La campaña electoral se presentó casi sin notarse, no es que faltasen carteles, cuñas radiofónicas o publicidad en los periódicos, es que después de casi, o sin el casi, un año de otras elecciones, preelecciones y demás, ya nadie decía nada que no hubiéramos escuchado antes. Y empezaba con candidatos bailones, cantantes y cocineros, la campaña ligada a índices de audiencia y a anuncios de televisión. Pero conforme avanza, está llena de sorpresas, y sobre todo de nervios, muchos nervios.
Debates que a ciencia cierta nadie sabe quién los plantea. Si es la empresa de comunicación Atresmedia en un alarde de arrojo empresarial, si es Pablo Iglesias quien propone un debate exclusivo a cuatro, quien seguro que no lo propone es Rajoy, que sin inmutarse manda a su segundo, y es raro, pero a los otros tres les parece, no sé si bien, pero allí están, los tíos, tan contentos excluyendo al menos a otras dos formaciones; pero, lo más raro, en las redes sociales a quien a más se menciona durante el debate es a Alberto Garzón, uno de los excluidos. ¿Raro, no? Por cierto, yo fui uno de los que no vio, ni dio índice de audiencia a este espectáculo, y haré lo mismo con el debate a dos, que será más o menos igual, pero en soso.
Pero perder los papeles, ponerse nervioso es lo peor que puede pasar en una campaña electoral; no hay nada más que ver a Pedro Sánchez cuando le dicen que van los terceros, gritar, chillar como un descosido, mientras, un sorprendido auditorio le miraba atónito. Dicen que alguien se levanto y le dijo: “¡Quillo que se te va a salir el ombligo!”: -ah, no, que esta es una de las frases de Amanece que no es poco-. Y esa sacada en procesión de nuevo a ETA por Patxi López, o la lección de estilismo presidencial que nos da Sánchez, ves, de eso sí sabe tras horas y horas de ser maniqui en Tinoco. Vamos, que están al borde del ataque, no sé si de pánico o solo de nervios.
Rivera cada vez que enseña sus intenciones, más claro queda que son un proyecto de diseño de derechas, más o menos malo, pero diseño de papel cuché al fin y al cabo. Rajoy en su línea, lo mismo dice que es ético y legal que sus diputados sean comisionistas, que al día siguiente los expedienta; lo mismo asegura que no ha muerto ningún español en Kabul, que a la hora nos cuenta que murieron dos españoles y que el ataque era contra nuestra embajada, en fin, cosas de Rajoy. Hablando de Rajoy ¿dónde está Teofila?, pues yo la entiendo, no debe ser fácil aparecer en los papeles de Bárcenas como receptora de ‘fondos’, y que encima te coloquen de número dos a alguien de la Gürtel, porque no hay nadie en la lista gaditana, que ella encabeza, de la Púnica, ¿no?
Y en la banda derecha, sin piel ya y con capirote de nazarena, calienta Susana Díaz. Su experiencia en la convivencia con la corrupción, sus pactos para gobernar con Albert Ribera y su facilidad de romper pactos de izquierda sin despeinarse, le hacen figurar en las preferencias de la derecha sociológica, económica y política para dar el salto al terreno de juego ante la más que segura tarjeta roja que parece que sacarán las urnas a Pdr Snchz.
Venga, un poco más de aguante, que ya no queda nada de campaña. DIARIO Bahía de Cádiz