DÍA 3 (3ª CLASIFICATORIA).
“Un zaragozano encuentra una bolsa de cocaína en una caja de Nesquik”. Notición, de esos que te cambian la vida… Sobresaltado –más bien, apenado- me desperté hace un rato ojeando un periódico de esos que se imprimen –cada vez menos- en Madrid, en este día que, me acabo de enterar, se ¿celebra? san Francisco de Sales, patrono de los periodistas y de los escritores. Y yo no soy mañico, bebo colacao y de santo tengo más o menos lo mismo que de cocainómano. Asín que, mejor, vámonos pal Falla, que se disputa este martes 24 de enero la tercera noche de la fase clasificatoria del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2017): droga dura, Quicky.
Una función completita, con la comparsa de los Carapapa, ‘La azotea’, de cabeza de serie, mostrándonos, con un tipo original, lo que se cuece en la cabeza de estos hermanos a la hora de ponerse a escribir. Además, el coro de Paco Mora ‘El vapor del sur’ se curró un completito viaje desde el Mississipi; la chirigota ‘Los pastelitos’ ofreció un divertido concierto en plan latino “aunque soy de Capuchinos”; y otra chirigota, la de Santoña, ‘Los muy españoles y mucho españoles’, defendieron con mucho dignidad su pase, tirando de kilos de ironía y tras absorber horas y horas de Carlos Herrera y Bertín Osborne, con sabor a anchoas más que a caballa caletera, eso sí.
Y con el mono me viene nuestro experto en burbujas, el Champín-ñín. Con el mono de astilleros: esta mañana lo llamaron de una contrata para un chapú: el ensayo de la botadura de las corbetas para Arabia Saudí, ese país tan amante de… ¿los toros? Iba a poner de los derechos humanos, pero de eso, poquito. Maripili, censúrame… dale ya a la palanca y que este cronicón sin urgencias se esparza por los mares de internete… Pero antes, la publi del Yuntamiento de Cádiz, ole ole: remember, estos carnavales, er Kichi ha impuesto la ley seca a partir de Cortadura… a beber, a la fuente.
‘EL VAPOR DEL SUR’, AGUA DULCE AGUA SALÁ
Las 20.35 horas. Navegando por el Mississipi choca con el iceberg del Falla el coro de Paco Mora, ‘El vapor del sur’… “y mientras espera su pasaje, mi fantasía echa a volar… la ilusión como en los cuentos, voy a hacerla realidad, quiero unir mi río con tu mar… yo viajaré, yo viajareeeeeé…”. Mareo en la cubierta superior. Coro con currado dossié bajo el brazo. El Champín-ñín busca que rebusca a Tom Sawyer y a Huckleberry Finn entre la cuerda de tenores. Sigue buscando. Con potencia esos tangos. El primero, acordándose de otro vapor, aro, el Vaporcito de El Puerto… “solo y abandonado en el varadero, que alguien ha decidido sea tu cruz, perdida la esperanza que te devuelvan la luz…”. Las culpas, a la competencia del catamarán del Consorcio, shavales. De segundo, repaso al politiqueo casero, a babor y a estribor… “mientras luchan en cubierta se olvidan de lo importante… o es que ustedes no se cansan de servir de cachondeo pa la prensa nacional… naveguen todos juntos buscando la salvación… que los gaditanos ya estamos hartos de ser la popa de la nación”. Bien llevadas esas metáforas, capitán. En un cupletillo, toquesito al Trump Trump este sieso, con “nombre de pato y peluca colorá” que quiere levantar muros… “cuanto más altas sean las vallas, hay mucho menos riesgo de que se salgan los carajotes”; y metaconcursero el segundo, con pullita a alguno: “los que ganan premios dándole coba a los del jurado”. Sin cortarse con la instrumentación en el popu fiestero formato coro a pie, y ya está este “viejo y coqueto” vapor rumbo a las más extravagantes y bellas ciudades del sur, con su bailoteo de can can, y su meta en Cai, “muchos lugares que descubrí, y ninguno igual a tiiiiiiii…”. Periplo interesante y currado, con chimpón presumible.
