Mis niños de viñetas, con apenas su tercer número, se van haciendo mayores, vaya todo esto con el máximo cariño del mundo. Y es que en el mundo del papel, solo hay tres formas de crecer, la primera lentamente número a número, con el sudor, con el olor de la tinta fresca y las hojas calientes saliendo de la impresa. La segunda, como en los seres humanos ya que las viñetas están vivas, a base de estirones y esto les ha pasado a los chicos de Área.
En este número han tenido que dar dos estirones, que les habrá ayudado a madurar como profesionales: el primero el negativo, con los primeros tiras y aflojas entre colaboradores, con la marcha de uno de ellos dejando un sabor amargo. El segundo estirón, con las mieles del triunfo, cuando un profesional del cómic, un maestro de la espada y brujería les dedica su tiempo y trabajo.
En este número tenemos la suerte de contemplar la obra de Esteban Maroto. El autor madrileño, uno de los primeros en dar el salto al extranjero: Italia y a Estados Unidos donde triunfaría con los cómics de bárbaros, ha dedicado una historia de Flash Gordon en homenaje a su creador Alex Raymond y al editor Doug Murray. Una aventura preciosa, cargada de simbolismo donde sigue mostrando lo que siempre ha sido, uno de los mejores.
En cuanto al resto de la revista siguen sudando ideas, más o menos acertadas, pero trabajadas. A destacar la paliza imaginativa que se está dando José Ramírez, con el que he tenido el privilegio de hablar sobre cómics y sobre su trabajo. ¡Animo colega, sigue así, mira adelante y olvida lo malo!
En esta ocasión la revista se muestra mucho más variada, a los ya habituales entrevistas, reportajes y relatos de ciencia ficción y superhéroes, se han añadido alguno de espada y brujería, novela negra, psicológicos y humor. Dando como resultado una publicación más diversa y entretenida. Como siempre, lo siento no puedo ser parcial, destacaré los que más me han gustado, obviamente no incluyo la JOYA de Esteban Maroto ya que ha sido ensalzada convenientemente:
- ‘Conan el Errante’: un repaso al nacimiento y primeras aventuras del héroe Cinmerio (libre de derechos según me comentaron) por José Ramírez y Juanca Ortega que hace un magnifico dibujo. Si acaso lo peor es que es algo que hemos visto muchas veces.
- ‘Cómo funciona el negocio’: relato negro de Luis Roldán y Rodrigo Garrido, un guión duro, me ha recordado a episodios de Sin City y cómics de EC, entiéndase como un piropo. El dibujo algo irregular con momentos muy buenos y bajones, eso sí muy efectivo a la temática, he notado cierta reminiscencia de las obras de Will Eisner.
- ‘New York, la ciudad del cómic’: grandioso el reportaje de Simón sobre los lugares secretos de la ciudad para los amantes del género. Dan ganas de coger un avión e ir.
- ‘Planeta Inquietante’: De Adolfo R. Taboada y Ángel Bernuy. Muy buen cómic sobre un mundo virtual de aventuras y las miserias del real, un dibujo precioso, de lo mejor del número.
- ‘Pájaros en la Cabeza’: de Luis Roldán y Bort, relato psicológico sobre un hombre y sus alucinaciones, muy buen giro argumental, una gran historia.
- ‘La Saga de los Cabrales’: por Abdar Sabbar Jenkis y Maciste, la gran triunfadora del número, una historia muy, pero que muy bestia, sobre unos mutantes españoles, prototipos de supersoldados. Cargada de litros de mala leche y con un dibujo glorioso. Esperando con ganas saber más de los Hermanos Cabrales.
- ‘Luzbell, el diablo bombilla’: parodia bíblica sobre Abraham, divertidísima historia de una página. Espero que Diego Rosales y Xosé Tomás nos hagan reír más.
‘Área 51’ sigue adelante y seguro que tras estos acontecimientos siguen un poquito más sabios, con los pies en la tierra y mirando al horizonte. DIARIO Bahía de Cádz Manuel Santamaría Barrios