Hace menos de un mes (el 29 de junio), cientos de vecinos de la capital gaditana salían a la calle “hartos” de la turistificación que les expulsa de su ciudad, y días después su alcalde Bruno García anunciaba que iba a suspender la tramitación de nuevas licencias de pisos turísticos en el casco histórico (o sea, cumplir la normativa municipal en vigor) “hasta contar con los datos del estudio de presión turística”. Y curiosamente en El Puerto de Santa María, días antes de la manifestación ciudadana convocada para este sábado 20 de julio bajo el lema ‘Una ciudad para vivir’, el equipo de Gobierno también del PP avanzaba que aunque considera que estos pisos turísticos “son necesarios” en la localidad, no otorgará más licencias hasta contar con una regulación propia.
Pese al anuncio oportunista, medio millar de personas secundaron este sábado por la tarde la protesta convocada por colectivos y asociaciones locales (Ecologistas en Acción, Apdha, la Red de Acogida, ARBA, Amal Esperanza, Los Invisibles, la Marea Blanca, Las Tres Rosas o la Flave); una manifestación, que partía de la plaza de España, contra el turismo de borrachera y el aumento de pisos turísticos. Una queja que no es nueva: ya en agosto de 2023 sacó a las calles a muchos portuenses indignados.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se resalta que con esta nueva acción se ha vuelto a poner el foco en que el modelo de turismo actual en El Puerto “no es beneficioso para la mayoría de portuenses, no genera empleo estable ni de calidad, y no es sostenible ni respetuoso, llevando a la ciudad a un estado de decadencia sin precedentes”.
Durante la marcha, se escucharon cánticos como ‘queremos vivienda y no pisos de fiesta’, ‘el turismo de Germán no nos deja descansar’ o ‘El Puerto no se vende, El Puerto se defiende’; y cartelería donde se podía leer ‘una ciudad para vivir: basta de pisos turísticos y turismo de borrachera’.
“NO NECESITAMOS PREVENIR, NECESITAMOS ACABAR YA CON LOS PISOS TURÍSTICOS”
A la finalización de la marcha, varios vecinos expusieron sus casos (afectados directamente por convivir junto a pisos turísticos o indirectamente al no encontrar vivienda ni para comprar ni para alquilar); y los convocantes leyeron un manifiesto, en el que entre otras demandas, piden al Ayuntamiento la toma de medidas urgentes ante esta situación. Básicamente se reclama un cambio de modelo por otro “sostenible” que facilite el acceso a la vivienda, detenga la proliferación de pisos turísticos, promueva la protección del derecho a la ciudad y al descanso de los vecinos, y que sea beneficioso para el comercio local. Además, muchos de los presentes han propuesto crear una red de contacto para hacer de este “un problema colectivo” y empezar a trabajarlo “buscando y exigiendo posibles soluciones”.
Del mismo modo, durante la protesta no pasó por alto ese anuncio del equipo de Gobierno de que paralizaría las licencias a pisos turísticos de forma “preventiva” al considerar no existe un “problema real”.
“Otra cortina de humo, otra mentira más. Sabemos que sin ordenanzas y sin incluirlo en el PGOU no se puede hacer nada. Hablan de reforzar inspecciones, como si ahora se inspeccionara algo, un alcalde que no es capaz de mantener nuestras calles, nuestras plazas, que no es capaz de limpiar las hierbas y los destrozos ni de mantener limpia la ciudad, ¿qué va a reforzar el que? Y no, no necesitamos prevenir, necesitamos acabar ya para siempre con los pisos turísticos que no son compatibles ni sostenibles para una ciudad viva ni para el bienestar de nuestra gente. ¿Qué van a hacer con todos los pisos turísticos que sufrimos ya en nuestros bloques y barrios?”, se preguntaba el manifiesto de la convocatoria.
El Gobierno local se basa en que hoy día hay registradas en el municipio 1.660 viviendas de uso turístico (VUT), lo que se traduce en el 3,5% del censo de viviendas, muchas menos que en localidades como Conil o Chiclana). Pero parece obviar a las muchas más ilegales, las no registradas en la Junta de Andalucía. Para los colectivos promotores de esta manifestación, “la ciudad ha llegado ya a las 10.000 plazas en pisos turísticos, muchos de ellos en bloques de viviendas, generando ruido y descontrol durante todo el día y la madrugada”.
“El Puerto se consolida un verano más como la moda de turismo de borrachera, con macrodiscotecas y fiestas a todas horas, y la proliferación de pisos turísticos que no respetan ni el entorno, ni la convivencia, ni generan una verdadera riqueza en la localidad”, se repite.
MÁS DE 170 MULTAS POR BOTELLÓN EN LO QUE VA DE VERANO
E indirectamente, confirmando ese “turismo de borrachera” que se viene denunciando en los últimos años, la Policía Local acaba de informar de que ha interpuesto desde el 15 de junio hasta el 18 de julio un total de 173 actas “por botellón”; multas que rondan los 150 euros.
“Se continúan así reforzando la vigilancia en toda la ciudad, para evitar concentraciones con especial atención a Puerto Sherry, Valdelagrana y el centro, puntos donde se producen las mayores aglomeraciones en la temporada estival”, se explica desde el Ayuntamiento; que dice buscar que “impere el respeto y el sentido común por una mejor seguridad ciudadana”.