DÍA 1 (1ª CLASIFICATORIA).
¿Hola? ¿Hola? ¿Probando? ¿Probando? ¿Se me lee? ¿Hace un Falla para calentarnos? ¡Buenos días princesa! Juan, ¿a ti te gusta el puchero? A lo tonto a lo tonto, se coló sin llamar otro Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz, el COAC 2017 (el segundo de la era Kichi y post-Teo y el primero post-María la Yerbabuena, ole ole y ole, y sin ninfas-florero, ole ole y ole); y, junto a él, esa sensación perpetua de Día de la Marmota, de “decíamos ayer”, de “volver a empezar”, de repetirse más que el ajo… y ganas inducidas de cantar a quince voces eso del “empieza en Cai una batalla de cantes, vencerá quien más profunda su lanza clave, las gargantas cortan que matan, todos quieren la taza de Plaaataaaaa”. Pero uno se corta un poco a estas horas y con el rictus de Templario, en este horario pseudo-infantil en el que nos hacen embutirnos en el foso de los leones este año, tempranitos a la cama, ya ya… Y el que mancha estos cronicones sin gluten para DIARIO Bahía de Cádiz y su suplemento Carnaval366Días, ya lleva trece. Trece. ¡Trece concursos! Pero qué estoy haciendo con mi vida, ¿doctor?
Todo está en su sitio en el Gran Teatro Falla, los niños que han estrenado la temporada de coplas, no han roto ni quemado nada, para que luego digan de los chavales. Todo es igual pero todo es diferente, tan diferente que es igual de diferente que en este minuto cero de cada certamen: da miediti pensar en que quedan por delante treinta y una jornadas dándole al coco en la tarea de juntar letras y componer un relato entretenido que no sepa a hospital, superficial pero profundo, adobando las actuaciones de coros, cuartetos, chirigotas y comparsas. Unos señores y señoras cantan, se desgañitan y atragantan con la purpurina; un público se emoshiona, bosteza, ríe y patalea (en el patiobutaca o en gallinero, o en sus sofás ante la tele, o en sus camas calientitos con el transistor bajo la almohada); y nosotros, acá abajo bien arrejuntados con la credencial al pescuezo, hacemos como que trabajamos sin disfrutar excesivamente, contando lo que pasa y deja de pasar, y también lo que no pasa o debería pasar… para que tú, mañana, lo leas y digieras, asientas o te revuelvas. Y otros, tres o cuatro, haciendo negocio, clin clin clin. ¿Pan y circo? La idea es que el circo dé pan, que el circo sea nuestro, que el circo evada del mundanal ruido pero que también remueva conciencias. Cantar por cantar, ni mijita…
Rollaso gordo que estoy vomitando y todavía no he saludado al Tente (una alegría su retonno), ni he desempolvado la parrafada de cada año, a modo de principios editoriales chimpún chimpún: perseveramos en nuestro humilde y enfermizo empeño de no hacer del carnaval y de su concurso (espectáculo ombliguil donde los haya, largo y alargado, repetitivo, con poco sentido del humor de puertas para adentro…) algo trascendente. Nos lo tomamos tan en serio que no nos lo tomamos muy en serio. No queremos sangre, con tomate, en un plato que debe saber a divertimento, a desahogo, también con su fondo, y sus chicharros. Este periódico y el que redacta estos cronicones analógicos sin bulla ni empujones, ni twitter, tanto twitter tanto twitter, sólo busca narrar subjetivamente (esto es una crónica/crítica no una información churro mojada en té verde) las noches de coplas y lo que les rodea, con una sencilla meta: echar el ratillo, pa ti pa mí. No ofrecemos novedades, ni sorpresas, ni fuegos artificiales ni hemos ganao nunca al trivial carnavalero. Y no queremos mosqueos ni cosquis ni cabezas de caballo sobre el colchón. Ni puristas encabronaos ni fanáticos meonas. El anónimo sieso que escribe aquí estos textos desde 2005, de aquella manera atentando contra la RAE, podría haber nacido en la calle Sagasta, pero lo alumbraron a unos 1.115 kilómetros más pa allá. Y todavía no le han desterrado, con lo que le pondría emular al Cid…
Yo mismo, como cronista del reino fallero-fotero-loquesetercie de este periódico (tiene guasa, cubana, pero ya soy de los más veteranos cubriendo el tema, es para preocuparse), este COAC 2017 vuelvo a estar bien acompañado. Acompañado, a secas. Para que estos pucheros a fuego lento suenen en estero, aro. Contactamos con el Obama, que ahora está más libre pero se ha ido con la parienta de vacaciones; y el Romaní está muy ocupado tratando de no llamar al alcalde alcalde y amenazando con querellas. Nada. Perdidos encontramos en una borrachera sin alcohol la solución: Champín-ñín, como el cava pero sin marear, para darle coba a los críos, se colará cada noche para beberse con nosotros, con vosotros, conmigo, el Falla. Con gas, como tiene que ser. Y con un delicioso sabor a frutas del bosque.
