Conocer a Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, 1964), es toda una experiencia para aquellos que aman la literatura. Su actitud ante las letras es su forma de vida. Juan Ramón Jiménez y Nicanor Parra, sus asideros principales para soportar la rutina.
Se defiende y reacciona ante el desconcierto, con elegancia y sentido común. Y a pesar de su indudable prestigio, como autor y editor, pues es el capitán de La Isla de Siltolá, una de las editoriales (de poesía, por encima de todo) con mejor criterio del momento, se define a sí mismo de forma sencilla cuando en cualquier entrevista se le insta a que se identifique: No soy nadie en especial, solo un ser humano que ama la lectura por encima de todo, de defiende la lectura y que vive para y por la lectura. Buen amigo de mis escasos amigos (no hay que tener muchos), alguien que aprende de la vida y de la muerte todos los días, y sobre todo me encanta atender lo que contemplo. Evito mirar, procuro contemplar y atender. Un amante de la naturaleza, de la filosofía presocrática y de la vida.
Con dos títulos por estrenar, poemas en El Baile del Diablo (Renacimiento), y aforismos en Artilugios, para el nuevo sello editorial Takara, dentro de la Colección Wasabi, Sánchez Menéndez está de plena actualidad (nunca ha dejado de estarlo).
Hablamos con él de Artilugios, pues es el título que viene a presentar a la Feria del Libro de Cádiz 2017.
“si todos los gobiernos del mundo tuvieran algún poeta, todo iría mucho mejor”
¿Qué encontramos en Artilugios? (Algunas claves)
En Artilugios se encuentran un buen puñado de aforismos escritos en el amor y la sinceridad. El libro se acompaña de unas instrucciones para vivir en otro planeta y de las segundas vanidades. Las primeras vanidades aparecerán publicadas en el libro de aforismos La alegría de lo imperfecto (Trea).
El lector encontrará en estos aforismos, sobre todo, la sinceridad. Nada más y nada menos. Se podrá o no estar de acuerdo con los “artilugios” que aparecen en el libro, lo respeto profundamente. Procuro manifestar lo que pienso, escribir de aquello que estoy convencido. No espere encontrar pose alguna, solo sinceridad.
¿A qué se debe el título? (Guiño a Artefactos de Nicanor, quizás).
No, eso sería muy pretencioso. Parra es un genio de los grandes. Desde hace años he llamado a los aforismos “artilugios”. Artilugio como oficio, pero como oficio astuto, irónico, sagaz. La verdad de las cosas presentada brevemente.
Ahora muchos autores se decantan por el aforismo, pero no todos consiguen lograrlos. ¿Qué opinas de la moda de la velocidad y la brevedad en la literatura?
La brevedad del discurso debe ser exigente, y tiene sus riegos. Si no consigues alcanzarla te quedas en meros pastiches sin el mínimo interés literario. Todas las modas pasan. Siempre me han gustado, en mis ensayos y en mi poesía, las frases cortas, las sentencias, y a eso denomino artilugios. La literatura debe huir de la velocidad. La velocidad nunca lleva a la literatura. La brevedad, en cambio, sí me interesa, y alcanzarla es muy complicado.
¿Para qué sirven los aforismos? ¿Y la poesía?
Como decía antes, la búsqueda de la brevedad en el discurso poético me interesa mucho. Si se alcanza es un buen reto. La mayoría de los autores actuales que escriben aforismos se quedan en el pastiche. El aforismo debe ser el fogonazo (el chispazo) que nos presente y nos represente en la vida. En buena medida, que nos enseñe a comprender el sentido de la vida (propia y ajena). El aforismo debe estar, y si es bueno de hecho lo está, en perfecta conexión con la filosofía y con la poesía.
La poesía sirve para todo aquello que usted quiera imaginar, para todo. Fíjese, si todos los gobiernos del mundo tuvieran algún poeta (pero poeta de verdad, nada de aficionados adeptos al régimen) todo iría mucho mejor. Y lo mismo ocurre en las empresas, en las familias…
Sin la poesía realmente no sé cómo sería la vida. ¿Vacía tal vez? Y una vida vacía no es vida.
Lectura y literatura. No son lo mismo.
No son lo mismo. La lectura es la esencia de la literatura. Sin lectura no hay literatura.
La literatura es el resultado de la lectura.
Claro que usted me puede decir, como ya han dicho otros, que quién fue primero, el huevo o la gallina. Y le respondo. Sin lectura no hay literatura.
“quien desee amar la literatura debe leer, leer y seguir leyendo”
¿Qué esperas de este libro? ¿A qué lectores quieres llegar?
Lo primero que debo indicar es que estoy muy agradecido por su publicación. Decía Gil de Biedma que el poema se convierte en poesía cuando pasa a manos del lector. En este caso pretendo que el lector pase un buen rato y disfrute de su lectura. Y espero que sean muchos los lectores que lo hagan.
Hay en España un buen número de lectores de aforismos, con amplio conocimiento del género. Me interesan mucho por lo que ellos puedan aportar al libro.
¿Dónde encontramos a Javier Sánchez Menéndez cuando quiere perderse?
Paseando por las calles pobladas de personas, con las manos metidas en los bolsillos, con la cabeza centrada en los poemas de los clásicos. Mirando los pájaros y las nubes en el campo. Tumbado en la tierra. Pero siempre con un libro entre las manos.
Un consejo a los que quisieran seguir tus pasos.
No soy un buen ejemplo a seguir, lo reconozco. No obstante, todas aquellas personas que deseen amar la literatura deben leer, leer y seguir leyendo. La escrito ya vendrá, o no necesariamente. Eso no debe importar. La lectura ya de por sí es enriquecedora. Y en este mundo se debe ser humilde, sincero y honesto, como indicaba al principio. Con eso será más que suficiente.
(Podremos conocer al autor, este domingo día 7 de mayo a las 19.30 horas en la Sala A del Baluarte de la Candelaria, en la Feria del Libro de Cádiz. Vendrá a presentar Artilugios de la mano de Rosario Troncoso, escritora y editora de la Colección Wasabi, de Takara Editorial). DIARIO Bahía de Cádiz
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