DÍA 5 (5ª CLASIFICATORIA).
Llueve. El tiempo no respeta ni que estamos en pre-carnaval. Que este jueves 26 de enero se desarrolla ya la quinta sesión de la fase clasificatoria del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2017), y cae agua ahí fuera, y con viento. Y se me ha pasado recoger la ropa de la cuerda.
Una función rematada por la comparsa ‘Ley de vida’, de Antonio Martín, que cumple medio siglo sacando agrupaciones y gastándole el nombre a Cái. Un grupo que mezcla y enfrenta a comparsistas veteranos de los ochenta con jóvenes, el pasado y el presente, el ayer dando lecciones al ahora. Un verdadero clímax para los fanáticos martinistas. Sin embargo, la noche se encontró casi sin querer con el funeral inesperado de Manué, que hizo al Falla reír con ganas, vaya crueldad: la chirigota de San José de la Rinconada ‘No te vayas todavía’, recurriendo al humor negro para provocarnos y provocar uno de los grandes momentos de lo que va de certamen de coplas; si esta agrupación la hubiera firmado un connombre… El resto de sesión, con cositas regulares y reguleras.
Pues como te decía: me he dejado tendida dos lavadoras, y toda mi colección de calzoncillos, coloraos, ideales para estos ratazos de Falla. A este templo no se puede venir de cualquier manera, hay que venir a juego con las cortinas. El Champín-ñín burbujeante, que ya está cogiendo posiciones para no perderse ni un jipío suelto, es más de ir por libre, todo suelto, tolón tolón. Maripili, sécate los pies y… dale a la palanca, que vuele libre este cronicón en diferido y bajo en grasas hidrogenadas. Pero antes, un minuto para la publi del Yuntamiento de Cádiz: ya sabes, se viene uno meao y bebío de casa.
‘LA DINASTÍA’, DRAGONES DE COLORES…
Las 20.33 horas. Un coro de brillito para levantar telón. Y mu tieso. Nos vamos al lejano Oliente. Cambian de lucha y de armas, ahora atacan con falsetas y tangos “y que miles de papelillos coloreen mi dragón”. He aquí ‘La dinastía’, de Salvador Longobardo, compartiendo letra con Marcos Antonio Nogueroles. Un tango redundante de primeras, dando la bienvenida a una nueva estación… “aquí a la primavera se le llama carnaval… Cádiz no se ve igual si se mira en febrero…”. Champín-ñín, tú por si acaso, no te quites todavía la rebequita, a ver si te vas a congelar y luego quién te bebe. Y acordándose del Pedro el de los Majaras en la otra letrilla… “loco estoy, majara, de verte por San Antonio y gritarte pregonero, que tú eres tan gaditano como la Pepa y el Chano…”. Un cuplé pichicorta y otro con er Kichi ahorrando en luces, y en nieve. Y trabalengüiti con tomati en el estribillo… “te digo lo que me han dicho, no sé si te habrás enteraoooo”. Ole Shin-chan, vocean con arte desde gallinero, rompiendo la dureza de esta muralla China. El popurrí, de piedra, ostionera.
‘UN DON NADIE’, DON
“Esta noche mueren… las malditas alimañas…”. Con amenaza a los poderosos entra la comparsa gaditana ‘Un don nadie’, con un cazadora imitación cuero, botas y sombrero, y el careto repintado en plan anonymous. La letra es de José David Batalla Faz y la música de Christian Jesús González Ortega. Un pasodoble con aviso: que nos estamos cargando la fiesta: “en carnavales no abrimos los brazos, nos abrimos de piernas…”. Con coraje, un tanto impostado, me da. De segundo, un cuento con final feliz, en el que se vence a la “bruja malvada” del cáncer. Con cameo. De cupletillos, sacando de alguna manera al niño de la Pantoja; y Cádi con los cinco aros olímpicos, aro aro aro aro aro. Esa petaca. Carta de amol a Cádi y sus rinconcitos oscuros, o no, en un popurrí críptico y endless… “ser un don nadie por ti”. El Champín-ñín me mira como le miran a él en las estanterías del pryca junto a las botellas de Dom Perignon: ¿pero esto se bebe?