Lengua fuera y sólo son las 20.33 horas. El cebamiento de este ya dilatado preámbulo lo interrumpe un Eduardo Bablé poético dando la bienvenida desde Cádi al mundo, y un homenaje audiovisual a los carnavaleros represaliados por la dictadura franquista (se cumplen 80 años de la prohibición del Carrnaval como tal y 40 de la vuelta del Carnaval como tal). Y seguidamente, el sencillito acto de entrega de los Antifaces de Oro de este curso, reconociendo, tras más de 25 años vinculados a la fiesta a: José Luis Ballesteros Castro ‘El Love’, José Armario Gómez ‘Formi’, José Antonio García Muñoz ‘Tuffi’, Saturnino Flores Sotelo y Luis Rivero Ramos. Enhorabuena a los premiados. Y en un año especial: se cumple medio siglo de la instauración de este simbólico galardón. No pasan ni dos minutos de la ceremonia, y este colectivo deja caer una nota en papel por el foso en la que se queja der Kichi y su concejala de Fiestas, la María Romay. Así, las cosas, a la cara… afú.
“¡Ay!, Tacita, doncellita de los mares, lo que tú guardas tan sólo dios lo sabe, que por un cariñito nos destrozamos, y por tus besos, ¡ay, por tus besos!, nos maaataaamooos” Maripili, párame, por favor, párame, que me conozco… ¿Todos con el cinturón? Que partimos hacia el 24 de febrero, agarraos insensatos… Cuesta arrancar, lo sé. Niña, dale a la palanca y que fluya este cronicón atrancao. Pero antes, la publi del Yuntamiento de Cádi, que paga la convía: ¿pepsi o fanta limón?
‘LAS VALIENTES’, VALIENTE LLORERA
Las 20.57 horas. Va telón, va pa abajo, y no ha sonado ni la sintonía del telediario de las nueve. Esto comienza, mamá, sssshiiii… “corre, que te corre corazón, que nadie se adueñe de tu amanecer… busca una salida”. Se presenta, con el mismo maquillaje que se te queda tras una larga noche en la Punta, la joven comparsa de San Fernando ‘Las valientes’, con letra y música de Juan Ramón Fernández Barrberi. Tipos principescos con adjetivos depresivos por banda: dolor, silencio, miseria, desdicha… Todo pinta a tragi-comparsa. Y el pasodoble de entrada lo confirma. Primer muerto de la temporada. Una madre que lleva como ochenta años desvelaíta esperando a su hija, “a ver si viene pronto que es tarde… pero es que me la mataron, me la mataron…”. Vaya. De segundo, un autista que nos llama autista a los demás, ají, pero en plan bien. Y acaban de expulsar a Sankaré en el Carranza, me informa el Champín-ñín burbujeante, atento a la jugada. De cupletillos, una alusión a la moda de que suenen pasodobles carnavaleros en los bodorrios que resulta ser una oda a los tapones de cera; y a la cagalera colectiva que traen los chavales desde el pasado sorteo del orden de actuación de las prelis. El popurrí, contando “sus verdades”, tiene su momento de defensa canteril, y otras cuartetas que hacen que te replantees si seguir en este valle de lágrimas, o tirarte de cabeza por los bloques del Campo del Sur… “sé valiente, sé valiente compañera, denuncia al mundo, pero no permitas que ninguna princesa más, sea maltratada”. Hay esperanza, deja a tu pareja, que “no eres de nadieeeee”. Con remate pancartero informativo: llama al 016… llama a Caimán, Caimán, Caimán, Caimán te ayudará…
‘GORA KE HAY. PARTIDO INDEPENDENTISTA DE KAI’, SEPARTASTISTAS
