Organizaciones sociales, sindicales y políticas han convocado para este sábado día 8 en Rota la XIV Marcha del Silencio, para recordar a las víctimas de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, de aquellos fatídicos 6 y 9 de agosto de 1945. Este 2015 se cumplen 70 años. Y para denunciar que “en la actualidad hay 17.000 cabezas nucleares con las que se podría destruir la vida en nuestro planeta en solo cinco minutos”.
Diversas organizaciones sociales, sindicales y políticas han convocado para este sábado día 8 en Rota, en la plaza de España, la XIV Marcha del Silencio para recordar a las víctimas de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, de aquellos fatídicos 6 y 9 de agosto de 1945. Este 2015 se cumplen 70 años.
La Marcha del Silencio, a lo largo de sus años de andadura, se ha movido entre el recuerdo y la denuncia: “recuerdo de las víctimas de las dos bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki; y denuncia de que el planeta Tierra se ha vuelto el escenario de centenares de pruebas nucleares y en un inmenso arsenal atómico”.
Los convocantes de la concentración, que instan a los asistentes a llevar paraguas “para intentar construir entre todos un ‘paraguas nuclear’”, son la Red Antimilitarista Noviolenta de Andalucía, IU a nivel provincial, Equo Rota, el Foro Social Portuense y Ustea Cádiz.
Estos convocantes recuerdan en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz los efectos de estos bombardeos ordenados por EEUU contra Japón, y que supusieron un final catastrófico para una a poner fin a una devastadora Segunda Guerra Mundial: “dos ciudades totalmente destruidas y 250.000 victimas mortales inmediatas, luego fueron muchas más que nunca se contabilizaron. Dos bombas que se lanzaron sin saber cuál sería su impacto, estaban recién inventadas, y su poder destructivo fue de tal magnitud que durante años estuvo prohibida la divulgación de imágenes por parte de la prensa para ocultar el horror a la población y poder seguir fabricando el terror; en la actualidad hay 17.000 cabezas nucleares con las que se podría destruir la vida en nuestro planeta en solo cinco minutos”.
“Este despropósito –se argumenta- es la consecuencia de la Guerra Fría entre las dos grandes potencias militares, que se mantiene en la actualidad. Rusia tiene en la actualidad algunas ojivas nucleares más que EEUU y Obama, que recibió en 2009 el premio Nobel de la Paz por declarar que libraría al mundo de las armas nucleares, cinco años después, en 2014, lanzaba un programa de renovación del arsenal nuclear de EEUU de gran escala que costará 1 billón de dólares durante los 30 años de duración”.
En Cádiz, se subraya “no hemos tenido incidentes parecidos al de Palomares, donde varias bombas atómicas sin detonador cayeron al mar y esparcieron por la playa un contenido mortífero, que contaminó la zona colindante”. Pero “sí llevamos muchos años en la provincia viendo cómo navegan por nuestras aguas submarinos nucleares, doblemente peligrosos, por su propulsión nuclear y por el armamento que pueden almacenar. Gravísimos incidentes provocados por submarinos nucleares se han dado en el pasado e incluso podrían haber dado lugar a una Tercera Guerra mundial que habría sido la última de la historia. Desde los años 60, tras la crisis de los misiles de Cuba, hemos estado varias veces al borde de la catástrofe”.
“Este año –insisten desde la organización- volvemos a decir que Cádiz, como el resto de Andalucía, está harta de servidumbres militares. Queremos una riqueza basada en la economía civil. No queremos vivir con la espada de Damocles de esas instalaciones militares que sirven al Imperio. Queremos bases para la cooperación solidaria, para la ayuda humanitaria, bajo autoridades civiles. El desempleo gaditano favorece la sumisión ante esa servidumbre militar. Queremos empleo civil: comercio, turismo, pesca, agricultura, y un plan especial de empleo para jóvenes y mujeres desempleadas. Es de justicia. Y una renta básica, y el reparto del empleo, y el fin de la corrupción y los paraísos fiscales… Y el fin de la explotación del ser humano. Y el fin del comercio de armas, de los señores de la Guerra, el fin de las guerras y el militarismo, que no son capaces de solucionar ningún conflicto, sino defender los intereses de los más poderosos. Y el fin de las bases y los escudos antimisiles, y de los misiles, y de la OTAN y todos los pactos militares, y de los niños soldado, y el fin de la militarización de la juventud y el fin de la pobreza causada por los gigantescos gastos militares”.
De hecho, se sostiene, las bases de Rota, Morón y Gibraltar “están plenamente implicadas en el uso de la energía nuclear con fines militares”. Y en este sentido, se exige “que los arsenales de destrucción masiva queden completamente abolidos por bien de la humanidad y la paz”.
(puedes comentar esta información más abajo)