Antes que nada, la calificación de un cómic para leer y tirar la dieron sus propios autores en una revista en el año 98, en la mítica El Víbora, una revista para adultos donde todo tenía cabida, sexo, bestialidades, donde el único límite era el sentido artístico de los autores. En esa época nació ‘Arsesino’, cuyos guiones iban firmados por Ana, seudónimo que utilizó el redactor Hernán Migoya.
En palabras de los autores era un cómic punk en una época donde nuestro país empieza a caer en la mojigatería y la corrección política.
“No soporto a los autores que van de artistas. Hijos de Puta. Yo me niego a hacer arte. Yo solo quiero hacer cómics de usar y tirar”.
El destino unió a una dispar pareja de autores: en las entrevistas Enric solo hablaba catalán, tenía fama de facha, era capaz de insultar a un negro y no se consideraba racista, “no más que los demás”. Él decía lo que pensaba, podía ir a una convocatoria del 20N y animar a la selección española, él tenía su criterio y le molestaban mucho los dobles raseros. “Ana” o mejor dicho Hernán era más bien un antisistema, un alma libre.
¿Cómo consiguieron trabajar juntos? Pues bajo un lema: “Daremos ostias a todo dios y mataremos a tantos políticos como podamos” y así nació Arsesino, un personaje por encima del bien y del mal, que solo cumple con una norma, la suya. Alguien que en muchos momentos me recordó al mejor Lobo de DC cómics, el de Giffen y Bisley, pero a contrario que el personaje yankee, Arsesino es solo un hombre, carente de moral pero un hombre.
“Arsesino es un ciudadano de a pie normal y corriente, que odia a las instituciones, los símbolos patrióticos y a los políticos. Como buen anarquista, un día decide cargarse uno por uno a los representantes elegidos legitima y democráticamente por el pueblo español… ¡Solo para acabar teniendo un retoño subnormal con la infanta y proclamándose muy a su pesar Rey de España!”.
En el año 2169…
A lo largo de 139 páginas acompañaremos a este particular personaje en una orgía de destrucción, sangre, sexo (ejem, de todo tipo) y desfachatez.
En el año 2169 África sufrió un desplazamiento de las capas tectónicas aniquilando a todos los seres del continente, los cadáveres rápidamente se transformaron en petróleo y España se apresuró a adueñarse de ellos convirtiéndose en la primera potencia mundial. Pero claro, con nuestra idiosincrasia este estatus no duró ya que estalló una cruenta guerra civil con dos bandos, el Madrid y el Barcelona. El país quedó devastado y los Estados Unidos volvieron a encabezar la balanza del poder.
Durante su hobby de ir matando a políticos, Arsesino se ve acosado por la Capitana Cuervo que le quiere dar caza, todo esto se complicará más ya que le llega la notificación de ir al servicio militar a la estación lunar Mir II a menos que tenga una familia que mantener, por lo cual emprende una alocada carrera entre sentar cabeza y compaginarlo con su particular vicio. Algo que le costará bastante más que matar, ya que las mujeres son un bien escaso y encima él solo está acostumbrado a violarlas mientras están inconscientes.
La historia nos muestra, con muy mala leche, a una familia real incestuosa, corrupta, donde el príncipe se ha fugado con su guardaespaldas. Gibraltar convertido en una especie de tierra salvaje (homenaje a Kazar y las películas de Tarzán) donde se encuentran los últimos africanos, una Cataluña separatista donde se invocan a los poderes divinos de la moreneta para librarles del yugo ya no de España, si no de los EEUU de los que somos un estado parte.
Pese a la mala baba que gastan los autores lo más penoso es ver que nada de lo que muestra el cómic es mentira, tal vez se exagera, en ocasiones con mal gusto como el empleo del fantasma de Lady Di o la utilización del hijo con retraso mental para cometer regicidio (clara alusión a cierta leyenda no tan urbana española), pero pocas cosas son 100% inventadas. Las miserias de nuestra patria: cotilleos, separatismos, racismos, clases sociales son aumentadas pero tristemente nos vemos como en un espejo de feria.
Me gustaría resaltar el único punto completamente humano y emotivo de la obra, y es la relación fraternal que se fraguan entre los distintos hijos de Arsesino que aparecen en la obra, es lo único hermoso y puro. Lo demás hace que Torrente parezca educado en Oxford.
Un cómic que va a hacer reír a algunos, a otros los escandalizará pero que no dejará indiferente. Y por lo que más quieran, hagan caso al autor: NO LO CONSIDEREN UN ARTISTA o mandará a Arsesino a por ustedes. DIARIO Bahía de Cádiz Manuel Santamaría Barrios
FICHA
De: Enric Rebollo y Hernán Migoya
Ediciones La Cúpula año 2005
Editado anteriormente en los años 90 en la revista El Víbora