América no tuvo el impacto mediático ni emocional que en su momento tuvo la muerte de Superman. Y aunque el Capitán América no es un icono como el kryptoniano, sí que se trata de un héroe legendario, respetado y amado. Y si bien es probable que su imagen se resintiera por la saga “Civil War”, que, como ocurriera con los héroes de los cómics, dividió a los lectores norteamericanos (especialmente sensibilizados con el tema de hasta dónde debe llegar el control del gobierno y la pérdida de libertades a favor de la seguridad nacional y la lucha antiterrorista), entre los que apoyaban a un bando y a otro, y donde el Capitán América se posicionó contra el gobierno, aunque fuera para luchar por una causa justa, lo cierto es que el truco de la muerte ya no engañaba a nadie, ni a lectores ni a medios de comunicación.
Marvel se encargó de repetir hasta la saciedad que Steve Rogers había muerto definitivamente (no así el Capitán América), pero incluso los más crédulos no le daban un plazo mayor a un año al regreso de Steve Rogers. Y ya sabemos qué pasó.
Ahora, el último en morir es Lobezno.
Y es que, pese a la aparición de “nuevos” héroes carismáticos, como Lobezno, Punisher, Gambito o Cable, o los aún más “nuevos” Spawn, Witchblade, Gen-13 o Savage Dragon, los viejos héroes no desaparecen, permanecen aunque acaben de cumplir 75 años, como Superman, y aunque las modas les releguen momentáneamente a un segundo plano.
¿Y por qué perduran? ¿Es que fueron creados por autores mejores que los actuales? ¿Son conceptualmente superiores? ¿Tiene algo que los otros personajes no tengan? ¿Por qué son inmortales? Pues, en mi opinión, seguramente porque los lectores nos aferramos a ellos, a Hal Jordan, a Peter Parker, a Bruce Wayne, a Steve Rogers. Nosotros somos la clave de su inmortalidad. DIARIO Bahía de Cádiz