DÍA 11 (11ª CLASIFICATORIA).
Y aquí me tienes, descolgando farolillos tras la fugaz visita de la trianera al Yuntamiento. No se ha quedao ni a almorzá, con lo bien que le salen ar Kichi las papas con chocos, sin chocos. Y para cenar, la undécima sesión de la fase clasificatoria del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2017). No busques imitaciones. Ni me vayas a comprar entradas en la reventa, que luego te quedas con to la cara partía en la puerta del Falla cuando te digan que son más falsas que el pan sin gluten.
Una noche de miércoles 1 de febrero con el certamen de coplas cruzando el ecuador de estas alargadas y acortadas preliminares, y ciertamente bostezantes salvo ratitos puntuales. En esta ocasión, la comparsa del Subiela ‘Los equilibristas’ funcionó de salvavidas de la jornada: una comparsa de las de tirarse pa abajo, de García Argüez con musiquiqui además marca el Noly. Si ‘Los doce’ hace un año pegaron, estos fonambulistas de la vida y del carnavá se la juegan y sin red. Pero además, la función respiró algo con la chirigota cadista de Conil ‘Los once’, una grata sorpresa; y la chirigota local comatosa ‘El hombre que susurraba a las almohadas’.
Con cuatro efferalgan de un gramo en el cuerpo y un yugú de plátano, se me ha venío hoy nuestro rematador de parrafadas, el Champín-ñín, achíssss, al foso. Qué mala cara. Tiene un resfriao asín de grande tras dos madrugadas en la salvaje cola de las entradas de Falla junto al Baluarte de Candelaria, al relente de la Bahía en to la Alameda. Ya no queda ni una para cuartos ni para semis. Es más, ya ni venden panga en el pryca. Ese panga vietnamita se merece un pasodoble shentío. Y una tapa en Las Flores. Maripili, descámame… y tira de la palanca, que entre donde tenga que entrar, y quepa, este cronicón en diferido tecleado en papel ecológico y antitaurino… Pero antes, la publi del Yuntamiento: un minuto sin beber, por Cái. ¡Ya…!
‘LOS GRASIOSOS’, ¿JA JA JA?
Las 20.33 horas. Ha llegado don Carnal… “este año regreso sin cachondeo ni algarabía… gaditana gaditana, si a ti te picara algo, te arrasco yo”. Lo intenta pero es superior a sus fuerzas. El coro de Guimerá comienza seriote y aburriendo cuan coro estándar, pero a mitad de la presentación ya tiene encima todo lo que había en el escaparate del Millonario… y el martillito, aro. ‘Los graciosos’, con letra de Rafael Valero y Antonio Busto y música de Manuel Guimerá. Un tango, para empezar, ojanoso con la afición… “paisano de mi alma, la gracia aquí no la tengo yo… al final eres tú el que me haces reír”… en el gallinero o en la plaza. Dándole la vuelta a la tortilla. Y otro pegando cosquis a esa clase política corrupta que maneja millones mientras sus gobernados se mueren mendigando… “aquí hay que ser del PP para morir con dignidad”. Letra un tanto retorcía. Moríos de primera y de segunda. Y de grasia, poca. En la tanda de cupletillos, una borrachera como un payaso besucón, y otro en chánda a lo Fidelcastro, que rima con astro… “si tú eres de los que dicen que vamos a salir del pozo… tú si que eres un gracioso”. “Que la gracia de Cádiz, se hereda al nacer”, apunta una de las cuartetas de un popurri plano que gracia gracia gracia… Ayy, qué saborido eres Champín-ñín, achíssss, tú es que sólo te ríes con el Dúo Sacapuntas.
‘LA VOLAERA’, LEVANTE EN CALMA
Se les ha ido un poco la mano con la freidora. Humareda londinense, y por ahí en medio brota la comparsa de Tarifa ‘La volaera’. Marineritos vigías, catalejo en mano. Y alguno, con sus gafas y todo, eso se llama cuidar los detalles de tipo, pero sólo un rato… “amor que me ha dejao volaeraaaaa”. Loquitos por argo indeterminado. Alejandro Espina es el letrista, y Verónica Aragón y Francisco de Asís Sánchez, los músicos. Parece que hay una queja en ese primer pasodoble donde Cádi se siente ninguneada por la Junta… “siempre maltratada, siempre complaciente”. Confuso el asunto. Dona médula, regala vida: el eslogan se hace pasodoble, en el segundo. Un tanto alargado el desarrollo. Fidelcastro y el chánda, embalsamaos en manteca, en un cuplesito; y para el otro, calendario en bolas, de tenis… “qué soñar cuesta muy poco…”. Popurrí majareta, en la teoría. Otra cosa, la práctica. Corresto más insustancial. Les cuesta el arrivederci. Champín-ñín, achíssss, saca el pañuelo de los mocos para despedirles.
