CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan José Pérez del Ojo, de Cádiz
Quizás hablar hoy y tras años de experiencia del empoderamiento de la mujer en lo relacionado a los divorcios y separaciones, continúe siendo un tema políticamente incorrecto.Soy de una generación que nació en la dictadura (1970) y creció en la democracia, en un país que continua deambulando a golpe de encuesta.
Hace muchos años me encontraba casado y con dos hijos, como siempre me deje llevar por los sentimientos y me enamore de otra mujer; tras el divorcio perdí una casa con la hipoteca casi pagada, pues según la legislación vigente (la mujer en caso de separación y divorcio se que da con la vivienda y los niños por orden divina), dicha vivienda era un bien privativo, pero sería muy extenso de contar y muy duro de revivir.
Vamos a lo más importante al menos para mí, los niños, este sistema de forma automática, otorga como regla general la guardia y custodia de los niños a las madres en un 95% de los casos; así que me encontré de golpe sin casa, sin niños y sobreviviendo como podía, eso si trabajando todos los días y pasando de ser padre en el sentido más amplio de la palabra a cajero automático ; aquí da inicio el empoderamiento de la mujer actual; mi exmujer, por otro lado “mujer de su tiempo” con dos licenciaturas universitarias y resuelta en idiomas, de talante progresista se agarro con fuerza a lo que el sistema le brindaba (Casa, niños y una pensión de alimentos, que no sabemos hasta cuando, de forma mensual y si no denuncias por impagos y embargos de nominas, hasta cubrir la deuda contraída).
Hoy en día, el padre tiene que pagar hasta la mensualidad del mes vacacional que los hijos pasan con ellos, eso sí todo ello amparado por las leyes actuales, debemos recordar que existen muy pocos cambios ya que viene de la II republica.
Fue tan amable que me permitió en un primer y después un segundo mutuo a cuerdo, que continuara llevando a los niños X días al colegio y que los recogiera X días para que estuvieran con migo; tras el divorcio pasaba de ser padre a cajero automático y paseador de niños. Todas las decisiones que afectaban a mis hijos los decidía ella, clases particulares, deportes que iban, medicinas o tratamientos médicos que tomar, asignaturas a elegir, etc.
Acudía al colegio A LLEVAR A MIS HIJOS, gracias al sistema actual, eso si, no sin antes pasar por caja (paga abogados, paga procuradores y toda la cola que vive de lo mismo, total depende de cual entre 1.000 y 1.500 euros) ya que aunque era cierto que no podía pagar a abogados de forma privada, debido a los gastos que tenia de una nueva vivienda, coche y dos hijos mas que nacieron de una posterior relación. El sistema es tan bueno y resolutivo que te deja solicitar a bogado de turno de oficio, pero como tu nomina 1.500 euros supera los baremos, no te lo conceden aunque todos saben que es cierto que no tienes solvencia para pagar a uno privado, ya que realmente después de pagar no llegas ni al salario mínimo interprofesional, para pasar el mes (comer, dar de comer, agua, luz, teléfono y gasolina).
A medida que pasan los años, vas notando como tus hijos ven quien es la que manda y toma las decisiones (LA MADRE), y como se va empoderando cada vez más y mas y más, hasta que te conviertes en un visitador, al final decides decirles a tus hijos, si tu madre te deja te puedes quedar, si tu madre te deja puedes venir a la acampada, si tu madre te deja puedes…, notas como los niños sin darse cuenta se posicionan con su madre, como es la que manda en sus vidas, mientras tú intentas no decirles lo que sientes, aunque alguna se te escape después del que el globo se infle y se infle.
Durante 9 años he ido y continuo acudiendo a todas las reuniones con los tutores de mis hijos desde infantil, primaria y secundaria del sistema educativo, de forma trimestral, durante 9 años he pagado con creces no solo económico, sino emocional los fallos , lagunas, falta de tacto, de todo un sistema judicial y político que antepone el bienestar de los niños, al bienestar personal de un sexo sobre el otro.
Como buen españolito, todos los años tengo que hacer la declaración de renta, en la cual es irrisorio la desgravación anual de lo que pasas por la pensión de alimentos, eso si la madre de tus hijos puede beneficiarse por familia monoparental (aunque viva con alguien) de becas de comedor, aula matinal, ayudas del estado, y desgravación de los hijos en hacienda, eso sí para eso son suyos, pues tú para tu ex y el estado te conviertes en una molestia y un quebradero de cabeza.
