Últimamente, el mercado del cómic en España es muy bueno. ¡Ojo! solo si nos referimos a lo que se publica, ya que a nuestros talentos les sigue costando horrores, en muchos casos es un deseo imposible, vivir de la narrativa. Pocos son los que pueden llegar a fin de mes sin el aporte del extranjero, ya sea en los EEUU o en el siempre generoso mercado francés.
Pero, pese a esta avalancha de ediciones, se notaba que faltaba algo, ahora con las grandes tomos lees de una sola temática, se añoraban esas publicaciones multitemáticas, en las que en un solo número se podían disfrutar de muchos autores, esos trampolines para noveles e ingresos extras para consagrados: No teníamos revistas.
En los 80, por los kioscos pululaban muchas de estas revistas, hermanas menores del mercado estadounidense, hablo de 1984, Creepy, Cimoc… permitían disfrutar de talentos consagrados como Jim Starlin, Milo Manara, Richard Corben… y otros emergentes algunos quedarían en el camino y otros pasarían al Olimpo de la tinta… pero, al menos, tuvieron su oportunidad.
Con el cierre de este tipo de formatos nos habíamos quedado huérfanos, si los lectores habíamos perdido a un amigo los autores a un padre. El panorama digital suplió levemente este vacío.
Y así hubiera seguido, hasta que hace unos meses un grupo de amigos deciden sacar, con la ayuda de Delorean Ediciones, la revista ‘Área 51’.
Hace falta una pizca de locura, muchas ganas y mucho talento, para intentar publicar en papel hoy en día. Con los cómics digitales, grupos facebook, blogs… donde se exponen historias, bocetos e ilustraciones sin que te cueste ni un céntimo a los autores, arriesgarse en un difícil mercado es siempre estresante. Pues aun existe gente que se lía la manta a la cabeza y se arroja al vacío para cumplir sus sueños.
José Ramírez, Francisco Domínguez, Ángel Martínez, Luis Roldán… son solo algunos de los nombres que nos vamos a encontrar en estas 132 páginas con el embriagador aroma de la imprenta. En ellas se recopilan 22 historias en su mayoría de ciencia ficción futurista, aderezadas con un par de tipo medieval, artículos variados, un relato por parte de Miguel Ángel Naharro y dos interesantísimas entrevistas a Richard Corben y a Esteban Maroto. Como vemos han empezado fuerte llamando a la puerta de estos maestros.
Como es lógico suponer, la calidad tanto de guión como de dibujo es variable, esto es parte del encanto que tenían estas publicaciones. La mayoría de los argumentos nos dejan con un “continuará” que nos atrapará en mayor o menor medida, formando parte de una trama conjunta, diferentes puntos de vista de una guerra futurista tanto en la tierra como en otros planetas donde varias razas casi divinas se enfrentan.
Hay otras historias auto conclusivas, o mejor dicho, sin el “continuará” retazos de vidas que podrían seguir si sus autores quisieran. Aquí es donde me han ganado, es un estilo que no tenía cabida en el mercado actual.
Los guiones son simples, como corresponde, narrativa fresca con el único, y difícil, propósito de entretener al lector.
Los dibujos varían muchísimo, bebiendo de diversas fuentes: Maroto, manga, Moebius… destacando algunos pinceles maravillosos como los de Alex Espert en ‘Invasión’, Bort en ‘Takkav’, Jen del Pozo en ‘Legítimo Gobernante’, una de las historias que más me ha impactado con un estilo muy de la saga de los Metabarones, y Adrian Gutiérrez con su ‘Freigheit Das Paradies’.
Pese a tener, como cualquier aficionado lo siento es lo que soy, algunas predilecciones se ha de reconocer la labor de todos los que han compuesto este primer número.
La edición está muy cuidada en un papel de calidad y una portada en cartoné encerada, quizás demasiado lujosa, alejándose un poco de las fuentes de procedencia que miraban más al pulp que al coleccionismo.
Como única pega, que no todo van a ser alabanzas, he echado en falta una variedad en los guiones, que hubieran intercalado más historias que no fueran de Ciencia Ficción. Un poco de terror, aventuras, espada y brujería, ya que solo tres de ellas se alejan del futurismo. Pero claro a lo mejor es algo que van incorporando en posteriores números, solo ellos lo saben.
Un gran trabajo y sobre todo, un gran sueño y una ardua lucha la que tenéis por delante. Desearos toda la suerte del mundo y esperando a leer el número dos. DIARIO Bahía de Cádiz Manuel Santamaría Barrios