‘NO TE VAYAS TODAVÍA’, TE VA A QUEÁ MUERTO, MANUÉ
Ya lo decía la cumparsa precedente: no semos naide. Chirigota fúnebre y plañidera, desde San José de la Rinconada, ‘No te vayas todavía’. Se fue Manué. Con finado presente en las tablas, cumpliendo su último deseo. No volverán en cuartos, que “no se puede congelar otra vez, ya se ha perdío la cadena del frío”, jeje. Tiene arte esa presentación. “Ay Manolito, espera que las coronas van a pegarse su bailesito…ahh, po no”, jeje. Antonio Álvarez Cordero es el autor de la letra, y hace la música junto a Manolín Santander Grosso. Manué el tieso protagoniza el primer pasodoble. Hay ingenio en ese ataúd. Y clamando por el carnaval trasgresor, el que hace llorar en verso, en la segunda letra… “no está sensible la gente aquí, Manué… si aquí no provocamos, por supuesto en Canalfiesta no te van a hacer pensar…”. Po están pegando. El Falla guarda un minuto de silencio furbolero antes de los cupleses. Cobra al pil pil y manequínnojequé, con el morío movío, en la tanda. Manué, un sieso, pero en esta chirigota, “encaja encaja”. Dando en la tecla con el estribillo, coreado a la segunda. Al tanatorio a velar a Manué, para rellenar el popu y para hacer revolcar al patiobutaca… “na má que había allí viejos, parece que vienen para ir haciendo cuerpo… guardando los modos, reírnos de todo… yo muero si tú me acompañas en el sentimiento”. Teatro en pie, despidiendo a Manué, hasta la próxima. Qué bote Manué. Cachondeiti buení de San José de la Rinconada. Al Champín-ñín le han entrao unas ganas irrefrenables de descorcharse y celebrar el funeral con los miarma. Ellos ponen el bizcocho. Asín da igual que vengan desde más allá de Cortadura, yo me apunto a más velatorios como este. Humor negro. Ni Quiñones. Qué penita de Carnavá, tes quiero.
‘NO ME TOQUES LAS BOLAS’, CON CANAS
Ahorrando luz se presenta la comparsa hispalense ‘No me toques las bolas’, con el tipo estándar de abuelete ocioso, echando unas partidas a la petanca. Y resucitando a Manué, jajaja, ya está levantao de su cama. Las casualidades, primo. José Antonio Alvarado y Antonio Díaz comparten la autoría del repertorio y la musiquiqui. Disfrutando y babeando con el nieto en el pasodoble, ya que no pudieron dedicarle tiempo a sus niños… “en el fondo me gusta hacer con tus hijos, lo que no puede hacer contigo”. Potito, mas previsible tela. Sesenta años junto a Rosario, en la segunda letra… “ven conmigo Rosario…”, y la Charo lleva ya un tiempo como el Manué de la chirigota de antes, ajú. En los cupletillos, una vecina de altura, pa bajarte las cosas de los altillos; y practicando la dieta del pepinillo con la parienta… ¿Rosario, la muerta?, me pregunta el Champín-ñín conmocionado: ¿necrofilia?… “y hasta me palpita al tres por cuatro el corazón”, pum pum pum pum. El recurso de los bombasos-latidos del corazón de melón está ya un poco manío, no digo ná. Un día cualquiera en la emocionante vida rutinaria de este jubilao en los ocho minutos de un popurrí irrelevante. Se deja escuchar pero… “allá dónde estés, mi viejo, que no te toquen las bolas”. Vaya, una íntima-comparsa-homenaje al pare. De eso iba.
‘ANÓNIMO’, NO LO VEO NO LO VEO
Momento cuarteto, quedan menos que orangutanes de Sumatra… Con el nombre de ‘Anónimo’, la historia, o lo que sea, gira alrededor del Lazarillo de Tormes, de autor anónimo, aro. Marcos Antonio Nogueroles pone la letra y José Manuel Sáenz la música. Po eso. Silencio expectante ante una parodia con la quinta marcha metida. Inenarrable. El ciego Vicente Buenavista Derreojo, con una barra de pan entre manos. Recurriendo una y otra y otra y otra y otra vez a su ceguera pa los chistes… “qué eres más antiguo que un yugú de yoplai”. Y así todo. Para rematar dejan claro que vienen de juveniles y que se están desvirgando en adultos, para frenar maldades. El Champín-ñin empieza a estressssaarse, qué ritmo llevan, ni el Despojao con viento a favor, a este paso se ventilan la actuación en tres minutos. En los cupletillos, mucha malasuerte y llamando carajotes a los Borbones… “el Kichi es el culpaaaable…”. Para el tema libre se subraya la presencia de un mariquita, un tartamudo, un borracho, un artista comparsista… todo un derroche de originalidad. Atentos a un romancero. Con un homenaje shentío a la modalidad en el descuento, y a la cantera, bajo una llovizna de papelillos. Tan jóvenes y con cierto potencial, y tan viejuno todo.