Solicito la custodia compartida, cuando mis hijos tienen, 12 y 14 años, de esa forma evito que tengan que pasar por los equipos psicosociales de los juzgados de familia, etc, y después de tener que demostrar con muchos papeles a este sistema que eres un buen padre, de nuevo a pagar abogados, procuradores y todo lo demás, llegamos a un juicio para la custodia compartida de los hijos, tus hijos hablan con la juez en mi caso y con la fiscal y después de que ellos decidan que si quieren estar con su padre y su madre pero no con la pareja actual de su padre , te deniegan la custodia compartida, por conflictividad con la pareja de tu padre. No sin antes advertirte la señora fiscal que habría que reducir las pernoctas con el padre así como el tiempo de estancia que se acordó anteriormente.
Alucino, como en un mismo país (España) hay comunidades autónomas donde existen el derecho foral y tienen de forma automática la custodia compartida y otras no como en Andalucía, eso sí todos somos iguales ante la ley, mientras no vivas en otra comunidad claro.
Al poco tiempo de dicha resolución judicial, mi expareja actual y madre de mis dos hijos más pequeños, decide terminar con la relación por un conjunto de situaciones que no se resolvían en nuestra convivencia; si esa señora que según el juzgado no me concedieron la custodia compartida por tener conflictividad con mis dos hijos mayores.
Lo increíble del caso es que de nuevo me veo inmerso una situación de empoderamiento de genero, donde me vi obligado a firmar un convenio marcado y escrito por ella, ya que sino lo hacía, “me decía que no saldría de la casa de mi padre o que me llevaría a un juicio y sería peor que el convenio que me obligo a firmar”, después de ver y criticar la forma de actuar de mi exmujer en todo lo relacionado con los niños, actúa de la misma forma, amparada por el sistema que ella conoce y para el cual trabaja.
Sistema donde no se le da importancia a las relaciones filiales, ni paternas, ni se mira por el bienestar de los hijos, esta vez marcados por unos tiempos y pernoctas más distanciados y separados, que con los hijos mayores, donde hasta el 2018 , mis hijos más pequeños no pasarán un fin de semana entero con su padre y hermanos y si todo va bien y el padre cumple lo que se estableció bajo el criterio del empoderamiento de la misma , le concederá la custodia compartida en el año 2020, año que con suerte a lo mejor puedo pasar junto a mis cuatros hijos.
A modo de verano reflexivo, mientras usted, pasea por la playa, continua existiendo dos Españas, donde se reparten a sus hijos de formas distintas, desigualatorias, amparadas por unas leyes discriminatorias en relación al sexo de los padres (varón o mujer) y el lugar o comunidad donde has podido nacer dentro de un mismo país.
Para terminar recordar a esas mujeres, hoy en día empoderadas por el estado y amparadas por la legislación vigente, que muchas son madres y abuelas no solo de niñas que un futro serán mujeres y madres, sino también de niños, que en un futuro serán hombres y padres, y que la balanza no puede medirse en el genero, pues todos somos personas, en definitiva seres humanos, y que es el sistema el que tiene la obligación de rectificar, sobre los miles de casos de estos menores, nuestros hijos que están dejando medio huérfanos a una de las dos partes. DIARIO Bahía de Cádiz
Estimado cajero, explicas magníficamente tu carta la situación de los hombres en la sociedad actual. Dos mujeres, dos divorcios, pensiones eternas, humillado, expoliado, un cadáver financiero, una piltrafa humana.
No eres ni el primero ni el último que se ve inmerso en el proceso de aniquilación del género macho.
No tenemos nada que hacer. Tenemos los mismos derechos que tendría, por ejemplo, esa fiscala que pidió una reducción del régimen de visitas, si viviera (ella) en Pakistán.
Solo nos queda contemplar cómo se derrumba el sistema a medida que avance la imparable islamización de Europa. Dentro de unas décadas las únicas familias que habrá en España (también en Europa) serán las familias de musulmanes, entonces ya no harán falta juezas ni fiscalas ni psicólogas ni observatorios ni ná. ¡Todo solucionado!
Saludos.
tierrafirme11@gamil.com