Ella está furiosa
En el puente tras las luces fantasmagóricas que emiten el radar y los controles, el oficial de guardia oteaba el horizonte. Arriba el cielo estrellado como solo en la mar se puede ver, alrededor la más impenetrable de las oscuridades, los doscientos metros de eslora se muestran insignificantes ante la inmensidad del océano, lo que...