‘LEY DE VIDA’, SIEMPRE CÁI, SIEMPRE CÁI
Pretérito como la mitad del grupo que este año trae don Antoñito Martín. Poniéndole el tapón a la función la comparsa ‘Ley de vida’: cincuenta años reinventando el carnavá, aro… “que mientras tenga alegría y un soplo de vía, yo seguiré… que aquí cabemos tós, sin otra condición, que gaditanear… coplero de Cádi, coplero, sin importarme la edad…”. Viejetes con solera y jóvenes riñen en la presentación sobre las tablas, el ayer y el hoy confrontado, las canciones frente a las coplas, pero entendiéndose por Cái, y el volumen al diez… “no chillá tanto pishita, que Cádi no está sorda, no está sorda… dejá ya de cantar que en Cádi hay que morir, que en Cádi hay que currar y vivir, en Cádi hay que vivir, hay que vivir”. Orgasmo en medio teatro, y en la calle San Vicente, of course. Dando lecciones carnavaleras en el primer pasodoble, es lo que suelen hacer los que se dicen maestros, y a los que no se les puede ni tocar… “que cada cual cante aquello que el corazón le dicte, pero respetando lo que es la esencia y nuestras raíces, que no hay que olvidar de dónde venimos, ni ensuciar la fuente en la que bebimos…, lo nuestro es copla y aparte…”. Amén. Enorme. Matizable. Y Miguelito Clares, el último cartero real de las navidades y a los Pabellones, en el otro pasodoble. Dejá las luces quietas, ¿no? Una tele en tres dimensiones para un cuplé y el Montoro y Suiza y sus muertos, para el otro, olvidables ambos… “que en Cádi no hay que morir, y aquí no hay más ley de vida, que en Cádiz hay que vivir… ¿cómo quiere que te lo diga, pisha, cómo quiere que te lo diga?”, insistiendo en el estribillo. Y ese debate experiencia versus savia nueva continúa, hasta fusionarse en un popu que suena cómo suena pero que dice lo que dice: Cái, trescientas veintisiete coma ocho veces… “la copla en carnavales tiene que ser siempre Cái, siempre Cái… mi gaditano es mi estandarte, mi vida entera es gaditana, mi gaditano voy a cantarte, hasta ese día en el que me vaya… todo lo que comienza termina, es ley de vida… empeñando tós el corazón, porque Cádi somos tos, que aquí cabemos tós con una condición… gaditanearrrrrrr”. Nuevo palabro para la RAE. Excepcional metaautohomenaje, metacomparsa, metaCádi, con su pellizco y su sabor a coñeta. Pero un repertorio, además de oler y ser Cádi Cádi –en su acepción purista y miope, ya que hay otros Cádiz, muy ajenos al chimpún chimpún-, debe decir(me) algo. Y no copiarse de ‘Qué penita de comparsa’… Tú me entiendes lo que tes quiero disí, ¿no Champín-ñín? O también me vas a retirar el carné de gadita bautizado no en aguas de la Caleta, sino en la playa de Castelldefels.
Las 23.53 horas. Baja el telón. Baja Paco aunque sea en pijama. Champín-ñín, asómate a ver si ha escampao, o sigue el chaparrón de martinistas flipando en colores con Cáiiiiiiii. Mientras conseguimos que las orejas vuelvan a su posición natural, te voy rebuscando chicha en el libraco de frases célebres que siempre va conmigo: “El problema de la juventud de hoy es que ya no forma uno parte de ella”, dicen que dijo el catalán Salvador Dalí. Eso sí que es un brochazo de realidad. Dany Rodway DIARIO Bahía de Cádiz
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