‘LOS ONCE’, OOEEÉE
Once, y punto. Once figuras del Cádi de Primera de la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, al campo, con esa torre de preferencia de forillo. Mu bien caracterizada la chirigota conileña ‘Los once’, con Espárrago, Szendrei, Juan José, Raúl López, Chico Linares, Carmelo, Cortijo, Carvalho, Kiko, Dertycia, Pepe Mejías… y el Mágico González. La letra la firma José Manuel Ramírez y la música, Cristóbal Olmedo y Jorge Cerrillo. Quejoso y curándose en salud el primer pasodoble, observando este concurso como una competición liguera donde siempre ganan los de siempre, los favoritos… “si estos señores nos expulsan, de coraje diremos que la derrota fue culpa del arbitraje”. “Ya no se ven chiquillos como antes jugando al fútbol en la calle… la regla más importante de to la vía, el que chuta va por ella…”, pero que los niños de hoy ya no sepan divertirse, según el otro pasodoble, es culpa de los padres que los tienen encerraos con videojuegos. El Champín-ñín, achíssss, llora con Carmelo. Carmelo forever. Papas de Conil muy forever. La letra la firma José Manuel Ramírez y la música, Cristóbal Olmedo y Jorge Cerrillo. Las discotecas de to la provincia, eso sí que se lo conoce un jugador del Cádi sea de aquí o de Chipre, de ayer y de hoy; y un “pepinaso por la escuadra” en esas duchas con tanto varón y los armarios cerraos, en la tanda de cuplés… “volvimos a segunda… pero a mí no me importaría, volver por segunda vé”, jeje. Ya somos dos. Mármoles Macael, más forever todavia. La historia amarilla desde su fundación en 1910 en los entretenidos e ilustrativos ocho minutos del popurrí, con mucho arte y puntillasos… “follow de linier, linier, follow de linier…”. Chirigotón. Once no, un doce. Como a Malta.
‘EL HUERTO’, CAMPO DE NABOS
¿Calabaza? Náaah… espantapájaros cobrando vida… “quiero volar, en libertad”. Asín anda la comparsita de Almería ‘El huerto’. Crucificaos, con cuervos acechantes. Mucha paja. La autoría de la letra es de Francisco Javier Vázquez, y de la música, los hermanos Cortés Santiago, Onofre y José Antonio. No suena malote. Políticos muñecotes, para el primer pasodoble, cuidando de su pueblo de aquella manera, un pueblo que es el que clava a esos espantajos ahí, que a naide se le pase. Profundo vienen los amigos. Una segunda letra dibujando una vida hipócrita, gris y desorientada… “un mundo que no tiene ni puta idea de dónde se encuentra ni adónde va”. Vaya. Ole tu polla, vocean desde el gallinero. Poesía fina y segura que desconcierta un poco más. Bastinaso, hija. El Champín-ñín, achíssss, se ha puesto como un tomate, de invernadero, aro. Uno de los cuervos introduce unos cupletillos malos: caraanchoa con ginebra, y “el nabo pa removerlo”. Por el oriente andalú no hay piedad… “si aquí to el mundo está cuerdo, yo prefiero estar colgao”. El popu compite con el runrún que se cuela desde el ambigú. Sigue el asunto superficialmente denso… “la vida no es sólo luchar y trabajo… la vida es mucho máaaaaassss”. La vida es así, llena de encantos y de emoción, es un bosque, un río, lluvia, viento y sol…
‘EL HOMBRE QUE SUSURRABA A LAS ALMOHADAS’, PUNTOS SUSPENSIVOS
“Cuarenta y dos años en coma… qué punto ¿no? no, en coma”. Carta de presentación de estos gashones anclados en 1975, oliendo a naftalina. Desde entonces llevan en una cama de residencia, y por fin han despertao. Con sus bolsas de Galeríaspreciados. Curioso el concepto de la chirigota gaditana ‘El hombre que susurraba a las almohadas’ en la escalerilla del Puerta del Mar. Joaquín Revuelta, Rafael Valero y Jonathan Pérez, sí el Jona de la comparsa del Jona, aparecen como autores de letra y musiquiqui. La cosa sigue estando regular tras todos estos años en blanco, apunta ese primer pasodoble que más que piropo es un levántate ya cohone… “Cádi sin lucha ni obreros… Cádi mi sueño y mi pesadilla, o te despiertas del coma o se te acaba la vidaaaa”. Y acordándose en los muertos del PSOE “enterrados en cal viva”, en la otra letrilla… “como una rosa marchita en un puño que se agota… para ti no hay españoles y mucho menos obreros… me traicionaste, que lo hacías por EspÁña, tú lo que no tienes es huevos, que a ti te mueve sólo el dinero…”. Me da que en un cuplé se marisquea carahos de mar, y en otro una botellita medio llena entretiene al niño más que la Nintendo. Descubriendo un nuevo mundo en el pupurrí, tras tantos días sobando. Entretenido, sin florituras. Eso sí, el Champín-ñín, achíssss, continúa hipnotizao con ese estampao de las camisas. Dan grima. En plan bien, enn.