‘LOS PASTELITOS’, VA-CHATA, VA-CHATA, VA-CHATA
Boyband prefabricada al gusto del consumir estándar, con algún toque de inglés, a escena, con letras de Pocoyó… “hello my friend, hi my friend, aunque soy de Capuchinos, canto en plan latino… bailas mis coreografías aunque son de guardería…”. Promete ‘Los pastelitos’ in concert, chirigota gaditana con autoría de Manuel Álvarez Seda y Fede Quintero, y música de Juan Carlos Aragón; y Julio Álvarez de director, y tres de los niños del cuarteto de los niños… Guasa en los pasodobles, para rematar con su gravedad. El primero, vengándose de la parienta tras una infidelidad con un video colgado en el youtube, por el que acaban arrepentíos. Los peligros de las redes asociales. Y en el segundo, los tres cuarteteros amenazan con volver a su modalidad, “cómo quieres que reniegue, cómo quieres que me olvide…”. Autoreivindicándose. Esa freidora güena ahí. Blanqueamientos en un cuplé, y “hoy día es mu difísi encontrá un chocho sin afeitar”, y a partir de ahí te haces el segundo… “cuidado con la puerta, pum… esa va-chata, va-chata, va-chata”. Mi mundo por una pantera rosa, me bisbisea en la oreja desde hace un cuarto de hora el Champín-ñín. Entretenido, sin excesos, ese popurrit regado de bailoteos. Sus conciertos, en campos de fútbol con drenaje, jeje. Y cuarteta demostrando que las canciones latinas están pensadas para una noche en la carpa… “Tú eres ese pastelito, que me endulzas a diario… siempre serás esa esquinita de Cádiz una noche en carnaval”, en el the end pasteloso. Sentimiento rosa chicle. El Tigretón, ausente.
‘LOS PEQUEÑOS’, CUIDAO QUE NOS PISAN
Con apetito revolucionario vienen ‘Los pequeños’, comparsa conileña, modo gnomos. Presentación combativa, desde abajo mirando arriba… “llegó el momento de crecer y pelear… hay que meterles miedo… temblad gigantes que llegaron los pequeños”. Apelando a la clase obrera, las mujeres, los estudiantes. No son los primeros diminutos que pisan estas tablas. Jesús Moreno Vázquez y Miguel Ángel García Argüez comparten la letra y Juan Jesús Ramos Soriano hace la música. Como primer pasodoble, una misiva plebeya al Borbón describiéndole cómo van las cositas del querer por la EspÁña real, pero la real real. Y la infancia convertida en patria sin fronteras ni mapas ni banderas peleonas, en la segunda letrilla. Algo rebuscada esa esa esa… eso. ¿No te parece a ti, Champín-ñín? Le parece chupiguay. Para los cuplés, alargamiento fallido de botella de cocacola y llamando fea a la Paz Padilla, ajín. “Te enseño en un segundo, lo pequeño que es el mundo”. Uno. Cambiando esta sociedad caca capitalista en los ocho minutos del pupurrí. Por supuesto, son siete veces más fuertes que tú, ya nos lo aprendimos eso con David… “ya llegó nuestro momento, viva la revolucióoooonnnn”. Y para el chimpón, rodeados de chavalines de la cantera… “algún día la revolución será de nuestros pequeños…”. Habrá que confiar en ello, porque si es por nosotros…
‘LOS MUY ESPAÑOLES Y MUCHO ESPAÑOLES’, Y ¿VENEZUELA?
Y desde Santoña, con 986 kilómetros en la mochila… “miedo, quién dijo miedo, si somos del PéPé”. Fachas en las últimas, pero, como diría el Monedero, cuando un tonto coge un camino, el camino se acaba pero el tonto sigue. Chirigota exótica que entra en el saco de las correctas, ni buena ni mala, ni todo lo contrario: corresta y güena gente. Aunque suena a cualquier cosa menos a Cádi Cádi. El repertorio lo han copiado: escuchando la Cope, viendo 13TV y leyendo Lavoz. De nombre, ‘Los muy españoles y mucho españoles’, con Eloy Manuel Ortiz Cruz y José Ángel Valle Álvarez en la autoría. Obsesión podemita por los cuatro costados. Tiene puntos con arte, como eso del “Ada Colau, el Kichi, Carmena, han bajao la deuda tela…iiiiiin… y ¿Venezuela?”. En los pasodobles sigue desbordándose la ironía, “mira que yo soy muy pepero, si tienen que robarme yo prefiero que me roben los míos… y si estamos como estamos, es culpa de Zapatero”. Y quejándose del niño, que empezó en un colegio de curas “de esos de rezar mucho y pensar poquito”, pero con la crisis, ha acabado en la pública y pasa lo que pasa, se ha hecho morado… “le han comido la cabeza, y ha comenzado a pensar por si mismo”. Los cupletillos, ahí corriendo, “y tengo otra fascitis que cuando escucho el Carasol tiro por derecho” y buscando un sitio legal para echar los polvos de un finado, “no veas macho qué colacao”. Tampoco ha sido pa tanto. Y más retintín y doble sentido en el popu… echando de menos a la Teo, y viendo que ahora en el Yuntamiento, “en vez de en chaqueta, gobiernan en chancletas…”. “Tengo una debilidad, la enseña nacional, me pone to palote…”, hasta que acaba el tema muy a la izquierda, y Venezuela, Venezuela, Venezuela, haciendo mutis por el foro, y mutando a chavistas… “a ver si vamos removiendo poquito a poco las conciencias, chavales, que estamos en carnavales”. Grande la sentencia. Y grande el apagón del ordenador en mitad de la actuación: Champín-ñín, no me toques más ahí…