Piconeros-militares reivindicando ponerle un candao a las Puertas de Tierra, que vascos y catalanes no tengan la exclusiva… “llegó, ay llegó la revolución, con sus propias leyes, con su constitución”. Entre nosotros la chirigota gaditana ‘Gora Ke hay. Partido independentista de KAI’, adheridos a todo lo acabado en ista, menos a lo que suene a escayolista. Miguel Ángel Ríos y Antonio Jesús Pérez comparten la autoría de letra, y Miguel Ángel Llull aporta la música. Un piropillo soberanista a Cai, para el primer pasodoble, que empieza chistoso pero se pone meloso… “yo eché cohone mucho antes que los dientes, con las piezas del mecano le hacia frontera a mi hermano en la habitación…”. Y una defensa de la tercera edad en la otra letra, frente a los que ven en los viejecitos un nicho seguro de votos, “que llevamos media vida, luchando por tus derechos”. Y goooool del Kadi, de Aitor, ole ole y ole, grita Champín-ñín en mitad de los cuplés, y ya me he enterao del asunto… “¿Cómo ha conseguío Terelu estar más vieja que la Campos?”. Po eso, de cuartomileno iba la cosa. El popu, con su dosis de pocavergüen y algún punto, entretiene más de lo esperado, y termina con el anhelo de ver algún día una cola sin gaditanos… qué complicaera.
‘EL HOMBRE DE LOS MIL ROSTROS’, CEGANDO
Espejito, espejito, mío… Momento comparsa-conceptual, desde Dos Hermanas, ‘El hombre de los mil rostros’. “Soy un incómodo sincero por culpa de estos cristales… verdades, sólo te muestro verdadeeeees”. La verdad verdadera, con sombrero, aro. Y cegando a tutiplem con los reflejos del tipo, no vea shiquilla. Pedro el de los Majara se lleva la primera letrilla ojanosa con mantequilla y mermelada del año: “no había ninguno más grande pa pregonero… hoy te rindo pleitesía, yo que también vengo de fuera…”. La hipocresía campa a sus anchas en el segundo pasodoble, anticapitalista… “detrás de la moneda está la patria a la que amamos”, que se remata de aquella manera, de página de sucesos amarillista. Alusión a Loscristalistos en un cuplé ajín, y, ¡anda!, el negro del wasa en el otro. Todo fresquito fresquito, Champín-ñín, me lo quitan de las manos. La letra la firman Antonio García y Domingo de los Santos, y la música, Manuel Alejandro Rojas. El nivel es el que es y se mantiene intacto en un popurrí plano plano con encadenamiento de cuartetas muy graves, que acabas achantado de tanto sermón: “sólo te muestro verdadeeeees”, pim pam pim pam.
‘PESADILLA EN ESPAÑA’, QUÉ VIENE LA OLA
Desde Córdoba, con amor y dos flamenquines, un cuarteto, ‘Pesadilla en España’, con David Reyes Ortega haciendo de todo: letra, música, dirección y representación. Se mete en faena el trío, de lleno en el Restaurante España, en un mal momento. Recibe la visita del Chicote este que sale en la tele rebuscando grasa en cocinas ajenas. El dueño del establecimiento amamantando niños y el chef talla xxxl bien regado, coprotagonizan el sainete. Con amago de sorpresa culonaria en el amago de parodia. “Cuando vuelva la comida, vas a querer que se la vuelva a llevar”, y a los cuplés, sí, “ay vente Chicote, ponme esto de bote en bote…”. Doble tsunami en la tanda: quejoso primer cuplé con el trato que dice recibir la modalidad, y surtidito el segundo… “y si tu pareja quiere, yo te los pongo yo te los pongo”. En el tema libre continúa el Chicote cordobé-gaditano saboreando el menú del día. Parecen disfrutar, más o menos, del momento sobre las tablas y el público se contagia del oleaje. Champín-ñín, ¿ves?, la marea está en calma está noche.