‘LOS EQUILIBRISTAS’, CON LOS PIES PEGAOS A MI TIERRA
Y cerrando el grifo de la sesión, una comparsita esperada, la del Subiela. Y el Carli, aro. ‘Los equilibristas’, con letra de Miguel Ángel García Argüez, el ‘Chapa’ y música del tándem José Manuel Aranda y Manuel Sánchez Alba, el Noly. Como para acostarse antes de tiempo, aunque el montaje da para dos siestas de pijama y orinal. En to lo arto se me han subío los niños. A que se caen, suelta el Champín-ñín, achíssss, malfario. Con miedo a los octavos sin ascensor. “Volar, que yo no sé volar, pero ando sobre el aire… quien tenga vértigo que baje, que yo seguiré… agárrate bien que el miedo a caer yo se que te aterra, pero escúchame, yo tengo los pies pegaos a la tierra, pegaos a mi tierra a mi tierra mi tierra mi tierra…” El Falla, se cae pa abajo. Cómo ha sonao, primo, ese increscendo. Como suena mi Córdoba más argentina. Funambulistas, sonambulistas no, pare. Un pasodoble-principios editoriales para entrar en faena: “dime, tú que quieres qué te cante, qué te diga, qué te traiga, te escriba, qué esperas en el fondo en lo hondo de mi comparsa… no te vengo a cantar mil pamplinas pa ganar ni tragedias para hacerte llorar, no vengo a darte falsos discursos ni palabrería para un concurso de charlatanes idolatrao, no vengo a usarte como carnaza ni para hacer negocio en tu propia casa… yo vengo a cantar la honda verdad desde el mundo, las coplas del vino y del pan…, yo vengo a por ti… agárrate bien de la mano de este comparsista y préstame el corazón, entrégate a la emoción, aquí está el equilibrista”. Qué grande ese gallito. Y espera, espera, vaya driblin, en esa segunda letra con destinatario, de las que hacen pupa y ponen pitoso al teatro, pa haberla cantao esta mañana en San Juan de Dios… “hijo, pronto vamos a mudarnos… piensa que estás en Madrid, y como hace tu mamá, no hables como tú aprendiste a hablar… no digas ni mu de la blancayverde… intenta mejor tratar de esconder las raíces sureñas de tu corazón, a veces hay que desertar pa cumplir tu ambición… tu tierra y tu gente no importa si quieres trepar y subir, recuerda que tu eres el hijo de Susana Díaz…, reniega niño por dios, lo mismo que renegó, tu madre de Andalucía”. Letrilla para mandársela con un lacito a la trianera cuando la coronen lideresa del PSOE estatal. O del PP, quién sabe. ¡Cuidao! Para los cuplés, los únicos que no han tocao al famoso Guillermocano pa que se una al grupo, y comiendo lo mismo que la parienta, túyajabe… “chiquilla dame un respiro, mira que me tiro, mira que me tiro, mira que me tiro…”. Estribillo no, el estribillo. Guau. La función de este equilibrista artista que “no se caerá jamás, si no tiene ni donde caerse muerto”, en un pupurrí-metavida-metacarnaval, de esos que toca paladear y asimilar… “equilibrios del vivir sobre la cuerda del sinvivir… si tú quieres sonar bonito en carnaval, las voces deben ser equilibradas… y yo aquí en medio, uno que si clásico que si moderno, si lo puro si lo nuevo, si pellizco o dinero, si negocio o su pueblo, qué tiempos confusos para quien te venga a cantar, y a cantar su verdad… y el equilibrio cuál es pa acertar, pa salir, pa saber, dónde estará la verdad… volaaaaarrrrr”. Desde las alturas se el mundo con otra perspectiva, qué verdad.
Las 0.03 horas. Baja el telón. Sube la tensión en gallinero… gritos, bullas, detenidos. Cada uno tiene su verdad, y es mentira. Champín-ñín, achíssss, recoge la sombrilla, que se hace temprano. Te voy a preparar un frenadol calientito con fideos de los gordos, y a roncar. Y mientras te vas adormeciendo, te entresaco de mi libro de frases célebres, una a traición: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”, dicen que dijo el británico George Orwell. Y las revoluciones siempre comienzan temprano; no antes de las doce, porfavó.Dany Rodway DIARIO Bahía de Cádiz
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