Que el cine lleva años explotando el filón de los cómics es algo evidente. Ya sean los superhéroes de Marvel (Iron Man, Thor, Spiderman, X-Men, Capitán America, Hulk, Los Vengadores, Ghostrider, Los 4 Fantáticos, The Punisher,…) o de DC (Batman, Superman, Green Lantern, Watchmen, Constantine,…) como cómics de otras compañías o de otros géneros (Kick-Ass, 300, Sin City, From Hell, The Spirit, Hellboy, Cowboys vs Aliens,…), hacer versiones cinematográficas de los cómics está de moda. Sin embargo es menos conocido que a veces es el cómic el que utiliza del mismo modo al cine, ya fuera con adaptaciones de películas o expandiendo los universos cinematográficos en viñetas. Una práctica que se popularizó en los años 70 y 80 y que continúa hoy día.
Pero vayamos al principio. Para encontrar la primera adaptación al cómic de una película debemos retrocedes a 1974, cuando Marvel edita una serie sobre El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes). La serie, que contaría con Doug Moench y Gerry Conway como guionistas, constaría de 29 números en blanco y negro, de los que los cuatro primeros serían la adaptación de la película de 1968 protagonizada por Charlton Heston.
Ese mismo año se estrenaba la obra maestra de Stanley Kubrick, 2001. Una odisea en el espacio, pero no sería hasta 1976 que uno de los grandes maestros del cómic norteamericano, Jack ‘The King’ Kirby, se encargaría de su adaptación al cómic. Kirby asumió el guión y el dibujo de la serie de 10 números en los que expandía el universo de 2001, con personajes totalmente nuevos y con historias basadas en los conceptos explicados en la película.
Pero en 1977 aparece surge un fenómeno que cambiaría por completo todo lo relacionado con el cine y su explotación en otros medios y mercados a través del merchandising. Hablamos de Star Wars.
Star Wars generó una fiebre por sus personajes y su universo nunca vista hasta entonces, y la demanda de cualquier producto relacionado con la película desbordó las expectativas más optimistas. Por supuesto, el mundo de los cómics se hizo eco inmediato de la ‘Starwarsmanía’, y es Marvel de nuevo la que adapta la película, con guión de Roy Thomas y dibujo de Howard Chaykin. Esta adaptación originó una serie mensual que duró hasta 1986, con un total de 107 números.
Pero el rico universo de Star Wars no se quedó solo en esta serie ya clásica, sino que todas las películas de la trilogía original han sido adaptadas en un par de ocasiones, una en versión manga y otra coincidiendo con el estreno de las Ediciones Especiales en 1997. Actualmente los derechos de la saga los tiene Dark Horse, que sigue editando cómics del universo creado por George Lucas.
UN GRAN BOOM EN LOS AÑOS 80
Durante los 80 se produce el gran boom de las adaptaciones al cómic de películas, de la mano principalmente de Marvel, que era la compañía que parecía estar más interesada en estos productos. Y no se trata precisamente de productos marginales u obras menores, sino que estas se ponen en manos de autores punteros del mundo de los cómics.
Así, las adaptaciones de Alien o Encuentros en la tercera fase, serían obra de Walter Simonson, al dibujo, y Archie Goodwin, al guión, que guionizaría también Blade Runner, con dibujos de Al Williamson y Carlos Garzón; Jim Steranko adaptaría Atmósfera cero, en una de las mejores adaptaciones jamás hechas; Fran Miller, autor del guión de Robocop 2, se encargaría de la serie del cyborg policía; y John Byrne y Ferry Austin lanzaron una nueva colección de Indiana Jones.
Y si en los 80 fue Marvel, en los 90 fue Dark Horse la que más exploró el campo de las adaptaciones, y en la actualidad sigue siendo la editorial referencia en cuanto a adaptaciones, con los derechos sobre Star Wars, Alien o Predator, junto a su competidora, Dynamite Entertaiment que publica series sobre El ejército de las tinieblas, Robocop, Stargate, Darkman o Terminador
Podemos encontrar adaptaciones y series de los títulos y géneros más variados, como Psicosis, La Matanza de Texas, Viernes 13, Willow, Seven, El Precio del Poder, La Máscara…
Caso curioso es el de los cómics que han sido adaptados al cine y cuyas películas han sido adaptadas a su vez al cómic, en un extraño efecto boomerang. Así sucedió con Supergirl, Batman, Superman Return o con Spiderman, esta última a cargo de otro grande del mundo de los cómics, Peter David.
EL CASO DE ‘ALIEN EL OCTAVO PASAJERO’
Pero si tuviera que quedarme con una sola de estas adaptaciones, esta sería sin duda Alien el Octavo Pasajero, una auténtica obra maestra del cómic. El guión corre a cargo a Archie Goodwin, otro de los grandes, que ya por entonces había destacado tanto en DC como en Marvel, y el dibujo es obra del genio Walter Simonson, que en ese momento era aún un joven dibujante que empezaba a destacar en historias de ciencia ficción, como Battlestar Galactica, Star Wars o Alien, y que ya había colaborado con Goodwin en series como Star-Spangled war Stories o en el clásico Manhunter.
Esta adaptación es anterior a que Simonson guionizara y dibujara Thor, en la que, para mí, es la mejor etapa del personaje.
Para esta adaptación trabajaron sobre un borrador del guión de la película, por lo que algunos diálogos son distintos a los que aparecen en pantalla. También dotaron al cómic de un ritmo propio, deteniéndose más en algunas escenas y acelerando otras, de manera distinta a como las vemos en la película.
Si el guión de Goodwin es sobresaliente, el dibujo de Simonson es directamente espectacular, con ilustraciones, a veces a página completa, que se recrean en los momentos de mayor tensión o en las escenas de acción.
Juntos consiguen transmitir la atmósfera opresiva de la película, y además te muestran lo que en la película apenas se insinuaba o vislumbrábamos entre sombras. Al fin veíamos al Alien, diseñado por H.R. Giger, con toda claridad y detalle.
El cómic lo publicó en España la editorial Bruguera, en 1979, y ha permanecido inédito desde entonces hasta que, con el estreno de Prometheus, fue reeditada por Diábolo Ediciones, bajo el título Alien, la historia ilustrada, en una edición de lujo en tapa dura y totalmente remasterizado, con un nuevo color que hace que los dibujos de Walter Simonson resulten aun más sorprendentes.