‘OBDC LA ÚLTIMA FLOR’, LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE
Y de la cocina, al jardín, pasen pasen, está un poco hecatombótico. El remate de esta primera nochesita de prelis lo cose la comparsa gaditana del Germán Rendón. Obedeciendo, compañero. Entrando por el olfato… “yo soy el último humano que habita en esta tierra, no sé si fue suerte o solamente mi condena, no hay más, ya no hay marcha atrás… aún quedan razones para luchar, la vida nos da oportunidad de ser principio y no final… me siento tan solo, que tan solo me siento, y si todo es desierto, camino camino y camino…”. Esto es ‘OBDC. La última flor’, o lo que es lo mismo, una canción de amol; con un tipo yesterdei-postapocalíptico. Esperanza, a pesar de todo, a pesar de todos; que sí niña, que esta vida de mierda, es bella, y hay que seguir. ¿Precioso holaquéhay? Champín-ñín está goteando. Un primer pasodoble compara la grandeza de Miguelito Clares con la que desean para Cádi… “mi amigo es cartero real, real y humano… que a Cádiz le arranquemos la etiqueta como tú haces día a día… no hay nada más gaditano”, que Miguel, seguro. Una letra, localista y casi íntima, sincera, de un amigo, que ahí iba en lo arto la carroza del cartero acompañándolo como paje la pasada navidad. Y letrón de championlí la segunda, con ese amor paradójico e irracional, que duele, con reproches hacia la ciudad, hacia los gaditanos… “te quiero Cádiz, con el amor que se despachan los amantes, te quiero Cádiz sin razón y en cada instante… aunque ya no te importe nada el astillero, vacía dejes manifestaciones, y con dos cohones el Carranza lleno… encallaíta en una orilla, soñando que navegas como una barquilla, cuando tú podrías sin dudar beberte el mar… te quiero aunque celebres tu miseria y el tatachín del carnaval no deje ver otras fronteras… y protestando por la mierda de las luces y tus barrios sin comer… pero te quiero y te quiero tan lejos, porque tuve que emigrar para escaparme así del hambre y de un Cádiz hecho pa viejos… somos tantos los que nos marchamos y morimos sin tenerte, porque no quieres quererte, porque no quieres quererte”. La Teresarabal se hubiera puesto ahora mismo de pie. Me vuelvo a sentar. Toquesito a las no-ninfas en un cuplé, y a las desventuras de estar solo en el mundo, ¿o no, Julián?… “Si el fin del mundo nos llegara algún día, lo bonito que sería, de tu manita agarrao, de tu manita agarrao”, en el estribillo. Apuntado queda, pero me sudan un poco. El popu, con espinas, gira en torno a ese reseteo del planeta, y a una religión medio hedonista “sin dolor ni redención ni basada en el pecado” que se funda este nuevo Adán superviviente, y es que “si no tengo en que creer, primo mío, ya estoy muerto… quedas obligado cada día, a fabricarte la alegría…”. Y Cádiz, ejemplo de rinconcito “capaz de reinventarse en su agonía, que viva y muera y resucite cada día… Mi Cádiz es la última flor, mi Cádi, la última flor”. Ole mis niños del barrio. Punto.
Las 23.48 horas. Baja el telón. Y ¡todavía es domingo! Un acelerado arranque de COAC 2017 que deja con ganitas de más… y me arrepentiré de lo que acabo de teclear dentro de tres días, cuando empiecen a escocer las ojeras. Si hasta los críos de la familia Telerín están todavía cenando. Champín-ñín, brindemos por tu bautizo carnavalero con un colacao con crispis, de la rana, calientito, mientras te acuno como mejor sé hacerlo: copiando una frase célebre de alguien que dijo cosas pomposas para reflexionar antes de apagar la luz. “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”, dicen que dijo el alemán Friedrich Nietzsche. Hala, Germán, rebate eso, tanta flor, tanta flor… Dany Rodway
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