Corrían los años 70 y los cómics sufrieron una crisis de ventas. Las dos grandes compañías americanas, Marvel y DC tuvieron que buscar nuevos géneros, surgieron personajes inspirados en el terror, las artes marciales, las “blaxploitation”, fantasía heroica y como aquí nos ocupa la ciencia ficción, casi todos los personajes que surgieron acabaron de una forma u otra con el resurgir de los 80 integrados en sus respectivos universos supe heroicos.
En esa época, el éxito cinematográfica de Star Wars y el televisivo de Battlestar Galactica llevó a que se firmaran colaboraciones con empresas externas; en el caso de Marvel, publicó historias de Star Wars con guiones que nada tenían que ver con la película y añoradas series como Rom y los Micronautas basadas en juguetes.
En 1976 el grupo Warner al que pertenecía DC cómics adquirió la compañía de videojuegos Atari. Por lo que solo fue cuestión de tiempo que algún directivo sugiriera unir ambos medios. Así es como surgió Atari Force.
Con los videojuegos Liberator, donde un grupo de aventureros espaciales del planeta tierra eran los protagonistas, se regalarían una serie de cómics basados en ellos. “En el año 2005 la tierra es un gran desierto, la fundación ATARI (Asociación de Tecnología Avanzada en Rescates Interplanetarios) selecciona a un grupo para buscar nuevos mundos habitables. Tras pasar por varios mundos y adoptar en uno a Hukka el último superviviente de una dócil razas, se ven atacados por los Zylones (clara referencia a Galactica) bajo el mando del Destructor Oscuro, una criatura parasita que se dedica a destruir planetas. Tras vencerlo descubren Tierra 2 un mundo donde la raza humana tendrá una nueva oportunidad”.
Pero la obra que nos ocupa va mucho más allá, han transcurrido 25 años desde ese primer grupo, y esa característica es lo que hace más injusto que a día de hoy su reedición no sea posible, es una segunda generación de héroes, es cierto que comparten vínculos familiares con los de aquellos cómics, y que el líder perteneció al primer grupo. De un grupo formado por humanos pasamos a un compendio de criaturas extraterrestres, alejadísimas de esos exploradores espaciales.
La colección apenas duró 20 números, y no por falta de calidad, la tenemos dividida en dos partes bien diferenciadas.
En la primera los guiones corrieron a cargo de Gerry Conway, quien junto a Roy Thomas, crearon el grupo original. Y los lápices, esto sí es de babero y de tirarnos de los pelos por no verla reeditada como Darksaid manda, del maestro José Luis García López, uno de los primeros españoles que cogió el petate, o mejor dicho los pinceles, y se fue al mercado americano, el cual contará en algunos números con la ayuda de Ross Andru y Ricardo Villagran.
Cuentan el origen de la nueva formación, con seres individuales, una unión de gente con una meta común más o menos forzada, ya que muchos se ven involucrados sin desearlo, que actúan como una unión de individual más que como un escuadra entrenada, algo que en esa época DC llevaba casi por bandera.
Conoceremos a Martin Champion antiguo líder que se encuentra recluido en su laboratorio, Tempest su hijo al que abandonó al morir su mujer en el parto y mutante capaz de viajar entre dimensiones, Dart hija de antiguos miembros, mutante con visiones aleatorias del futuro y experta guerrera, Babe un bebé ovita una raza que se van transformando en montañas, Morphea un insectoide telepata, Hukka del antiguo grupo, Pakrat un cobarde ladrón de una raza de roedores y se les unirá Taz un extraño enano albino.
El guión es sencillo ya que nos muestra la huida de Tierra 2 y su enfrentamiento con el Destructor Oscuro, al más puro estilo Star Wars. Este primer ciclo duró hasta el número 13 que es lo que pudimos leer en la edición española, publicado por Zinco, pero en los USA la colección siguió. La editorial cambió el texto de una de las últimas viñetas para cerrar la historia, algo que no se clasificar de genialidad o poca vergüenza.
A partir del 14 las aventuras de Atari pasarían a las nada despreciables manos de Mike Baron y Ed Barreto quienes nos narrarían la vuelta al hogar y la “cálida” bienvenida que les esperaba.
Historias sencillas, cargadas de un talento gráfico del que muchos aun aprenden, no obstante estamos ante uno de los maestros del cómic norteamericano, que por culpa de los egoísmos empresariales, de los egos de directivos que no tienen ni idea del arte de las viñetas, están olvidadas en un oscuro cajón burocrático mientras los que tuvimos la suerte de leerlas en la niñez añoramos una reedición en calidad.
Atari Force fue publicado en los Estados Unidos en 1983 a 1985. En España pudimos verlo de la mano de la editorial narcelonesa Zinco, pero solo los primeros 13 números. DIARIO Bahía de Cádiz