‘MARTES XIII’, ÉCHAME SAL
Supersticiosos, vayan saliendo, sin hacer ruido… Ya canta la comparsita gaditana ‘Martes XIII’, con José Antonio Barrios Sánchez firmando letra y música. La mala suerte personificada, con sombrero, aro aro, en la confluencia de la calle Maldición y la calle Mal de Ojos. Toca darle al coco para entender qué nos quieren transmitir estos amigos fantasmagóricos en el fondo del fondo. La tesitura de tener que salir a la calle con el carro de la compra pero no para ir al súper, sino para que te llene la nevera alguna asociación caritativa, en el primer depre-pasodoble. Realismo nada mágico. Curiosa entradilla a los pasodobles, queda dicho. Y Jesús, sufriendo acoso escolar, en la otra letra: el ir a clase convertido en una batalla sin quererlo ni beberlo… “y otro día de colegio, se levanta el maestro, sufriendo como un alumno”. Vaya, con driblín en el remate, que el sufridor no es un crío, es un docente, posiblemente calvo y gafotas. El Champín-ñín lo flipa con esas botas de agua. El estribillo se hace casi tan eterno como los cuplés, para la antología de incunables. La mala suerte les persigue por las cuartetas del popurrí, por momentos sonando ajín. Qué ruinaso, shavea. La mala suerte les da la vida. A mi ese concepto no me termina de quedar clarinete, aviso.
‘LA AZOTEA’, Y SE ENCENDIÓ LA BOMBILLA
Con el gallinero exigiendo menos cataplines y más cojines, ya está en su punto la olla a presión, que viene de coche escoba de esta tercera función los hermanos Carapapa, Javier y David Márquez Mateos, con su metacomparsa neuronal: ‘La azotea’. Dos días después del patosismo febril suena esa guitarra… Y se encendió la bombilla… “y me echo a temblar, desde hoy aquí arriba se acabó la tranquilidad… y mezclando melodía y poesía, ironía, sentimiento y rebeldía, aquí arriba es donde nace la comparsa, y para que usted lo vea, bienvenido a la azoteaaaaaa”. Fuuu, que nos infiltramos en la mente de estos cumparsistas, ni el Nationalgeografic ha tenido una idea asín para un documental. Agarraíto a la fantasía de coco y huevo ya está mi Champín-ñín. Pasodoble metacarnavalero, de re-presentación, acompañando el discurrir mental de estos ex chatarras de un concurso a otro… “me vuelvo loco y conmigo mismo empiezo a pelearme… por la cabeza empezaba a rondarme esta melodía… con la guitarra, la musa, mi hermano, la vela y la luna, son elementos más que suficientes para que me caliente y se arranque mi pluma… y corre por mis venas sangre de coplero, cómo escapo yo de este veneno, si es que no puedo… si digo que no salgo y a los diez minutos ya te echo de menos”. La paradoja, niña, la paradoja. Y refrescando en el otro pasodoble politiquero aquella charla que pudieron tener Felipe y la pija de Triana antes de cortarle la cabeza al Pedro nosequé… “si don Mariano consiguió otra vez salirse con la suya, fue por la ayuda de algunos capullos y algunas capullas… se vio que los que mandan son el mismo perro con distinto collar… unos traidores, hicieron lo contrario a lo que prometieron en las elecciones”. Po no dicen mentiras. En los cuplés, potables, repasando con pitorreo ese concurso de Canalsú, la vuestra, en el que “se acaban las sevillanas y siguen los concursantes”, y autorreferencia a uno de los componentes, Guillemor Cano, que lo han echado en los últimos meses de las comparsas de Martínezlares y del Aragón… “cómo no voy a acabar loco loquito de la azotea”. Y en el remate, el popurrí, ese proceso creativo que se cocina en la testa del cumparsista, con apagones de inspiración y todo… “a veces mi tinta, se vuelve invisible, decir lo que siento se vuelve imposible…”, y ya está lista la comparsa… “la que siempre se rebela, la que nunca se arrodilla, la que canta mi verdad… y si otro carnaval te vuelvo a cantar… será que sigo mal de la azotea, no lo puedo remediar”. Hala, hasta la próxima colada.
Las 0.12 horas. Baja el telón. Sube la luz. Champín-ñín, venga, de cabeza a la nevera, para que mañana sigas fresquito y espumoso. Antes de darte el último sorbo, me saco el libro gordo de frases célebres, y te leo: “Lo que hay en el universo por esencia, presencia o ficción lo tiene el hombre en la mente primero, y en las manos después”, dicen que dijo el italiano Leonardo da Vinci. Pa mí que este colega era del club de los onanistas. Dany Rodway
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